Corea del Norte, algo déjá vu

F. Javier Blasco. Coronel retirado

El término déjà vu fue acuñado por el investigador psíquico francés Émile Boirac en su libro L'Avenir des Sciences Psychiques (El futuro de las Ciencias Psíquicas)para definir el fenómeno o sensación real por el que se percibe que un evento o experiencia que, se vive u ocurre en la actualidad, ya se ha experimentado alguna otra vez en el pasado.

Pues bien, esto es lo que nos ocurre al menos a los que llevamos algunos años estudiando y analizando los comportamientos y capacidades de Corea del Norte (CN) y sus dirigentes en diversos temas y principalmente en lo referente a sus amenazas relacionadas con su programa nuclear. Por desgracia, son muy conocidos los cambios bruscos de comportamiento de todos y cada uno de los, de momento, tres dirigentes de la dinastía Kim que con mano férrea y omnipotente dominan sobre una zona de terreno y una población subyugada a todo tipo de tiranías, sometimientos o caprichos personales desde la fundación del país en 1948.

He publicado diversos trabajos, estudios y análisis sobre CN, sus políticas, carácter de sus dirigentes, programas nucleares, capacidades militares y diversas estrategias adoptadas que, no casualmente, siempre coinciden en un mismo objetivo final; la supervivencia del Régimen que fundamentalmente se sustenta en mantener el miedo interno y en la constante amenaza externa en busca de situaciones de ventaja que le lleven a posiciones mucho más positivas a la hora de sentarse a negociar sus propios términos con la Comunidad Internacional (CI) en diversas mesas de negociación hasta la fecha. Todos ellos aparecen publicados en mi blog [1], algunos en fechas muy recientes; y dejo al interés o curiosidad del lector su consulta o no para evitar innecesarias repeticiones sobre temas bastante conocidos y trillados.

Tal y como ya he mencionado, los tres sucesivos máximos dirigentes de CN han mantenido siempre un excesivo control interno para evitar cualquier tipo de desviación o sublevación; buscado apoyos cercanos de bastante consideración (China y Rusia, según los casos) y procurando ir alcanzando hitos en sus progresos nucleares y en el desarrollo de sus misiles lo suficientemente considerables ambos, lo que, a su vez, les permitieran alcanzar una posición de ventaja a la hora de sentarse en todas las negociaciones a las que se ha llegado con la CI con vistas en la mencionada supervivencia personal, lograr un sui generis restablecimiento de la Paz en una zona demasiado caliente y con grandes visos de mejora económica o para la recuperación de una más que merecida “normalidad” entre vecinos, que en realidad, son hermanos que viven separados desde la culminación de una cruenta y desgarradora guerra civil.  

Kim Il-sung dirigió el país desde 1948 hasta su muerte el 8 de julio de 1994. Fue este personaje quien tras duros encontronazos políticos inició el 25 de junio de 1950 la Guerra de Corea -con bastantes apoyos externos- al lanzar a su ejército a cruzar el paralelo 38 (que actuaba y todavía actúa de frontera entre ambas partes desde el fin de la invasión nipona durante la II Guerra Mundial). Guerra cruenta y con amplia participación internacional que finalizó, aunque sin llegar a un acuerdo de paz, solo un armisticio, firmado el 27 de julio de 1953.

A su muerte, su hijo Kim Jong-il fue elegido por la Asamblea Popular Suprema como Secretario General del Partido de los Trabajadores Coreanos y en 1998 como presidente de la Comisión Nacional de Defensa. Su posición fue declarada como «el cargo más alto del Estado», tras una reforma de la Constitución del país, elaborada en 1972, dejando el cargo de presidente vacante en recuerdo a la memoria de su padre Kim Il-sung. Su mandato ha estado lleno de grandes lagunas y muchas persecuciones debidas a sus temores a ser defenestrado o traicionado tras heredar de su padre la idea de buscar en el arma nuclear la forma de mantener un determinado prestigio que les dotara del suficiente poder de retraimiento exterior a intervenir militarmente sobre su país o influir en su derrocamiento o sustitución política.

