Un vencedor electoral que defiende a los partidarios de Ben Ali

Por Omar Mestiri
Foto: Una mujer ondea una bandera tunecina durante la jornada electoral del domingo pasado/AFP.
 
Los primeros datos que tenemos a nuestra disposición sobre las elecciones legislativas en Túnez nos permiten pensar que, incontestablemente, el próximo Parlamento estará dominado por el partido Nida Tounes, el gran ausente en las elecciones de 2011 para la Asamblea Nacional Constituyente. Sólo este partido tendrá a partir de ahora la posibilidad de escoger a sus socios de gobierno y pactar con ellos las orientaciones para gobernar. El movimiento islamista Enahda será seguramente la segunda fuerza política. Este movimiento ha hecho todo lo posible para no desgastarse después de haber gobernado el país. Ahora adopta una postura de resistencia y tiene muchas tensiones internas. Consiguió dominar la Asamblea Nacional Constituyente y el poder en la legislatura saliente,  y esto le permitió controlar las divergencias internas. El carisma del jefe histórico de Enahda, Rachid Ghanouchi, también frenó las tensiones internas. Pero estas divergencias se han avivado a medida que Enahda ha tenido que hacer concesiones y salir finalmente del gobierno a principios de este año. Ennahda tendrá menos diputados en el Parlamento en esta nueva legislatura y ya no será una fuerza clave como sí lo fue en la Asamblea Nacional Constituyente (ANC). Un partido como Enahda que sufrió una derrota sólo puede registrar pérdidas sustanciales en sus filas y unos cambios de posturas muy dolorosos. 
 
El triunfo de las ideas
Nida Tounes es el gran vencedor de las elecciones tunecinas. No es que haya conseguido una mayoría aplastante en el Parlamento, aunque ya veremos qué dicen los resultados en las próximas horas, es que ha conseguido  imponer sus tesis a la opinión pública. Ha convencido a la opinión pública de que es necesario ‘cerrar el paréntesis revolucionario’. Ha desacreditado el discurso revolucionario y a sus partidarios, que  conformaron la antigua mayoría en el poder. Ha conseguido centrar el discurso político entre ‘modernistas e islamistas’ y ha convencido a la opinión pública para que no se lleve a cabo un proceso contra la antigua dictadura de Zine El Abidine Ben Ali. Nida Tounes utilizó un argumento que convenció a mucha gente : mirar el pasado no da de comer al pueblo. Hay que mirar el futuro y superar los problemas. Nida Tounes ha exagerado incluso los problemas económicos del país y denunciado la  "incompetencia" de la Troika ( el Gobierno de Enahda y dos partidos laicos). En resumidas cuentas, Nida Tounes ha ganado la batalla política, porque ha conseguido rehabilitar el antiguo régimen, y mucha gente ha apoyado sus tesis. 
 
Gobierno de coalición
Ahora bien, Nida Tounes no tendrá fuerza suficiente para gobernar en solitario. Tendrá que pactar con otras fuerzas políticas. El modo de escrutinio proporcional, que ha sido muy criticado por los partidarios de Nida Tounes, no favorece la hegemonía de un sólo partido. De todos modos, quiero recalcar que Nida Tounes no tendrá dificultades para formar una coalición con formaciones adversarias de la coalición saliente. Pero no sabemos si la nueva coalición tendrá el apoyo de los dos tercios de la Cámara que le permitiría proceder a cambios institucionales mayores y revisar completamente el proceso revolucionario que se inició en 2011. Este es el principal objetivo de Nida Tounes, y así lo han expresado algunos de sus jefes. Así las cosas, hay que tener en cuenta que la clave de todo sistema democrático es la alternancia del poder. Pero no es la única. Túnez tiene una gran diversidad política e ideológica y una sociedad civil vigorosa  que se expresa a través de los partidos políticos pero también a través de otros espacios. En esos espacios los ciudadanos debaten, proponen, critican… En tres años hemos conseguidos muchos avances, y creo que sería un error despreciar estos avances. Pero el poder político no lo es todo. El poder económico, en Túnez, sigue en manos de los partidarios del antiguo régimen. La Troika no fue capaz de cuestionar ese poder económico. Nida Tounes apoya ese poder económico. Mientras que sus privilegios no sean cuestionados abiertamente, la democracia vivirá amenazada.  Creo que necesitamos reactivar el proceso revolucionario y la movilización popular y conseguir que las instituciones controlen ese poder económico. Hemos visto que después de que Ben Ali abandonara el poder, se formaron nuevas redes de tipo mafioso que se aprovechan de la debilidad del Estado para actuar. Ahora mismo, la mitad de la actividad económica del país es economía sumergida. Así no podremos seguir mucho tiempo. Túnez necesita llevar a cabo grandes reformas políticas y económicas democráticas. 
 

Envíanos tus noticias
Si conoces o tienes alguna pista en relación con una noticia, no dudes en hacérnosla llegar a través de cualquiera de las siguientes vías. Si así lo desea, tu identidad permanecerá en el anonimato