Al-Sisi no será juzgado por el Tiananmen egipcio de hace un año

Por Mohamed Sahli
 

Foto: El presidente egipcio, Abdelfatah al-Sisi, no será juzgado por la matanza cometida hace un año en la Plaza de Rabaa al-Adawiya de El Cairo.

El  antiguo mariscal y actual presidente de Egipto, Abdelfatah al-Sisi, que tiene el apoyo político de Estados Unidos y la Unión Europea (UE), no será juzgado por su responsabilidad en la masacre de la Plaza de Rabaa al-Adawiya, que tuvo lugar en El Cairo  el 14 de agosto de 2013. Al-Sisi y sus generales derrocaron al presidente electo de Egipto, el islamista Mohamed Mursi, y acabaron con el poder de los Hermanos Musulmanes. El militar golpista, siguiendo una vieja tradición castrense en la vida política egipcia, aseguró que su objetivo no era otro que acabar con el caos y restablecer el orden en el país árabe. El 14 de agosto de 2013, fuerzas policiales y militares desalojaron a miles de personas que se habían concentrado en la Plaza de Rabaa al-Adawiya, en el este de la capital egipcia, para protestar contra el golpe de Estado militar. Muchos manifestantes eran islamistas, pero también acudieron a la concentración militantes de izquierda y ciudadanos descontentos con la evolución de los acontecimientos políticos en Egipto. Durante 45 días decenas de miles de egipcios se concentraron en la citada plaza para expresar su repulsa a los militares golpistas. La intervención policial y militar provocó la muerte de al menos 851 personas y causó centenares de heridos y muchas detenciones. Según denuncia la ONG Human Rights Watch (HRW), en la Plaza de Rabaa al-Adawiya, hubo una matanza y Al-Sisi debería ser juzgado como  principal responsable de este crimen de Estado. Algunos activistas pro derechos humanos comparan lo que ocurrió en El Cairo hace un año con la matanza de la Plaza de Tinananmen, en Pekín, el 4 de junio de 1989,  cuando centenares de estudiantes fueron asesinados, y entre 7.000 y 10.000 resultaron heridos, por fuerzas militares y policiales durante una protesta contra el régimen comunista chino. “En la Plaza de Rabaa al-Adawiya, las fuerzas de seguridad egipcias perpetraron en un sólo día una de las más importantes masacres de manifestantes de la historia reciente”, declaró Kenneth Roth, director ejecutivo de HRW.

Responsables de la masacre
La Policía acusó a los manifestantes de estar armados, lo que, según HRW, es mentira. Diversas investigaciones independientes y muchos testigos de los hechos apuntaron en la misma dirección: las fuerzas de seguridad utilizaron gases lacrimógenos y abrieron fuego contra manifestantes desarmados. Como en la Plaza de Tiananmen. La mayoría de los cadáveres tenían impactos de balas. Si hubo manifestantes armados, fueron unos pocos. La Policía, que perdió a ocho de sus agentes en los enfrentamientos,  encontró en la plaza15 armas de fuego. Pero no está claro que pertenecieran a los manifestantes. Pudo ser un montaje de la propia Policía. Los responsables de la masacre fueron, en primer lugar, el ministro de Defensa y  jefe de las Fuerzas Armadas, que era el propio Abdelfatah al-Sisi. Y después otos jefes policiales y militares. Kenneth Roth piensa que “no sólo se utilizó la fuerza excesivamente, hubo una represión violenta y planificada desde el gobierno egipcio. Muchos de sus representantes siguen en el poder en Egipto y tienen que rendir cuentas”. HRW cita los casos de altos responsables de la operación policial como Mohamed Ibrahim y Medhat Menshawy. Ningún oficial de la Policía o del Ejército ha sido investigado por esta masacre, y las nuevas autoridades egipcias han puesto muchas pegas a las ONG internacionales que quieren saber lo que ocurrió en la Plaza de Rabaa al-Adawiya. Una delegación de ONG fue incluso expulsada de Egipto a su llegada al aeropuerto internacional de El Cairo. Los hechos del 14 de agosto de 2013 en El Cairo pasarán a la historia de las matanzas y crímenes de Estado en Egipto. Y el presidente Al-Sisi seguirá en el poder y gozando del apoyo y la confianza de los que manejan los mecanismos políticos y económicos del país árabe en Occidente.


 

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