Opinión

Irak depende de Mosul

Javier Fernández Arribas

Fuentes militares iraquíes y de algunos países que forman la Coalición Internacional contra los terroristas del Daesh comentan en privado que la ofensiva que se ha iniciado para recuperar la ciudad de Mosul puede tener consecuencias bastante contraproducentes. Sin embargo, los mandos militares se han visto obligados a seguir las instrucciones de los dirigentes políticos que ardían en deseos irrefrenables por anunciar que había comenzado la ofensiva para liberar Mosul de las garras de los terroristas del Daesh que han sembrado la zozobra y la miseria en ese enclave estratégico desde junio de 2014. No hay que confundirse, los militares y los servicios de inteligencia son los primeros que ansían acabar con el Daesh, pero hay cuestiones operativas y de eficacia a tener muy en cuenta.

Se estima que hay alrededor de millón y medio de civiles en la ciudad que van a sufrir las consecuencias de los combates y el fuego cruzado, que van a ser utilizados como escudos humanos por los terroristas y que pueden jugarse la vida abandonando la ciudad atravesando zonas minadas y yendo a no saben dónde para encontrar un refugio seguro. La ONU ha advertido que se puede producir una crisis humanitaria de grandes proporciones porque sólo tienen capacidad para asistir a 60.000 personas que puedan huir de Mosul en las próximas horas o días. Preparan otras 250.000 plazas, pero es complicado acertar con el lugar adecuado para instalarlas y lograr que los refugiados lleguen hasta ese punto. Los que no son muy partidarios de esta gran ofensiva, anunciada a bombo y platillo, con muchas expectativas de éxito más o menos inmediato, como arengaba el primer ministro iraquí Haider Al Abadi, recomendaban continuar con la guerra de desgaste, con las operaciones de sabotaje por parte de la oposición interna y de Fuerzas Especiales, que oficialmente no están en la zona, y que estaban minando la moral y la capacidad de resistencia de los terroristas.

Una vez en marcha, ha habido que superar los enormes recelos entre todos. Irak con Turquía que reclama su papel estrella en la ofensiva con el objetivo de que los suníes no cedan poder e influencia a las milicias chiíes y a Irán. Y, además, para evitar que los peshmergas kurdos puedan tener la tentación de ir muy allá en el sueño de un Kurdistán independiente. La unidad de Irak está en juego, superando el sectarismo y la ambición de los vecinos, y el prestigio del Gobierno mucho más tras las destituciones de los ministros de Defensa y de Finanzas. De momento, los terroristas han prendido en las últimas dos semanas varios pozos de petróleo para dificultar con el intenso y tóxico humo la visión a los pilotos de los aviones de la Colación Internacional, liderados por Estados Unidos.