Siria, un irresoluble cubo de Rubik

José María Bartol Espinosa

 El juguete más vendido del mundo, invención del escultor húngaro Rubik supera los 43 trillones de permutaciones qué, a un segundo por movimiento exigiría 1.400 billones de años de resolución. Un joven logró resolverlo en 19 pasos. Lo de Siria está resultando más complicado. Los vientos de poniente no tardaron en llevar el espíritu de la nefasta “Primavera árabe” desde Túnez al medio y lejano Oriente. No dudo en llamarla nefasta, pues  la humareda del héroe Buazzizi cargada de dignidad y  libertades tras 2011 solo sirvió para derrocar a un dictador en Libia y a un mariscal en Egipto, a cambio de incrementar a miles los oficios funerarios y los baños de x’aria radicalizando el comportamiento de las sociedades islámicas.

    Cuando Bachar el Asad, presidente de Siria, heredero sanguíneo de la pintoresca democracia siria cuyo apellido significa en árabe “El León”, sufrió la primera manifestación de su pueblo de mayoría sunita, no dudó lo más mínimo en disparar contra las masas de ciudadanos, incluso con tanques del Ejército se atrevió a bombardear una mezquita un viernes de oración. El doctor en medicina Bachar, desde su palacio de Damasco se juramentó no para salvar vidas como Hipócrates, sino para aplastar de la forma más cruel e inhumana un levantamiento -en principio- nada violento. Puso a los soldados del Ejército regular de Siria a disparar contra sus padres y hermanos, novias y amigos que iban por las calles con pancartas. Allí concluyó toda posibilidad de entendimiento y negociación.  Abrió la caja de Pandora con todas las conjuras del islam radical.

    Después de seis años, ver documentales de aquella Siria presidida por la belleza de Damasco, la ciudad más antigua del mundo, causa estupor y tristeza. 6.000 años de historia, capital desde el año 660 del islam más culto y refinado con la dinastía de los Omeyas, suníes Jaraichitas del clan del profeta Mohamed; Damasco, con una población superior a 5 millones de habitantes constituye una sociedad multireligiosa y étnica, es la tumba de Saladino y de Juan el Bautista, meta de San Pablo en su cegador camino hacia la cristiandad.

    Los sirios, en opinión del Thasal de Israel, han sido siempre los enemigos más correosos y valientes con los que se han enfrentado desde el 48, la Guerra de los Seis Días en el 67 y del Yon Kipur en el 73 lo demostraron y ahí están pagando su tributo del Golán perdido por no avenirse a negociaciones humillantes como hicieron Egipto para recuperar el Sinaí o Jordania cediendo la Trans. para salvar el resto del pellejo patrio.

    Todos los conflictos civiles son la manifestación más horrorosa de la guerra, pues tan cobardes, heroicos o crueles son los de una trinchera como los de enfrente. En Siria no les queda ni ese consuelo, Probablemente sea la guerra más caótica y absurda desde los orígenes de la Tierra, no existen fronteras ni frentes con trincheras, no hay batallas con ejércitos dirigidos por estrategas militares, la crueldad y venganza son los móviles de todo ciudadano que empuña un arma, la lucha de guerrillas ha convertido el mapa político de Siria en una cartografía geológica, faltan colores para definir los infinitos grupos y facciones en lucha. La muerte preside todo. Más de dos millones de ciudadanos huyen despavoridos, los campamentos de refugiados de los frentes en guerra brotan como hongos pero nada es seguro pues ese mapa de aspecto geológico muta continuamente, según arreones de soldados o milicianos atrapando a mujeres niños y ancianos que no pueden huir ya que fuera de sus casas y tiendas de campamentos intuyen la nada más absoluta.

    Cuando hace seis años Bachar el Asad horrorizó al mundo disparando contra su propio pueblo en manifestación, originó condenas de todos los países de Occidente y del Golfo pues contaba con el apoyo del Irán chiita. Esta repulsa no fue ni rápida ni efectiva, Occidente (eufemismo de papanatas), como de costumbre quería resolver desde el aire sin poner un soldado en tierra y así ya está demostrado que no se gana ninguna guerra, Libia con 5 millones de habitantes y 5 ciudades (el resto es desierto) ha demostrado el coste de una mala intervención (aún dura la cosa).

