Almería, una ciudad islámica

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Dominada por la Alcazaba, la Almería musulmana se dividía en tres recintos, el más antiguo, (la “Medina”) fue mandado construir por Abderramán III, pronto hubo de ampliarse ante el rápido desarrollo económico y la masiva llegada de nuevos habitantes. Así que, a principios del siglo XI, la ciudad se amplió por el este en tiempos de Jayrán (arrabal de la “Musalla” el Oratorio), y por el oeste por su sucesor Zuhayr (arrabal del “Hawd”, el Aljibe). Esta estructura urbana, con tres barrios, se mantiene hasta la toma de la ciudad por los Reyes Católicos.

Para el Islam, la ciudad es la suma de los creyentes (musulmanes) que comparten un ideal religioso. En ese sentido, el esquema urbano de Almería es similar a otras ciudades islámicas: mezquitas, murallas y alcazaba, zocos, palacios..., calles y casas. Se trata de un mundo de tensiones entre lo público y lo privado, entre lo abierto y lo cerrado, entre lo visible y lo secreto. Lo importante es proteger la intimidad, la vida privada, la casa, donde se encuentra el “harem” (lugar sagrado)

Tampoco la vida cotidiana de los almerienses era diferente a la de otras ciudades andalusíes. Eran amantes del hogar, al que procuraban proteger del ruido y de las miradas indiscretas. La vida diaria, se repartía entre el cumplimiento de los preceptos coránicos y el trabajo. Los hombres en sus talleres artesanales o comercios, algunos relacionados con la fabricación de sus famosas telas de lujo muy solicitadas en todo el Mediterráneo.

El día sagrado de los musulmanes, el viernes, acudían a la Mezquita Mayor, tras lo cual solían visitar los cementerios, cerca de las puertas de la ciudad. La población se divertía en reuniones familiares, juegos de cañas en la plaza vieja o paseos por correderas, alamedas o cementerios.

Judíos y mozárabes vivían pacíficamente integrados en la ciudad, la judería se localizaba en los alrededores de la actual plaza de la Administración Vieja; los mozárabes en el arrabal del Aljibe.

El ZOCO: Los comerciantes y artesanos abrían sus tiendas en la calle, y ofrecían a sus clientes, productos elaborados por ellos mismos, o traídos desde todo el mundo. En Almería se localizaban en las proximidades de la Mezquita Mayor, y en las calles principales (Real, Tiendas).

LA ALCAICERÍA: Dentro del zoco las mercancías valiosas se guardaban en la Qaysariyya (alcaicería), calle donde se situaba el comercio de lujo: joyas, sedas, orfebrería, brocados, situada entre la Mezquita y las Atarazanas.

CALLES Y PLAZAS: La calle no existía como tal, eran pasadizos entre terrados. Las calles principales nacían en las puertas de las murallas, la más importante era el camino de Pechina al mar (este-oeste), y del Puerto a la Puerta de Musa (sur-norte). El resto es un laberinto de piedra y callejones imprevisibles.

LA MUSARÁ (plaza de los juegos de cañas): Actual plaza de la Constitución, era el espacio más importante de la Almería musulmana, rodeada por casas, baños tiendas, fondas, edificios de la administración musulmana..., que en los días de fiesta se transformaba en coso para los juegos de cañas, caballos o desfiles militares.

LA MEDINA: Centro y origen de la Almería islámica, sus 20 has estaban densamente pobladas. Constituía el núcleo religioso (Mezquita Mayor), político (Alcazaba) y económico (alcaicería y zoco) de la ciudad.

LA MUSALLA: El arrabal de levante, con unas 40 has, era el más extenso de la ciudad. Aquí se encontraban el Oratorio y cementerio primitivo, la musará, las alamedas de recreo y abundantes almunias, que hacían sentirse a sus propietarios, unos privilegiados, al contar con las ventajas de la vida del campo y la protección de las murallas de la ciudad.

AL-HAWD: Uno de los espacios más antiguos de la Almería musulmana, este pequeño arrabal de 8 has amurallado por Zuhayr, era uno de los espacios más antiguos de la Almería musulmana, y uno de los primeros en desaparecer. Densamente poblado, por su proximidad al puerto, estaba provisto de numerosas posadas, baños y telares.

EL PUERTO: El mar es la puerta natural de Almería, acentuada por su tradicional aislamiento terrestre. Al mar le debe Almería su nacimiento y esplendor. Su situación privilegiada en el Mediterráneo convierte al puerto de Almería en sede de la flota califal y uno de los más importantes del Mediterráneo.

LA CALLE REAL: La calle Real* de la Almedina, era la calle principal de la Almería musulmana. Comunicaba la Puerta de la Imagen con la Mezquita y la Puerta del Puerto.

*El nombre de Real fue puesto después de la conquista cristiana en honor de Isabel la Católica. Sede de la primera Casa Consistorial de la ciudad, ha sufrido grandes transformaciones, aunque todavía conserva un cierto sabor tradicional. Sufrió las consecuencias del terremoto de 1522 y de la despoblación de la medina, de la que no se recupera hasta el siglo XVIII).

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