Opinión

Conexión francesa

Por Javier Fernández Arribas
 
La reunión en París de casi un Consejo de Ministros conjunto entre miembros del Ejecutivo francés y español es muy trascendente y deberíamos conseguir que los acuerdos alcanzados se apliquen sin demora. No es novedoso este tipo de reuniones de alto nivel para canalizar las relaciones entre ambos países vecinos. Es una práctica que se estila con otros países y que tiene sus resultados. En el caso de Francia, el interés español ha ido variando con el paso de los años desde la cooperación antiterrorista para acabar con la banda ETA, que tuvo sus contrapartidas correspondientes por parte española, hacia la necesidad de que nuestro querido socio y aliado del norte deje de condenarnos a ser una isla energética y viaria.  Ha tenido que venir el presidente ruso, Vladimir Putin, con sus actuaciones agresivas en Ucrania tras los discutibles hechos de la plaza Maidan en Kiev apoyados por la UE, para que los diligentes dirigentes de la Europa central se den cuenta de la necesidad de no depender tanto del gas ruso. Encima de la mesa se ha recuperado la vieja necesidad de armonizar una política energética común para el viejo continente tan dependiente del exterior en materia de petróleo y gas. Unos más dependientes que otros porque Francia apostó por la energía nuclear y su objetivo permanente durante estos años ha sido rentabilizar esa gran inversión y no permitir alternativas como la interconexión eléctrica con España para posibilitar la exportación de energía desde España al resto de Europa, y lo que es más interesante desde el norte de África, bien sea el gas o petróleo argelino o las energías renovables de Marruecos o Túnez con tecnología e inversión españolas. Francois Hollande y Mariano Rajoy han tenido ocasión de preparar los proyectos correspondientes para hacer realidad estas interconexiones que van a ser financiadas en gran parte con dinero de la UE. París no pudo resistir más la presión. No la española, sino la de Alemania y otros socios europeos. También es necesaria la interconexión viaria por Canfranc, por Aragón, tanto con autovía como por vía ferroviaria de alta velocidad y transporte de mercancías. Hay que terminar con el aislamiento energético y de comunicaciones de Francia y actuar de verdad como socios y aliados junto con los países del Mediterráneo. Es una apuesta imprescindible para el presente más inmediato.