Papa Francisco invitado del Comendador de los Creyentes
Khairallah Khairallah. Periodista libanés
Nada sucede por casualidad en este mundo, incluida la visita del jefe de la Iglesia Católica, el papa Francisco a Marruecos. Rabat es la segunda parada árabe del Papa Francisco en dos meses, después de haber visitado los Emiratos Árabes Unidos en febrero. En Abu Dhabi, el pontífice se reunió con Sheikh Mohammed bin Zayed, el príncipe heredero de Abu Dhabi y una figura destacada en la propagación del espíritu de moderación, apertura y tolerancia en la región, y con el Gran Imán de la Universidad de al-Azhar, Sheikh Ahmad al- Tayeb, con quien firmó el "Documento de Fraternidad Humana".
No hay nada mejor que la visita marroquí para confirmar que el mundo no es rehén del extremismo y los extremistas y que hay hombres y mujeres de sustancia que ya están trabajando duro, y no solo con palabras, para difundir la apertura, la moderación y la tolerancia en el mundo musulmán, además de luchar contra el terrorismo.
La visita del Papa Francisco al Comendador de los Creyentes, el rey Mohammed VI, es la encarnación de un frente común que incluye a representantes de todas las religiones monoteístas que trabajan para la eliminación del terrorismo en todas sus formas e independientemente de sus fuentes. El terrorismo no está vinculado al islam, excepto en la mente de algunas personas ignorantes y racistas que se niegan incluso a reconocer la tragedia que ocurrió hace unas semanas en Nueva Zelanda. Desde este punto de vista, era natural que el pontífice y el rey Mohammed VI lanzaran un llamamiento para preservar a Jerusalén como un "patrimonio común" de las tres religiones monoteístas, en un documento conjunto firmado en Rabat.
La visita del gran pontífice a Marruecos es un testimonio del coraje del rey Mohammed VI en el uso de un discurso audaz que es acorde con el espíritu de la época, como solo unos pocos pueden hacer. Esto se debe al hecho de que él es el rey de Marruecos, un país con una civilización de profundas raíces, y el comendador de los creyentes al mismo tiempo. Al dirigirse al papa Francisco en Rabat, el rey Mohammed VI dijo: "Estábamos interesados en que el momento y la ubicación (de la visita) expresen el profundo simbolismo, la importancia histórica y el alcance de la civilización del evento. El sitio histórico, que acuna nuestra reunión de hoy, combina los significados de apertura, acercamiento al otro y enriquecimiento intercultural, y es en sí mismo un símbolo de equilibrio y armonía. Fue establecido deliberadamente en la confluencia de Bouregreg River y el Océano Atlántico y en el mismo eje, que se extiende desde la mezquita Koutoubia en Marrakech hasta la Giralda en Sevilla, formando así un vínculo espiritual, arquitectónico y cultural entre África y Europa.
Queríamos que su visita a Marruecos coincidiera con el mes de Rajab, un mes que había sido testigo de uno de los acontecimientos más simbólicos en la historia del islam y el cristianismo, cuando los musulmanes abandonaron La Meca, por orden del profeta Muhammad, la paz sea con él, para escapar de la persecución y buscar refugio en An-Najashi, el rey cristiano de Abisinia. Esa fue la primera bienvenida, y la primera relación mutua entre el islam y el cristianismo ".
"Aquí estamos hoy celebrando este conocido mutuo, por el bien del futuro y el de las generaciones venideras", continuó el monarca marroquí. “Su visita a Marruecos se produce en un contexto en el que la comunidad internacional, así como todos los creyentes, enfrentan muchos desafíos. Estos son desafíos de un nuevo tipo, y su peligro se deriva de su traición del mensaje divino, corrompiéndolo y maltratándolo siguiendo la política de rechazar al otro, por encima de otras doctrinas religiosas. En un mundo que busca sus referencias y constantes, el Reino de Marruecos siempre se ha esforzado por resaltar y aferrarse explícitamente a los lazos de hermandad que unen a los hijos de Abraham, la paz sea con él, como la piedra angular de la civilización rica y multicultural de Marruecos. La cohesión que reina entre todos los marroquíes, independientemente de las diferencias en sus creencias, es un brillante ejemplo en esta área.
