La contribución de Uzbekistán a la OCI: tolerancia islámica

Antonio Alonso. Profesor Universidad CEU San Pablo

Uzbekistán se encarga este año de presidir la Organización para la Cooperación Islámica –antigua Organización para la Conferencia Islámica—. En su discurso a la reunión de ministros de Asuntos Exteriores, Shavkat Mirziyoev, quien ocupa en la actualidad el cargo de Presidente interino de Uzbekistán se ha dirigido a la audiencia exponiendo cuáles son los principales objetivos de su presidencia rotatoria. Ha rescatado de la memoria algunos nombres de los personajes más ilustres del mundo islámico ligados a esta parte de Asia Central. Entre ellos destacan, sin duda, el imán Al Bujari, Bajuddin Naqsbandani, Mirzo Ulugbek y Alisher Navoiy.

Religión de paz

El presidente Mirziyoev ha insistido mucho en su discurso en la idea de que el auténtico Islam es una religión de paz y por eso ha afirmado que “siempre protegeremos nuestra sagrada religión” y que “condenamos con fuerza a las personas que explotan la religión del Islam para fines de violencia o derramamiento de sangre y nunca nos entenderemos con ellos”.

En el espíritu de la OIC, Mirziyoev ha subrayado los valores islámicos que se pueden ofrecer a todo el mundo, a todas las naciones, por lo que ha pedido que se entre en un diálogo de religiones para buscar la paz. En ese mismo empeño se encuentra el Vaticano en el seno de su Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso, ya que se es consciente al máximo nivel de que el futuro dela humanidad, de que la paz dentro de las sociedades que viven inmersas en un mundo globalizado, pasa necesariamente por el entendimiento entre personas de distintas culturas y religiones.

En este sentido, aparece el concepto clave: tolerancia, pero una tolerancia bien entendida, que implica aceptar la diferencia sin abandonar los propios principios ni las propias creencias. En esto Asia Central en general, y Uzbekistán en particular, tiene una larga experiencia pues en su interior se han desarrollado a lo largo de los siglos distintos credos de manera pacífica, sobre todo en los últimos 25 años: tras 70 años de ateísmo oficial una Constitución laica ha podido aportar un modelo de estabilidad y de convivencia pacífica entre los ciudadanos.

Otra clave que aporta Uzbekistán a este discurso es el de una tradición islámica abierta, tolerante, que no se ciñe a la letra del texto sagrado sino que es capaz de adaptarlo a las realidades sociales y culturales en las que se implanta.

Prioridades de la presidencia rotatoria

Mirziyoev expuso seis prioridades de su presidencia, con las que quiere profundizar en ese objetivo general de mejorar la calidad de vida de los habitantes de los países miembro de la OIC y la recuperación de una cultura islámica que ofrezca sobre todo a las nuevas generaciones unos valores imperecederos y válidos para construir unas sociedades sólidas, cohesionadas, pacíficas.

De ahí su insistencia en la necesidad de conocer las grandes figuras del Islam, para lo que ha realizado dos propuestas específicas a la organización: por un lado, establecer en el recinto del monumento funerario del imán Al Bujari (cerca de Samarcanda) un centro internacional auspiciado por la OIC para el estudio y la investigación sobre el Islam; y, por otro, crear una cátedra de educación islámica, científica y cultural dentro de la Universidad Islámica de Taskent.

En definitiva, se trata de potenciar la seguridad global a través el desarrollo local y la educación y formación de valores islámicos.

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