Las reformas de Uzbekistán atraen la atención internacional

Antonio Alonso. Profesor de la Universidad San Pablo CEU (Madrid)/The Diplomat

Durante el mes de julio han coincidido varios acontecimientos y declaraciones políticas que parecen confirmar la senda reformista iniciada por el presidente Savkat Mirziyoyev en Uzbekistán.

Durante la recepción ofrecida por la festividad del 4 de julio, la embajadora estadounidense en aquel país, Pamela L. Spratlen, pronunció un discurso (publicado en su web) en el que alabó la senda de cambios emprendida por el nuevo presidente. La Sra. Embajadora, recordó, entre otros detalles, que muchos presos de conciencia habían sido amnistiados y liberados (algunos de ellos han podido reunirse con sus familias en EE.UU.), que el trabajo infantil ha sido erradicado y que el trabajo forzoso (asunto muy relacionado con la recogida del algodón, el “oro blanco” del país) se está reduciendo.

Pocos días después, aparecía en los medios la noticia de que se reactivaban las negociaciones de la UE con Uzbekistán para renovar su acuerdo de cooperación. En el marco de las negociaciones de este tipo de acuerdos de asociación y cooperación con los países de Asia Central, parece que le ha llegado el turno a Uzbekistán. Así se lo ha encomendado el Consejo a la Alta Representante de Política Exterior, Federica Mogherini, y a la Comisión Europea. Como es bien sabido, la UE ha presionado bastante para que se revisen los asuntos relacionados con Derechos Humanos a la hora de fortalecer las relaciones con aquel país, sustituyendo su marco de acción vigente desde 1999 y que había quedado completamente obsoleto: ni Uzbekistán es el recién independizado país que era entonces ni la UE considera ya eficaces los instrumentos de cooperación que se recogían en dichos acuerdos.

Por último, en los últimos años se vienen desarrollando en Uzbekistán una serie de conferencias internacionales, jornadas y mesas redondas que evidencian la apertura del país, su interés por aprender de la experiencia de otros países que puedan contribuir eficazmente a hacer una serie de mejoras “con cabeza”. Es el caso del seminario internacional “Mejoras en el entorno legislativo de la Administración Pública: experiencia de Uzbekistán y práctica extrajera”, celebrada el 26 de junio, y de la mesa redonda internacional “Legislación y control parlamentario en las condiciones de democratización del sistema político: experiencia de Uzbekistán”, del 15 de julio pasado.

Cada nación tiene sus particularidades, su Historia, su desarrollo social, su cultura política y su sistema económico y político. Pero siempre se puede aprender de la forma que los demás tienen de hacer las cosas para mejorar el propio sistema. Eso es lo que se intentó hacer en esas dos ocasiones citadas anteriormente, muy relacionadas entre sí. En la primera, expertos procedentes de Uzbekistán, Kazajstán, Corea del Sur y la UE examinaron el proyecto de Ley “Sobre la Administración Pública”. En tres mesas redondas, los intervinientes debatieron recomendaciones sobre el estatuto jurídico, el sistema de carrera y las competencias, así como la evaluación de la efectividad de los funcionarios.

Todos ellos, asuntos de gran relieve en Europa durante la reciente crisis económicas, en la que se ha puesto en tela de juicio el tamaño de la Administración del Estado y se ha cuestionado el número de instituciones, órganos, funcionarios, etc. Entre los 15 ponentes que intervinieron se encontraban el ministro de Justicia uzbeko, Ruslan Davletov, el presidente de la Agencia de Asuntos de la Administración Pública y la Anticorrupción de Kazajstán, Alik Shpekbayev, el director de la OIT para Europa Oriental, Olga Kuliyeva, el especialista de la OIT de Empleo, Mikhail Pushkin, el Jefe Adjunto de Gestión de Personal de Corea del Sur, Choi Meng Jin, y el jefe de la Delegación de la UE Eduards Stiprais.

Por último, en la segunda mesa redonda referida, sobre el control parlamentario, el ministro de Asuntos Exteriores japonés, Kazuki Nakane, señaló que ambos países cooperan activamente en este campo desde hace 25 años y que seguirán haciéndolo, contribuyendo así a liberalizar la economía y a atraer capital extranjero al país centroasiático. Durante la reunión se recordó la intención del presidente Mirziyoyev de acabar con las “leyes muertas”, leyes completamente inútiles que no influyen en absoluto en las prácticas jurídicas y que no tienen mecanismos de ejecución.

Así, el portavoz Adjunto del Oliy Majlis, la Cámara Baja uzbeka, Sarvar Otamuratov, repitió el mensaje de su Jefe de Estado: “Todos debemos ser conscientes de que la única fuente y autor de la Ley debe ser la gente”. Por su parte, Rakhim Khakimov, director del Instituto de Problemas de Legislación e Investigación parlamentarias del Oliy Majlis, dijo que el proyecto de ley que mejorará los procesos parlamentarios está abierto a discusión pública en el sitio web www.regulation.gov.uz.

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