Por dicho motivo, protagonizó importantes tensiones internacionales y, al mismo tiempo, fue el artífice de importantes cumbres en busca de la “recuperación” de relaciones y el abandono “oficioso” de sus programas nucleares [2] lo que le valió la consecución y firma de diversos programas internacionales de ayuda económica, alimentos, recuperación tecnológica y establecimiento de zonas industriales o turísticas en su territorio, todos ellos pagados con capitales norteamericanos o por sus vecinos más cercanos (China y Corea del Sur); así como diversos programas de reunificación o reencuentro entre familiares separados por la contienda y de reducción o supresión de las tensiones políticas entre ambos países. La historia nos demuestra que todos ellos han sido sucesivamente abandonados por diversos motivos, algunos incumplimientos por ambas partes o por determinados retrasos o reparos a la hora de su puesta en marcha o al mostrar su ineficaz funcionamiento.

El actual máximo dirigente, Kim Jong-un sucedió a su padre Kim Il-sung a la muerte de este en diciembre de 2011 y continuó con las mismas políticas en busca de las armas nucleares y mejora de sus materiales de misiles, elevó el nivel de las amenazas externas y llevó al grado máximo las represiones internas al no dudar en hacer matar de forma horrenda incluso a colaboradores muy cercanos o familiares (su tío, tía y más recientemente, hasta su propio hermano).

Sus aparentes éxitos contemporáneos en materia de armas nucleares capaces de ser introducidas en las cabezas de sus misiles, cuyos parámetros también ha logrado mejorar en mucho, marcaron el punto más álgido de la amenaza a la CI al mostrarse públicamente en condiciones de alcanzar cotas y metas hasta hace poco bastante lejanas de ser alcanzables con sus propias capacidades, el gran distanciamiento tecnológico con otros países punteros en dichos temas y el agarrotamiento de su economía por razones propias y como resultado de las ya muchas restricciones y penalizaciones impuestas de forma individual o colectiva por la mayor parte de la CI, aunque siempre con la constante reticencia o negativa China y ciertos obstáculos por parte de Rusia.

Este último punto tiene una fácil explicación; a China no le interesa perder su flanco común con la Península de Corea en favor de las fuerzas militares de EEUU,  le conviene sustentar a un aliado privilegiado que sea a la vez motivo de preocupación y distracción permanente de esfuerzos norteamericanos en su zona de expansión y presentar junto con Rusia a EEUU como un país dominador, casi tirano, en una zona Asia, donde solo busca su prosperidad nacional sin interferencias o resistencias más o menos lejanas.

Volviendo al tema de las armas nucleares, hay que subrayar que la capacidad de producción propia de material susceptible de ser empleado en artefactos nucleares no es muy grande; solo la que obtiene del centro de Yonbyong [3] ya que el resto de centrales nucleares iniciadas por diversos programas de ayuda externa, nunca se llegaron a concluir.  A pesar de ello, CN ha realizado hasta cuatro pruebas de artefactos nucleares, siendo la primera en octubre de 2006 y la última en septiembre de 2017; anunciando dicho ensayo como el correspondiente a una bomba de Hidrogeno, tratando así de proclamar su capacidad de propiciar mayores efectos tras una explosión de este tipo.

Tras estas pruebas nucleares y un sinfín de lanzamientos de misiles de diversa categoría, alcance, medios o combustibles de propulsión y sistemas de lanzamiento; la situación de tensión alcanzó cotas máximas y hace pocas semanas el mundo se preparaba para una confrontación mundial con tintes nucleares y precursora de otra de mayores proporciones por las discrepancias sobre el tema entre los dirigentes de los principales actores en juego; EEUU, China, Japón, Corea del Sur y Rusia.

Situación, que la mayor parte de los siempre recurrentes e irreflexivos alarmistas trataron de exagerar al calificarla como irreversible y cuasi necesaria y que solo algunos calificamos, como el preludio a la enésima ronda de negociaciones entre CN y la CI a la vista de los grandes esfuerzos de Kim Jong-un en presentar a su país como un país nuclear más y, por lo tanto, merecedor de todo tipo de atención y consideración [4]. En consecuencia, estos afirmábamos que no se iba a llegar a ningún tipo de confrontación, sino todo lo contrario y, en ello estamos.

