Opinión

Arabia Saudí: tiempos de incertidumbre

Anwar Zibaoui

Después de visitar EEUU y Francia, España ha sido la tercera en recibir al príncipe heredero de Arabia Saudí Mohammed Bin Salman en su primer periplo oficial como nuevo hombre fuerte, lo que indica la importancia que el reino saudí otorga a España como uno sus aliados preferenciales.

España, y sobre todo sus empresas, ha descubierto Arabia Saudí; en los últimos años se ha multiplicado la presencia empresarial acompañada por una gran despliegue institucional, muchos viajes del Rey, ministros y delegaciones de alto nivel, esto se ha traducido en grandes contratos, algunos históricos como el proyecto del tren de alta velocidad Meca-Medina, el metro de Riad y decenas de proyectos, alcanzado así un hito jamás conocido en las relaciones bilaterales entre ambos países que se han expandido en muchos sectores como educación, salud, petroquímica, agua, electricidad e infraestructuras, y miles de millones de euros en contratos y proyectos además del interés creciente de los saudíes de invertir en España.

Arabia Saudí está viviendo en los últimos dos años eventos y acontecimientos históricos impensables en un reino hermético, que se veía ajeno a los cambios y aferrado a las tradiciones. El responsable es el príncipe heredero Mohammed Bin Salman. Y la velocidad con la que el príncipe lanzó sus iniciativas, especialmente la última contra la corrupción que permitió recuperar 86.000 millones de euros con la campaña lanzada el pasado noviembre. Esa cifra proviene de los acuerdos alcanzados con los casi cuatro centenares de príncipes, magnates y altos cargos investigados durante estos tres meses. Pero el fin de la purga no acaba con la incertidumbre que ha suscitado en medios empresariales.

También con el lanzamiento de NEOM, un megaproyecto para la construcción de una nueva ciudad que contará con una financiación de 425.000 millones de euros y que pretende convertir al reino "en un país del primer mundo". La apuesta por el sector del turismo, el ocio y el tecnológico, permitir los conciertos, las salas de cines, los parques temáticos, los derechos de la mujer --como conducir un coche, abrir un negocio o asistir a eventos de ocio o deportivos--. Todos estos factores pondrán a prueba su liderazgo y la consolidación de su poder.

España, y sobre todo sus empresas, ha descubierto Arabia Saudí

La apuesta emocional para ganar el alma de la nueva generación saudí es clave en una país con 24 millones de habitantes, en el que el 70% tiene menos de 30 años, y el 37% menos de 14 años. Y llegará a 40 millones a finales de 2030. Pero solo con la emoción y el dinero no será suficiente.

Las  expectativas de vida de los jóvenes están cambiando rápidamente por la exposición a los redes sociales, alimentando una creciente desconexión entre ellos y la vieja élite gobernante. Mientras los grupos extremistas intentan explotar este abismo, sin un proyecto de desarrollo, las autoridades no serán capaces de cumplir con las expectativas de sus ciudadanos.

La economía tendrá que acomodar a un número creciente de personas que buscan empleo. Necesita crear cuatro millones de empleos en los próximos años para absorber los nuevos entrantes en el mercado laboral.

Cambiar un país como el reino saudí y pensar de forma diferente no será fácil. Los retos económicos y sociales, reducir la vulnerabilidad del precio del petróleo, y crear un consejo para la rendición de cuentas son pasos en la dirección correcta. Pero la implementación de este ambicioso programa necesitará un amplio apoyo social, y los cambios estructurales requieren decisiones de largo alcance. Se debe abordar también la demanda de reformas, de derechos y de democracia, que serán clave para predecir el futuro y determinantes para el éxito.

El príncipe heredero mantendrá a Arabia Saudí en el primer lugar de la agenda mundial en los próximos años

El nuevo príncipe fuerte de Arabia dirige un reino que es el mayor exportador de petróleo del mundo. El segundo en reservas, la 19º economía mundial y el tercero en reservas de activos exteriores. Pretende transformar el país y situarlo entre los inversores globales y diversificar su economía con Visión 2030. El nuevo plan, esboza las grandes reformas para reducir su dependencia de los hidrocarburos y establecer una agenda social. Se basa en posicionar el reino como la gran potencia regional favorecida por su capacidad de inversión y su ubicación estratégica.

Para conseguirlo prevé la participación del sector privado, reducir el gasto público, revisar los subsidios y privatizar una serie de actividades económicas. Y, lo más importante, vender una participación del el 5% de Aramco, la mayor empresa petrolera del mundo, y con los ingresos obtenidos --que podrían alcanzar los dos billones de dólares-- crear el mayor fondo soberano del mundo.

El cambio económico y social también requerirá una recalibración completa de la relación entre la ciudadanía y el Estado. El alarmante crecimiento de Daesh es una advertencia de las consecuencias de no contar con la gente, especialmente con los jóvenes. Tendrán que repensar los métodos tradicionales de consulta y encontrar una manera de acomodar las preocupaciones de una generación con una mentalidad independiente y más exigente que sus mayores.

El heredero al trono saudí deberá demostrar madurez, y eso significa construir consenso para realizar los cambios a nivel interno y calcular bien el coste de enfrentarse a Irán, que es el principio rector de su política exterior en una zona que vive tiempos de grandes convulsiones e incertidumbres empujados por una situación regional explosiva. A pesar de todo esto, hay una cosa cierta: el enérgico jugador de 32 años mantendrá a Arabia Saudí en el primer lugar de la agenda mundial en los próximos años.