Esta cohesión es una realidad cotidiana en Marruecos, y esto se refleja en mezquitas, iglesias y templos que existen uno al lado del otro en las ciudades del Reino.
Como rey de Marruecos y "Amir Al Mu’minin", se me confía la libertad de practicar los ritos religiosos. En ese rol, soy el Emir de todos los creyentes, sin importar su fe.
Como tal, no puedo hablar de la tierra del islam, como si no hubiera aquí musulmanes no musulmanes. Soy el garante de la libertad de practicar las religiones celestiales. Me han confiado la protección de los judíos marroquíes y los cristianos extranjeros que viven en Marruecos. "Perseguimos constantemente lo que agrada a Dios, más allá de nuestras oraciones silenciosas y explícitas, y más allá de nuestras creencias y la paz interior que brindan, para que nuestras religiones sigan siendo puentes perfectos, y que las enseñanzas y la misión del islam sigan siendo un faro eterno".
El discurso del rey Mohammed VI en presencia del Papa en Rabat fue audaz más allá de las palabras. Estaba muy lejos de las grandes palabras habituales y las consignas huecas que han caracterizado los discursos de la mayoría de los líderes árabes en los últimos 50 años. Mohammed VI abordó directamente los problemas existentes y no se limitó a hablar solo de tolerancia. Existen otras cosas más allá de la tolerancia entre las personas y entre las religiones. El monarca marroquí lo dijo con franqueza: “Sin embargo, está claro que el diálogo entre las religiones celestiales no es suficiente en la realidad de hoy. En un momento en que los estilos de vida están experimentando grandes transformaciones, en todas partes y en todas las áreas, el diálogo interreligioso también debe evolucionar y renovarse. El diálogo basado en la "tolerancia" tomó bastante tiempo, pero no alcanzó sus objetivos. Las tres religiones celestiales no crearon espacio para la "tolerancia" entre sí, ni como una elección obligatoria porque es nuestro destino, ni por elección por consideración mutua. Al contrarrestar el extremismo en todas sus formas, la solución no sería ni militar ni financiera. La solución radica en una cosa: la educación. Si insisto en la educación, es porque quiero condenar la ignorancia. Lo que amenaza a nuestras civilizaciones son los enfoques maniqueos y el rechazo de la otra. Nunca ha sido la religión. Así que hoy, en mi calidad de Comendador de los Creyentes, llamo a dar a la religión el lugar que merece en el campo de la educación ".
El Papa Francisco fue el segundo pontífice después del fallecido Papa Juan Pablo II en visitar Marruecos desde 1985. El rey Mohammed VI ha otorgado a esta última visita una dimensión práctica diferente relacionada con la experiencia de Marruecos en, entre otros aspectos, su trato humano y civilizado a los refugiados en el Reino. La visita papal fue una ocasión para resaltar la importancia de las acciones concretas de Marruecos en varios niveles, incluida la propagación del islam moderado en África y en otros lugares a través del instituto establecido por el rey en Rabat para la capacitación de imanes y consejeros religiosos. Además, las relaciones de Marruecos con los países africanos y europeos no se limitan a los intereses bilaterales, sino que van más allá de lo que es mucho más importante. Marruecos está muy interesado en preservar el islam y protegerlo de aquellos que quieren invertir en la "ignorancia". El rey Mohammed VI lo expresó sucintamente cuando dijo: "Es hora de rechazar la explotación de la religión como pretexto del ignorante".
El papa Francisco vino a Marruecos para confirmar una excepción marroquí. Esta excepción se basa en la modernización de las instituciones estatales en un antiguo reino con profundas raíces históricas, por un lado, y con un recurso raro llamado el ciudadano moderado que está abierto al mundo y al otro, independientemente de la religión, por el otro lado.