Opinión

Corea del Norte y EEUU se ‘besan’ por primera vez

F. Javier Blasco. Coronel retirado

Escribo este trabajo de primeras impresiones sobre los acuerdos de mínimos alcanzados en la tan esperada Cumbre entre Donald Trump (EEUU) y Kim Jong-un (República Popular Democrática de Corea –RPDC- más bien conocida como Corea del Norte –CN-) celebrada en madrugada de este lunes (hora española) en la ciudad Estado de Singapur, bajo todo tipo de cautelas, prevenciones y medidas de seguridad, para dar pasos significativos hacia la desnuclearización de CN y su integración en la normalidad internacional.

Cumbre, cuya celebración ha estado varias veces en el candelero y de la que en referencia a su duración y resultados aparentes se ha esperado y augurado tanto y nada al mismo tiempo. Un aparente y dado por acierto en la marcha de política y geoestratégia común que la Comunidad Internacional (CI) se ha apresurado –incluso por anticipado- a apuntar en el haber de Trump aunque, en realidad y como todo en la arena internacional, tiene varios actores principales, muchos secundarios y de cuyos beneficiarios serán varios países si es que posiblemente disfrutan de ellos.

Llevo muchos años oficial y particularmente tratando de desgranar, entender y explicar cómo ha sido posible lograr el éxito del Programa nuclear de Corea del Norte con tan escasos medios económicos, bajo tanta presión y restricción, pocos o muy escasos recursos técnicos y naturales para la obtención y producción de uranio enriquecido, su verdadera razón de ser y los fines últimos del mismo.  He escrito no pocos informes clasificados para mis superiores y mucho sobre el tema en fuentes abiertas, siendo el último de ellos el que figura en mi blog cronológicamente sobre el tema [1].

En todos ellos, y con mayor o menor intensidad y grado de desarrollo, han venido apareciendo una serie de puntos comunes, que, configurados adecuadamente, conforman lo que desde hace tiempo, he venido a denominar la Estrategia de CN y de su hereditaria dinastía reinante. En resumen, dichos puntos decisivos y secundarios se concentran en lo siguiente:

-         La búsqueda permanente de la garantía de seguridad personal del Régimen norcoreano;

-         Lograr el respeto a CN como nación soberana y al mismo nivel del resto de países con armas nucleares;

-         Recibir garantías de no agresión exterior lo que implica una continuidad en sus formas y modos de gobierno;

-         La desnuclearización total y definitiva de la Península de Corea como fin último y garantía de seguridad;

-         Un gran número de importantes compensaciones económicas, aún por determinar y muy difíciles de cuantificar final y oficialmente.

Para lograr estos objetivos CN ha precisado de: una mano férrea sobre su población a la que se le ha sometido a todo tipo de penurias y persecuciones sin parangón en la era moderna; un potente poyo económico, militar y técnico –de beneficios  mutuos a priori y posteriori- de China y en algunos casos de Rusia; una fe y ansiedad ciegas en lograr el éxito del programa para dejar de ser considerado unos de los grandes parias del mundo; saber tensar y mucho la cuerda sin dejar que nuca se rompiera y el encontrar al egocéntrico adecuado para que, en momento culminante de su exacerbado afán de protagonismo y total culto a su persona, fuera capaz de saltarse a torera todo protocolo, asesoramiento juicioso y no tuviera en cuenta los riesgos de una negociación que puede ser tan peligrosa para ellos y sus socios del lugar como espectacular en la esfera interna e internacional.

Trump lleva meses enfrentándose, despreciando, vejando y amenazando a todos sus vecinos, aliados y colegas o no en todo tipo de foros, alianzas, tratados, acuerdos y convenios en los que figura en cabeza o, incluso, fueron fruto de iniciativas norteamericanas. Casi no queda ninguno en pie, ha roto o desvencijado todos los moldes y ha echado por tierra, lustros y lustros de esfuerzos y negociaciones de sus predecesores en el cargo y de la imponente y avasalladora maquinaría diplomática y comercial de EEUU. Es especialista en salir de sus reuniones insultando, de forma precipitada y dando un tremendo portazo – véase el último ejemplo hace pocos días tras la reunión del G-7 en Canadá-.

Desde su nombramiento como presidente de EEUU y líder de la CI ha vilipendiado y despreciado especialmente a Kim-Jong-un con todo tipo de motes, insultos y calificativos despectivos. Ha amenazado varias veces al país con su destrucción y repetido en ocasiones su intención de anular esta cumbre incluso a escasas horas antes de su celebración. Como gran estratega y experto del dialogo, basaba ayer mismo la duración y efectividad de la misma en el olfato personal y sobre todo en su primera impresión.

Sin embargo o pese a todo ello, otro ególatra y despiadado dirigente que no solo menosprecia a las personas, sino que las persigue y las hace desaparecer por cualquier motivo o razón, y que se siente venerado por su “amado pueblo”, ha resistido y superado todos los escollos e insultos anteriores y no solo le ha estrechado la mano esta mañana a Trump, sino que ha hablado con él mucho más del tiempo previsto e, incluso y fuera de todo cálculo según lo previamente filtrado,  ha compartido mesa y mantel durante varias horas con él.

