Opinión

La apuesta árabe en España

Anwar Zibaoui. Experto en asuntos árabes y mediterráneos

Pie de foto: Los grandes países productores de hidrocarburos se interesan por el sector energético español

El sector energético de España está siendo centro de atracción por parte de grupos y fondos árabes. Especialmente de países productores de hidrocarburos del Golfo que disponen de gran liquidez financiera para realizar importantes adquisiciones y tienen nuevas estrategias. El último capítulo lo han protagonizado Gas Natural Fenosa y el fondo soberano de Kuwait (KIA) que invierte 490 millones de euros en GPG, una filial de Gas Natural de la que se convierte en el segundo accionista con el 25%. A finales del 2014, KIA, en una alianza con el fondo australiano Macquarie, ya se hizo con la empresa E.ON España, por 2.500 millones de euros.

En el 2011, el grupo argelino Sonatrach compró el 3,8% de Gas Natural Fenosa por 600 millones, y es su primer proveedor, con un contrato de suministro hasta el 2030. Además, Sonatrach tiene presencia en Renagosa y en MedGaz. El 50% del gas natural que abastece a España proviene de Argelia.

Mientras tanto, una de las consecuencias de la crisis de Ucrania fue la preocupación europea por los suministros energéticos. Un tercio del gas natural consumido por la UE procede de Rusia y el 40% transita por la red ucraniana de gasoductos. España se ha postulado como alternativa y podría suministrar al resto de Europa el 50% de esa cantidad a través de los dos gasoductos que la unen con Argelia: el Pere Duran-Farell en Gibraltar, de 12.000 millones metros cúbicos anuales de capacidad, y el MEDGAZ de Orán a Almería, con 8.000 millones metros cúbicos. Pero para ello sería necesario completar el gasoducto MIDCAT a través de los Pirineos catalanes, cuya capacidad prevista es precisamente de 8.000 millones. Eso convertiría a España en 'país Hub' lo que proporciona grandes beneficios económicos. La vuelta del fondo kuwaití no es la única apuesta árabe por España. Ha estado precedida por Qatar, Omán, Argelia, Emiratos Árabes Unidos y otros inversores en los últimos años.

Seguramente la operación más importante hasta el momento, pero no la última, la efectuó en el 2011 el fondo IPIC, de Abu Dhabi, al hacerse con la totalidad de Cepsa por 4.000 millones. Cepsa, favorecida por este nuevo dueño y su músculo financiero, ha logrado cerrar operaciones de adquisiciones clave, como comprar Coastal Energy de EEUU por 1.630 millones o participar en Medgaz, entre otras operaciones.

Qatar se mueve

Qatar también se mueve en España. A parte de sus importantes inversiones en el sector inmobiliario, hotelero o deportivo --la última, la inversión de 1.000 Millones en El Corte Inglés uno de sus fondos soberano-- Qatar Holding se convirtió en el principal accionista de Iberdrola con el 14,2%. Omán mantiene una relación privilegiada con Enagás, de la que tiene el 5%, y también adquirió el 10% de CHL entre otras. Arabia Saudí es el cuarto suministrador de crudo de España. Ha hechos varias inversiones en diferentes sectores, como hoteles, moda, sector de derivados de petróleo, y un grupo saudí ha adquirido el 100% de Fotowatio FRV, una compañía importante de desarrollo solar.

En los últimos años, España ha multiplicados los vínculos económicos con algunos países árabes. Cada vez es más numerosa la presencia de empresas de España en la zona, atraídas por las grandes oportunidades. Un buen ejemplo son los grandes contratos adjudicados en Arabia Saudí, Qatar, Kuwait, Emiratos, Egipto, Argelia o Marruecos.

Como bloque, la UE es el segundo mayor consumidor de petróleo y gas del mundo. Consume unos 13 millones de barriles de petróleo por día (el 15% del total mundial) y 440.000 millones de metros cúbicos de gas por año (el 13% del total mundial). Oriente Próximo y el norte de África tienen el 51,7% y el 46,9% de las reservas mundiales de petróleo y gas, respectivamente, mientras solo suministran el 32% y el 17% de la respectiva producción de petróleo y gas global, lo que sugiere que la región se beneficiará de accesos a nuevos mercados.

Más allá de polémicas sobre reyes y emires, contrastes y equilibrios, riqueza y enormes necesidades, falta de democracia o transparencia, nunca antes las relaciones de España con esta región habían alcanzado estos niveles. Un ejemplo es el crecimiento de los intercambios comerciales hasta el 90% anual, llegando incluso al 150% con algunos países. La proximidad histórica y geográfica acerca a España al mundo árabe, lo que es un valor añadido que facilita la expansión y la cooperación económica y las inversiones, aunque los inversores son a menudo difíciles de convencer por la multiplicación de las ofertas. Muchos son los factores a tener en cuenta, tal vez el menos conocido es la política, que se ha vuelto el más importante ,y todo es menos predecible.