Interior descubre la propaganda yihadista

El Ministerio del Interior parece que acaba de descubrir la fuerza de la comunicación del grupo terrorista Estado Islámico. Mientras aconseja no amplificar sus mensajes, el Gobierno utiliza con generosidad el principal producto de la propaganda yihadista, sus vídeos

Por Carlos Penedo (Artículo publicado originalmente en ‘Estrella Digital’)



Foto: El secretario de Estado de Seguridad, Francisco Martínez.

El secretario de Estado de Seguridad, Francisco Martínez, ha aconsejado a los periodistas que dejen de utilizar el término "Estado Islámico" para referirse al grupo terrorista radical que ha robado a Al Qaeda el título de mayor amenaza entre la violencia yihadista, con el argumento de que esa organización ni es Estado ni es Islámico. "Se identifican como un Estado y un Estado es algo muy serio", señala animando a deslegitimar al grupo terrorista y no caer en sus trampas.
El consejo del secretario de Estado es usar el término "Daesh", precisamente el utilizado en el mundo árabe por medios y políticos que responde en ese idioma al acrónimo -siglas- del Grupo Islámico de Irak y Levante -Sham en árabe, algo así como una Siria ampliada-, a lo que se añade que al parecer la palabra "daesh" en árabe tiene connotaciones negativas al estar emparentada con el significado de pisotear algo.
Hace ya hace seis meses desde que el grupo terrorista antes conocido como Estado Islámico de Irak y el Levante se autobautizó con el nuevo nombre, desde entonces utilizado profusamente por medios de comunicación, pero también por responsables políticos y autoridades del Ministerio del Interior. El criterio de no amplificar la propaganda del grupo terrorista no se sigue en todos los casos por parte del Ministerio.
En unas jornadas sobre terrorismo global organizadas por el Real Instituto Elcano, donde el secretario de Estado de Seguridad aconsejaba el pasado martes a la prensa, dedicaba también buena parte de su intervención a glosar con todo lujo de detalles el vídeo promocional difundido por la organización el pasado día 16, en donde aparecían imágenes de una veintena de soldados sirios degollados y finalizada con el asesinato de un cooperante norteamericano. Martínez describió, y amplificó, los 18 minutos del video propagandístico y se detuvo especialmente en una secuencia de imágenes donde se presenta la bandera negra del grupo terrorista sobre Roma, de donde surge un resplandor que se va extendiendo hacia el este hasta llegar a Japón; luego la luz se expande hacia el oeste y simboliza el próximo recorrido del grupo por Egipto, por Al Ándalus y llega hasta Estados Unidos y México. Esta referencia a Al Ándalus, el poder político islámico en la Península Ibérica entre los años 711 y 1492, fue muy destacada por el secretario de Estado como una amenaza nada encubierta hacia España. El rigor que pide Martínez en la denominación del grupo no lo aplica en el tratamiento a estas muestras destacadas de su propaganda, los vídeos escabrosos y las referencias a Al Ándalus. Al margen de la política de comunicación del Ministerio, en las jornadas sobre terrorismo se hizo mención a otra variable de la comunicación como son los procesos de radicalización, cada vez en tiempos más rápidos, que han sufrido ciudadanos occidentales integrados en la organización terrorista y que tiene a Internet y las redes sociales como vehículo imprescindible.

En este sentido, Francisco Martínez volvió anunciar como inminente, en unas semanas, la aprobación por parte del Consejo de Ministros de un plan estratégico de actuaciones contra la radicalización violenta en España, con medidas especialmente dirigidas a jóvenes, y con un apartado especial que contempla la radicalización en las cárceles. El Ministerio persigue cortar esos procesos, muchos de ellos en Internet, y también endurecer la legislación antiterrorista para que incluya nuevas figuras delictivas que permitan perseguir el adoctrinamiento pasivo, los lobos solitarios y ampare la actuación de agentes encubiertos. En opinión del número dos de Interior, nos enfrentamos a una "amenaza de dimensiones globales desconocida hasta ahora", que persigue el objetivo de "perturbar nuestra forma de vida y nuestro Estado del bienestar". Sobre la amenaza terrorista, Martínez recordó que el pasado mes de septiembre el Gobierno elevó la amenaza a un nivel de alta probabilidad, "riesgo elevado de atentado terrorista", por varios motivos, entre ellos "porque Daesh está actuando con un marcado matiz global" y también porque en España se han neutralizado por la policía recientemente redes y terroristas. A lo anterior se añade la participación de España en la coalición internacional contra este grupo terrorista. El secretario de Estado comparó nuestro país con Egipto, también en la coalición mencionada y que, aunque tampoco participa en los bombardeos sobre Irak y Siria, sí está sufriendo atentados y ataques terroristas principalmente en el Sinaí.
 

Terrorismo menos letal y de agentes solitarios
En las jornadas de Elcano participaron expertos nacionales y extranjeros que arrojaron luz sobre el fenómeno del terrorismo internacional y su implicación en España.
Petter Nesser, investigador sobre terrorismo en el ‘Norwegian Defence Research Establishment’ de Oslo, destacó un importante cambio de la forma de actuación del terrorismo yihadista en el último lustro que coincide con el debilitamiento de Al Qaeda y el surgimiento del grupo Estado Islámico. De grandes atentados indiscriminados, como el 11S en Nueva York o el 11M en Madrid, que utilizaban explosivos militares o comerciales, realizados por organizaciones jerarquizadas y extensas, se ha pasado en los últimos años a objetivos más específicos, ejecutados por agentes a menudo solitarios (el 80% de los complots que ha investigado tienen una o dos personas detrás), con armas y explosivos de tipo casero y con efectos menos letales -cuchillos, pistolas-, con Internet como canal de adiestramiento o información. Desde su punto de vista, la actual ofensiva del grupo Estado Islámico pudiera provocar un aumento de atentados, pero no un cambio en esa nueva tipología. En gran parte de su análisis coincide Francisco José Vázquez, jefe de la Unidad de Terrorismo Internacional de la Guardia Civil, que realizó un recorrido por este tipo de terrorismo en España desde el atentado en Madrid contra el restaurante El Descanso en 1985 (18 muertos), o el 11 de marzo de 2004, con una organización y financiación potente detrás, con estructura clara y reparto de tareas entre sus miembros. El matiz aportado por el responsable de la Guardia Civil es que la nueva tipología de terrorismo yihadista con actores solitarios se añade a la anterior de grandes células, no la sustituye, dando a entender que los cuerpos policiales contemplan todos las posibles amenazas.
Vázquez recordó que el último fenómeno más "mediático" (utilizó el término en varias ocasiones) de los nacionales de países occidentales que viajan a Oriente Próximo a combatir (foreign fighters), y pueden regresar radicalizados y con adiestramiento para cometer atentados, tiene una incidencia relativamente escasa en España, aunque el gran número de casos en otros países de Europa o norte de África obliga a mantenerse alerta.
Considera este responsable de gran importancia los procesos de radicalización, con Internet como vehículo principal. Destacó Vázquez también como una peculiaridad del último terrorismo la potencia de su propaganda y su incidencia potencial sobre colectivos vulnerables, entre los que figuran jóvenes y mujeres y adolescentes más expuestos a caer en estos procesos de "radicalización exprés" a través de redes sociales y contactos personales muy reducidos. El especialista de la Guardia Civil se mostró también partidario de que la normativa incluya las nuevas formas de terrorismo. "Los policías no nos podemos inventar nuevos delitos", sino que tienen que estar recogidos en el marco legal y penal para que puedan actuar con garantías y su trabajo sea eficaz.
 

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