El pasado 27 de abril ha tenido lugar un encuentro en la conocida como zona desmilitarizada entre los líderes de CN y Corea del Sur, Kim Jong Un y Moon Jae In. Dicha reunión, considerada y escenificada como histórica y como un gran paso hacia la normalización y recuperación de relaciones y el abandono del programa nuclear por parte de CN, dio origen a la firma de un acuerdo básico e inicial de cinco puntos [5].

Puntos, que no introducen nada nuevo en lo que viene siendo una de las partes contratantes de todo acuerdo con CN desde hace ya muchos años ya que hasta la tan destacada y cacareada intención de destruir su centro de pruebas nucleares tampoco es una novedad, como ya se hizo con la demolición de la torre de enfriamiento del reactor nuclear de Yongbyon, que poco más tarde fue reconstruido. Sin embargo, si constituye una novedad el que no se sepa que es lo que, en esta ocasión, se le ofrece a cambio a CN en general y a Kinm Jong-un en particular salvo su continuidad e integridad.

A pesar de que su estrategia era y estaba muy clara para algunos, para la mayor parte de su pueblo, la supervivencia de su máximo dirigente, el reencuentro entre unas pocas familias, recuperar algo de sus capacidades industriales y destruir el centro de pruebas nucleares no es suficiente para compensar todos los esfuerzos y penurias individuales y colectivas que arrastran durante muchos años varias generaciones, no substituye el adoctrinamiento al que se han sometido como si ellos fueran una potencia inflexible y temida por el mundo entero y no supone una fácil salida a sus precarias condiciones económicas, sanitarias, sociales y de futuro.

Estoy convencido que esperan algo más, definitivamente resolutivo y muy sustancioso. Quedan pocos conejos para ser sacados de la chistera en el último momento, son por naturaleza y un mucho a la fuerza, incrédulos de las promesas externas y de las posibilidades reales que provengan de una eficaz ayuda externa. Un pueblo sometido a tamaña presión durante tantos años no pasa de un estar preparado para la guerra total a blandir banderitas americanas y agitarlas al viento tras el tantas veces anunciado y aún no concretado encuentro entre Kim y Trump.

Tal y como ya escribía hace unos meses al hablar sobre las posibilidades de una confrontación nuclear en cualquiera de los dos principales escenarios presentes (CN e Irán) “Situaciones estas por las que a pesar del, hasta ahora, fácil y desgarrador discurso belicista de Trump y su disposición a llevar la furia y la guerra a uno u otro escenario si fuera preciso, no logren aplacar los ánimos y amenazas del contrario. En definitiva, puede que la estrategia hasta ahora empleada no sea suficiente si los pasos dados por aquellos siguen en el sentido de una firme y segura escalada hacia el empoderamiento y máxime, si cuentan con ciertas capacidades nucleares que, aunque no sean comparables cuantitativa y cualitativamente con las de EEUU, siempre están allí y son reales” [6] algo más ha tenido que ocurrir y que todavía se desconoce para poder llegar a este punto tan diametralmente opuesto sin rechistar.

El que hasta ahora no se sepan varias cosas fundamentales como son la fecha, lugar para el encuentro y las contrapartidas a ofrecerles de mano de la CI en general y, como de costumbre, de EEUU en particular, viene siendo algo mosqueante. Por otra parte, supone una variante a esta nueva negociación internacional ya que normalmente todas las prebendas y ofertas fueron aireadas con todo tipo de orquestación previa a los respectivos encuentros en cada cumbre. Algunos de los mensajes lanzados hasta la fecha son un tanto ambiguos o como mínimo exigentes; por ejemplo, Kim ofrece y reclama una desnuclearización total de la Península de Corea, lo que supone una contrapartida importante por parte de los convecinos y sus eternos aliados. Ya no se arredra en exigir plenas garantías para él y su Régimen. Al igual, que el que este año, las tradicionales maniobras combinadas y conjuntas entre norteamericanos y surcoreanos ya hayan sido efectuadas y de forma totalmente descafeinada, ha supuesto una contrapartida importante que no ha sido muy valorada en el extranjero ni, aparentemente, internamente en CN cuando precisamente, debido a su acostumbrada dureza y patente demostración de fuerza, fueron una pieza clave para el levantamiento de las máximas tensiones anteriores y recientes. 