Todos sabemos que, debido a los grandes escollos y dificultades en el “lenguaje y pretensiones" de ambos países, llevar a cabo determinadas relaciones productivas y adecuados avances en las mismas entre las respectivas comisiones, no es nada fácil; y mucho menos, sentar a sus "especiales" líderes a la misma mesa con un detallado programa lleno de puntos de calado, debidamente tasados y acotados en el fondo y forma y con un tiempo límite para su aplicación. Además, no hay que menospreciar la mutua desconfianza entre ambos, por motivos bien patentes y en base al nulo o muy limitado mantenimiento, abandono o rotura prematura de acuerdos alcanzados entre los dos países recién o pretéritamente.

No se fían por razones obvias y principalmente porque Kim entiende o debe tener presente que acuerdos o promesas similares -en los que se garantizaba la supervivencia personal a otros sátrapas y proliferadores en armas de destrucción masiva como Sadam Husein o Gadafi, si aquellos abandonaban todas sus prácticas y programas- no se respetaron por mucho tiempo tras creérselos y desmantelar aquellos sus respectivas instalaciones. Ambos tuvieron que sufrir en propias carnes unas despiadadas persecuciones y muertes nada dignas a manos de sus “garantistas de por vida” los norteamericanos. Esto en el plano personal; porque no debemos olvidarnos de la reciente denuncia y abandono unilateral por parte de EEUU del acuerdo sobre el programa nuclear de Irán.

En función de todo lo anterior y por la dificultad y complejidad que encierra el tema y sus derivadas en el acuerdo y por la escasa preparación previa y duración de la Cumbre, es muy normal que solo se haya podido alcanzar y hacer público un poco desarrollado acuerdo de mínimos que yo lo calificaría de “buenas intenciones” y un tanto de venta de humo a raudales. Poco ha sido lo alcanzado, dado lo no mucho publicado. A estas horas y como informe preliminar, baste con lo más detallado que he encontrado en la prensa española sobre el tema [2]. En dicho artículo, a su izquierda y en recuadro, se pueden ver plasmados los cuatro puntos principales alcanzados y firmados en el acuerdo. Hace falta una gran dosis de buena voluntad para interpretar algo más de lo que en ellos se dice.

Quedan muchos flecos pendientes. Flecos, nada nimios como son: los plazos para su puesta en práctica y finalización; fases y pasos intermedios; situación final a alcanzar; compensaciones económicas, sociales y técnicas; grado, autoridad y políticas de integración peninsular en su caso; acciones a tomar en lo referente al restablecimiento del respeto a los derechos humanos en CN; papel y punto de implicación que deben adoptar los países vecinos afectados, preferentemente China, Japón y Corea del Sur; plazos y condiciones para el levantamiento de las sanciones y restricciones; internacionales y bilaterales; nivel  y plazos para el necesario desmantelamiento parcial de las enormes fuerzas militares norcoreanas y el papel de futuro referente a la presencia, despliegue, continuidad y actividad combinada y conjunta de las fuerzas norteamericanas con las de sus aliados en despliegues permanente y ejercicios militares puntuales.

Muchos puntos, al parecer no tocados, o simplemente mencionados sin profundizar. De un valor e importancia tal que el fallo o la falta de acuerdo en, muchos por no decir todos ellos, puede dar al traste con toda esta parafernalia al puro estilo de los grandes imperios en los momentos en los que el Emperador de turno recibía con todo boato, antes de mandar acuchillar, a su hasta hace nada preocupante amenaza o terrible enemigo.

Hoy podemos dormir todos algo más tranquilos, aunque la vigilia o duermevela no debe abandonarse. Algunos como en CN se verán menos presionados, al menos inicialmente, otros como los chinos ven, por fin y tras casi 70 años, como las botas y las armas nucleares norteamericanas se alejan de sus fronteras y que como consecuencia del tremendo consumo de adrenalina por parte de sus vecinos y, en consecuencia, el potencial aumento de la despreocupación militar norteamericana en dicha zona, sus rutas, conquistas y nuevos despliegues por el Mar del Sur de China están hoy ya, menos amenazadas y serán más rápidas.

Los surcoreanos en gran medida y los japoneses en su parte alícuota deberán decidir si prosiguen en su carrera de rearme a ultranza o, por el contrario, dedican sus esfuerzos en mejorar otros aspectos de sus economías.

Solo me resta, entender, que es lo que ha ganado Trump y EEUU en este paripé de abrazos y casi besos. Tras el fulgurante efecto castillo de fuegos de artificio -al más puro estilo socialista en España- al aprovechar con cierto efecto el inicial éxito en situaciones desesperadas, pero que en realidad nunca han amenazado a su patria; perderá presencia en la zona lo que rápida y fácilmente se traducirá en menor prestigio y muy probablemente venderá muchas menos armas sofisticadas en una zona que, estaba en ello, y a la que pretende conquistar económica y políticamente ¿Acaso busca ahorrar esfuerzos y volverlos a enfocar en Oriente Medio? ¿Es solo cuestión de marketing interno y compensatorio externo tras una larga lista de meteduras de pata y despropósitos internacionales? ¿O solo pretende despistarnos y lo que persigue es acercarse y mucho más a los chinos, rusos, iraníes e indios [3]?  Pronto lo veremos, seguro.                           

[1] https://sites.google.com/site/articulosfjavierblasco/corea-del-norte-algo-deja-vu

[2] https://elpais.com/internacional/2018/06/12/actualidad/1528766187_744971.html

[3] https://www.efe.com/efe/espana/mundo/china-presume-de-unidad-con-rusia-india-o-iran-frente-a-la-division-del-g7/10001-3643910