Marruecos, artífice de la paz

Ramón Moreno Castilla

Pie de foto: Bernardino León, representante especial de la ONU para Libia que ha tenido un papel fundamental para lograr el acuerdo de paz para Libia

Marruecos se ha apuntado un gran tanto ante la Comunidad Internacional, como país cuya diplomacia impulsada por el Rey Mohamed VI no solo se ha volcado en el continente africano para, en aras de una cooperación sin precedentes, llevar a los países hermanos de África la paz, el desarrollo y el bienestar; sino que ha puesto todo su prestigio y predicamento en la zona para la solución de los múltiples conflictos, que aquejan al continente más rico del planeta en materias primas. Así, Marruecos se ha mostrado al mundo como el país del Magreb que ha impulsado la iniciativa de las conversaciones de paz del grave y enquistado conflicto de Libia, siendo además el anfitrión de las diversas reuniones habidas en su territorio para lograr un acuerdo satisfactorio para las partes, y logar así la necesaria e inaplazable estabilidad de todo el Magreb, que sin duda redundará en la paz y estabilidad de toda Europa.

Las partes en conflicto de la guerra civil de Libia acordaron un plan de paz propuesto por las Naciones Unidas. Sin embargo, éste no ha sido firmado por el Gobierno rival instalado en Trípoli, que ha criticado diversos pasajes del borrador. En efecto, miembros del Gobierno libio internacionalmente reconocido e instalado en Tobruk y representantes de otros grupos firmaron el pasado domingo el correspondiente borrador del acuerdo, según indicaron fuentes de la ONU. Entre los firmantes se encuentran también representantes de la ciudad libia de Misrata, cuyas milicias son consideradas la columna vertebrar militar del gobierno rival tripolitano; aunque éste, sin embargo, no ha firmado aún el acuerdo, rechazando sumarse al mismo por discrepancias con el borrador Naciones Unidas.

La alta representante de la UE para la Política Exterior, Federica Mogherini, ha señalado que el acuerdo de paz y conciliación es un “importante paso” para restaurar la paz y la estabilidad en el país norteafricano. Las partes firmantes, añadió, “han tomado el futuro de Libia en sus manos de forma responsable y valiente”.  El acuerdo propuesto por la ONU para resolver la crisis libia, fue firmado en la cidad marroquí de Sjirat, que ha servido de sede  de la conversaciones. “Espero, señaló Mogherini, que los que no han firmado aún el acuerdo desplieguen similar espíritu de consenso y responsabilidad en interés del pueblo libio”.

Por su parte, el ministro alemán de AA.EE, Frank-Walter Steinmeier, calificó el acuerdo “como un importante paso hacia adelante, que se corresponde con el deseo de una amplia mayoría de los libios”. “Es importante que ahora se instale rápidamente un gobierno de unidad nacional para que finalmente se puedan dar los pasos necesarios para una estabilización de Libia”, añadió el responsable de la política exterior alemana. Además de estos reconocimientos al trabajo realizado, Washington ha expresado su profunda gratitud a Marruecos, a la que se han sumado diversos Gobiernos europeos como Italia, el propio Egipto y los países fronterizos. El Secretario General de la ONU, Ban hi Moon se felicitó igualmente por la tenaz y perseverante acción diplomática de su Enviado Especial para Libia, el brillante diplomático español Bernardino León, que ha sido el catalizador del esperado y necesario acuerdo.

En el plano interno español, resulta sorprendente que en una entrevista al ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, realizada por el periodista  Antonio Jiménez, conductor de un programa de debate político del Canal 13 TV, próxima al Gobierno del PP, sobre los peligros del autodenominado Estado Islámico, éste haya obviado, cuando se refirió a Libia, el acuerdo de paz alcanzado en Sjirat, bajo los auspicios de Marruecos. En este sentido, la secretaria de Relaciones Internacionales del PSOE, Carme Chacón ha dado la bienvenida al acuerdo de paz y reconciliación en Libia, señalando que “es un gran paso en la nueva dirección” para lograr un Gobierno de unidad nacional que permita “avanzar en el proceso de transición política y poner de nuevo en marcha la reconstrucción del país”. Chacón ha explicado que se trata de “un acuerdo importante” porque abre una vía sostenible para la contribución a la paz y a la estabilidad de Libia, y permitirá tambien hacer frente de manera más efectiva, a los retos que el país tiene planteados en términos de poner fin al deterioro de la situación humanitaria, el Estado de derecho, reforzar la seguridad frente al terrorismo yihadista, y promover la cooperación económica.

La responsable de RR.II del primer partido de la oposición de España, ha felicitado igualmente a Bernardino León (que ya fuera subsecretario del Ministerio de AA.EE español en la época de Moratinos, en el Gobierno de Rodríguez Zapatero) y representante de las Naciones Unidas para Libia, que ha sido “una figura clave en la consecución de este acuerdo”,  enfatizando que hay que seguir apoyando su trabajo “en favor de la paz y reconciliación del país”. “Era necesario renovar el compromiso de la Comunidad Internacional para acompañar y asistir al pueblo libio, en el proceso de estabilización y transición política desde hace tres años”, ha concluido Chacón.

Recuérdese que tras el asesinato del líder libio Muammar El Gadafi, y la guerra civil a la que se enfrentó este país, con presencia de milicias yihadistas del Daesh, Libia estaba al borde del precipicio; y si no se firmaba el acuerdo, el EI estaría en disposición de atentar hasta en la misma Grecia. Es evidente, pues, que esa situación de inestabilidad política y de guerra fraticida, suponía una seria amenaza para los países del Magreb, de la cuenca mediterránea y para toda Europa. De ahí la enorme importancia del acuerdo de paz; cuyas conversaciones se han llevado a cabo en un país magrebi, Marruecos, que ha volcado toda su diplomacia y buen hacer en la solución del conflicto libio, gracias a la diplomacia pacificadora impulsada por el Monarca marroquí, sabedor de que la paz en la zona es fundamental para la seguridad y estabilidad del continente africano y para la propia construcción de la UMA (Unión Magrebí Árabe), de la que Marruecos es parte fundamental.