Si bien es cierto que el papel jugado en este asunto por Trump es y debe ser muy importante y trascendental, creo que, una vez más se exagera con la creciente y cada vez más generalizada petición de su nominación como candidato al premio Nobel de la Paz. Ya vimos las consecuencias de una precipitación en este mismo sentido con el anterior inquilino de la Casa Blanca y la eficacia real de sus políticas pacifistas, algunas de las cuales están siendo puestas en tela de juicio por los propios norteamericanos (Acuerdo nuclear con Irán). El mencionado personaje, debe ser tenido en consideración con multitud de reparos por su espíritu totalmente cambiante, la poca consistencia de su palabra y los grandes giros en cuestión de horas sobre las políticas que promete [7]. Llegar a la paz tras graves declaraciones de intenciones o amenazas de ir a una guerra total, no deben nunca constituir un mérito necesario ni suficiente para ser nominado a tamaño galardón. 

Quedan por ver los costos que esta operación tendrá en la arena internacional y sobre todo en el entorno cercano. Si bien es cierto que China mantiene su estatus quo y salvaguarda sus fronteras de enemigos cercanos físicamente, sus aportaciones económicas deberán ser de un importante calibre. Por otro lado, la llegada de esta soñada paz para Corea del Sur no será en nada gratuita; de momento y disfrazado de “privilegios/restricciones” con el tema de las limitaciones norteamericanas a las importaciones siderúrgicas (acero), dicho país ha debido reducir sus exportaciones de acero a EEUU en un 30% y, además, a cambio se debe tragar casi 25.000 vehículos manufacturados en EEUU a pesar de que estos no cumplen con los estándares de seguridad impuestos en dicho país.

Queda mucho por renegociar con los tradicionales canales e interlocutores que durante muchos años han tenido que ver y mucho en las diferentes rondas de negociación con CN [8]. El resto del mundo, principalmente la UE, Japón y Rusia quedan de momento aparcados a la espera de que fructifique o no esta nueva iniciativa. Situación, que parece que no se ha aprovechado para intentar cerrar al unísono otro conflicto nuclear, mucho más importante y de potenciales mayores consecuencias. El tema nuclear de Irán, que parece que se reaviva [9] a la par que, aparentemente, disminuye el referente a la temática del presente trabajo.

El silencio de Putin en todo este quilombo me hace pensar que algo se cuece entre él y Trump en lo referente a una posible repartición sin interferencias en determinados liderazgos zonales (Siria y Corea). Una vez más, la UE queda al margen de lo que sucede en el mundo y deja hacer en uno u otro sentido.     

Al final de este trabajo, cabe preguntarse si esta será la negociación definitiva, o por el contrario, estamos ante una edición más de las muchas, cansinas e infructíferas maniobras orquestadas por todos durante tantos años que, al poco tiempo, todas ellas dieron paso a una nueva escalada de la tensión en la zona y en la arena internacional. No tengo la respuesta, pero creo que mucho debe ampliarse “la oferta” para que el tirano Kim se avenga a olvidarse de todo su pasado e incluso se aparte del camino marcado por sus predecesores en el cargo.

[1] https://sites.google.com/site/articulosfjavierblasco/home

[2] https://elpais.com/internacional/2008/06/27/actualidad/1214517611_850215.html

[3] https://sites.google.com/site/articulosfjavierblasco/corea-del-norte-una-amenaza

[4] https://sites.google.com/site/articulosfjavierblasco/corea-del-norte-y-su-estrategia-1

[5] http://www.abc.es/internacional/abci-estos-cinco-puntos-acuerdo-entre-coreas-201804271723_noticia.html

[6] https://sites.google.com/site/articulosfjavierblasco/-vamos-hacia-el-holocausto-nuclear

[7] Como ejemplo de lo dicho cabría preguntarse dónde está el árbol regalado y transportado por Macron hace unos días en su empalagosa visita de Estado que fue plantado en los jardines de la Casa Blanco de modo y forma candorosa, casi idílica. 

[8] http://www.elmundo.es/internacional/2018/04/30/5ae6dda5e5fdeadb738b45a8.html

[9] https://www.voanews.com/a/netanyahu-claims-significant-development-on-iran-nuclear-compliance/4370897.html

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