    Desde hace tres años, la creación del satánico Daesh, a caballo entre los territorios de Irak y Siria, ha venido a ensangrentar el conflicto abriendo nuevos frentes además de horrorizar al mundo con su metodología asesina de crueldad alucinante, inimaginable en el S-XXI. Junto al teórico Ejército Regular sirio que controla el presidente Bachar luchan las milicias chiitas del Movimiento Hizzbulá dirigidas por el etéreo (no hay quien lo vea en carne y hueso) Nasraláh que significa la victoria de Alah. Además de un conglomerado de brigadas progubernamentales. También luchan -desde el 2015- ayudando a Bachar, los rusos, aunque ellos pretenden hacer creer que solo atacan objetivos del funesto Daesh, lo cierto es que bombardean todo bicho viviente que no sea del Ejército sirio con especial dedicación a los comboyes que desde Mosul trasportan en cisternas cual reguero de pasoniarias el crudo del Daesh hasta los puertos de Turquía (otros que están a sacar tajada de todo el infierno sirio). Los kurdos que vislumbran el sueño de poseer por primera vez en su historia la existencia de un Estado propio, anexando suelo sirio e iraquí luchan contra el Daesh pero son enemigos de todo el que se acerque por su zona y de paso atentan contra Turquía que fiel a su destino genético no piensa cederles ni un metro cuadrado, ni dejar -si fuera posible- un solo kurdo con vida.

    El frente contrario, es decir todas las fuerzas que luchan contra Bachar, primero tienen que convencer al pueblo de que luchan por Siria, cosa que desde el principio del conflicto ha querido monopolizar el presidente, especialmente tras la intervención de potencias occidentales capitaneadas por los EEUU qué, como no quieren poner soldados en tierra salvo escasos asesores, se han apoyado en todo tipo de facciones rebeldes antigubernamentales, gente anarca que hacen lo que les sale del turbante, no lo que les dicen los yankees, y todo aderezado con el  grito de “Alah u akbar” capitaneados -al principio- por la legendaria Al Qaida, que por lo visto muerto Bin Laden, ya son “buenos chicos” ¡tarariqueteví¡ … sirviendo  de instructores para la ensalada de grupos y grupúsculos de todo pelaje que han surgido al arrullo de la venta de armamento. Ya no importa que sean islamistas, yihadistas, muhaidines o seculares, la cuestión es que luchen contra Bachar.

    La gigantesca y grotesca ensalada de siglas está servida, para darse de alta en el listado del horror, todos eligen hermosas palabras: Frente, Ahrar al Sham, Comquista de Siria, Jaish al Fatah, al Nusra, Ejército Libre Sirio, etc… Es un totum revolutum perfecto, ¡todos contra todos¡  Ceo que en lo único que coinciden es en lo mismo que ya coincidían antes todos los pueblos arábigo-musulmanes desde el 48, es decir, en el odio ancestral a Israel y a los EEUU, ampliado últimamente a las potencias europeas como Francia, Gran Bretaña y Rusia. Por odiar que no quede la cosa.

    Milicias guerrilleras, brigadas de jóvenes inexpertos forman la carne de cañón de ésta guerra cruel; las ciudades son tomadas, perdidas y retomadas de nuevo por otros que vienen con más energía o mejor armamento. Los auténticos señores de la guerra, es decir las fabricas de armas y municiones siguen forrándose a costa del dolor de los sirios. Los reyezuelos del Golfo no dicen nada,  pero subvencionan a los beligerantes sunitas y no dejan de echar leña al fuego sin dignarse recibir siquiera una docena de refugiados de la guerra. ¡qué horror, nuestras ladys paseando por las mismas calles que estos desarrapados ¡ ….

    Qué pena de aquella Gran Siria desaparecida, qué tristeza de esa maravilla de la civilización, la belleza hecha ciudad convertida hoy día en basurero total. La Bagdad Abasida y la Córdoba de los Abderramanes lloran de continuo por Damasco.

    La diplomacia norteamericana, experta en titubeos y meteduras de pata urbi et orbi, exige la salida de Bachar el Asad (¿?)… hoy día nadie duda de que Siria es una guerra sin buenos; las palabras paz, generosidad, armisticio, perdón, negociación, amor, etc , han sido desterradas del lenguaje, solo existen malos y malísimos. Seria inteligente hacerse la pregunta: ¿Cuál es el mal menor para Siria?   Para ello quien tenga el talento debe ser el mismo que tenga el poder, tanto poder como para pensar en las almas de los sirios en lugar del negocio de las armas.

Envíanos tus noticias
Si conoces o tienes alguna pista en relación con una noticia, no dudes en hacérnosla llegar a través de cualquiera de las siguientes vías. Si así lo desea, tu identidad permanecerá en el anonimato