‘El uso de las mosquiteras es esencial en la lucha contra la malaria’

Carmen Chato

Esther Tallah, pediatra camerunesa que dirige la Coalición contra la Malaria en su país, ha sido galardonada con el premio Harambee 2016 a la Promoción e Igualdad de la Mujer Africana. Mujer comprometida con la lucha contra la malaria, continúa con EFEDI, su nuevo proyecto, trabajando en la idea de que la educación es la mejor arma para conseguir el desarrollo efectivo de las comunidades.

¿Cuándo tomó conciencia de que la malaria era realmente un asunto grave?

Cuando trabajaba en el hospital recibía niños que morían por problemas causados por la anemia o la malnutrición. Pero también muchos casos de enfermos de malaria, casos que he visto desde que empecé a ejercer. En 2012, Camerón puso en marcha programas para luchar contra esta enfermedad. En las comunidades, sobre el terreno, mi primer acercamiento como médico era preguntar en cada una de ellas cuáles eran los tres problemas relacionados con la salud más acuciantes. No podían enumerar tres enfermedades sin mencionar la malaria. Eso me hizo ver que era un asunto grave.

La malaria mata a más niños que Boko Haram pero la opinión pública no lo percibe como un problema. ¿Cómo se puede concienciar a la sociedad de que con la malaria nos enfrentamos ante un problema igual de grave que el terrorismo?

Creo que lo importante es, sobre todo, educar e informar. Dar la información correcta a los periodistas y a los líderes mundiales- de hecho el presidente de los Estados Unidos ha anunciado que destinará grandes cantidades de dinero para apoyar la lucha contra la malaria- pero, sobre todo, en los países en los que se sufre la enfermedad que deben comprometerse a nivel estatal a luchar contra la malaria porque si se dan cuenta de que mata a más personas que el terrorismo, el ébola o el zika, la malaria recibirá más atención que la que está recibiendo ahora.

¿La sociedad está concienciada de lo que significa sufrir la enfermedad?

La gente lo ve como algo lejano y escabroso. Pero es importante que estén bien informados sobre una la enfermedad que es muy peligrosa en niños y embarazadas pero que también se puede prevenir y que tiene tratamiento. Y esto último es en lo que hay que poner más énfasis. Cuando hacemos trabajo de concienciación, incluso entre la clase política de mi país, la gente ve la malaria como algo que forma parte de sus vidas y que ya en el colegio es un tema que se trata. Pero cuando les mostramos los datos, en realidad no la conocen en profundidad. Si se hacen los cálculos, la malaria causa el 40% de la mortalidad infantil en Camerún. ¿Qué mata más que eso?

Esther TallahEs la directora de la Coalición contra la Malaria de Camerún. ¿Cómo trabaja esta organización?

La coalición trabaja gracias a Malaria Consortium con base en Reino Unido y con fondos de GlaxoSmithKline. En sus inicios, estaba enfocada en buscar apoyos en la lucha contra la enfermedad. En ese momento pusimos mucho énfasis en diseminar información, de hecho, la primera acción que hicimos fue con periodistas, con los que terminamos trabajando de manera mensual en reuniones en los que tratábamos temas concretos como el uso de insecticidas o la malaria en embarazas. Incidíamos mucho en los mensajes clave. Pusimos en marcha con este grupo una revista semestral “About malaria”, que ahora por falta de fondos no podemos publicar, para poder comunicar y tener disponible información sobre la enfermedad. También editamos un libro “Practical guide for the fight against malaria”.

Otra de las vías fue trabajar con el Parlamento Europeo. Recibimos a parlamentarios, en 2008 y en 2009, que quisieron venir a un país que sufre de malaria endémica y que quisieron ver de primera mano en qué consistía.

También nos enfocamos en nuestros propios parlamentarios que empezaron a concienciarse del significado de la enfermedad, incluirla dentro de las actividades del comité parlamentario que se ocupa de los temas de salud y diseñar así un plan de acción.

El ministro de Sanidad y la coalición comenzaron a trabajar juntos en el desarrollo de propuestas para el Fondo Global para la Lucha contra la Malaria en Camerún. Se pusieron en marcha dos campañas: una para distribuir mosquiteras en los hogares y otra para entrenar a personal local en el apoyo de las comunidades. Esta última se centra en realizar diagnósticos rápidos y tratamientos cuando se confirma un caso de malaria, que éste sea tratado en la comunidad, en casa, y que sólo se manden a centros sanitarios los casos más complicados.

¿Es la prevención la clave en esta lucha?

Por supuesto. La prevención es básica. El uso de las mosquiteras ha demostrado que son muy efectivas. En los lugares en los se utilizan de forma correcta, cuando las personas duermen cada noche con ellas, los casos de malaria disminuyen.

Pero a menudo la resistencia a usar estas mosquiteras viene dada porque la gente dice que los mosquitos les han picado durante el día y que entonces no entienden qué efectividad tienen. La explicación es que la malaria se transmite por un mosquito determinado que tiene un comportamiento particular y peculiar: la hembra de este mosquito sólo pica durante la noche, con mayor actividad entre las diez de la noche y las dos de la madrugada. Esta actividad coincide cuando normalmente las personas duermen y cuando ese sueño es más profundo.

Su nuevo proyecto está centrado en las mujeres y las niñas, ¿en qué consiste?

Cuanta más educación reciben las mujeres y las niñas, está demostrado que se produce una mejoría en temas sociales y sanitarios. Por este motivo, un grupo de amigos que estábamos interesados en dar educación de calidad a niñas y mujeres y asegurar su acceso a la educación, pusimos en marcha EFEDI.

Comenzamos con guarderías, pero esperamos ampliar el trabajo el año que viene en la educación primaria para niñas y también para niños: queremos dar las mayores oportunidades a estos niños para que desarrollen y exploten al máximo su potencial y que puedan acceder, al igual que yo hice, a la educación superior.

Este programa no está solo centrado en los niños sino también trabajamos con los padres. Así, no tenemos tasas de abandono pues vienen a reuniones y les explicamos nuestro trabajo para que luego continúen nuestra labor en casa.

¿Cómo pueden ser los hombres parte del cambio?

Ponemos el énfasis en las niñas porque ellas son las que registran una mayor tasa de abandono escolar y queremos que esto se reduzca. Pero es muy importante que los chicos estudien porque cuanto más educados están, menos se ven involucrados en prácticas que impactan negativamente en las familias y en las chicas.

¿Será esta generación testigo del final de la malaria?

Si trabajara en un país como Senegal o Zambia, la respuesta sería un sí rotundo. Pero el último Informe Global sobre la malaria incluye diez países en los que la enfermedad es una epidemia, uno de ellos es Camerún.

Pero creo que es algo positivo el que se resalten estos países porque es una manera de captar la atención y mejorar la situación. Mi pasión en la lucha de la malaria viene de que, si pones las herramientas necesarias en las manos de la gente, tienes resultados inmediatos. En otros países ya se hace, como Etiopía, donde tienen un censo de hogares en los que hay que reponer mosquiteras, llevan un seguimiento exhaustivo y la reemplazan cuando su uso ya no es efectivo. Necesitamos este tipo de iniciativas para tener la capacidad de avanzar, se puede lograr si ponemos sobre la mesa los medios para lograrlo. 

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