Argelia pone pista de aterrizaje a las pymes españolas

Atalayar

Mario Rigau. Presidente de la Asociación de Amistad España-Argelia

Tras las elecciones generales celebradas en mayo, Argelia (40 millones de hab.) vuelve a asumir el papel de país estabilizador de la orilla sur del  Mediterráneo, una buena noticia para los intereses estratégicos y comerciales de España,  convertida desde 2013 en primer cliente de Argelia y cuarto proveedor, con 30 acuerdos bilaterales vigentes y presencia permanente de empresas españolas en sectores como la construcción, las infraestructuras, la ingeniería , la energía, las finanzas o los servicios.

Recientemente, una gran tecnológica española ha ganado el concurso para gestionar la fiscalidad de Argelia, y empresas españolas del sector eólico y solar están entrando en proyectos de envergadura para combatir el déficit energético, diversificar el parque de generación y desarrollar sectores básicos como la ganadería y la agricultura.

En esta nueva etapa de las relaciones bilaterales, las autoridades del país, empezando por su embajadora en España, Taous Feroukhi, siguen reclamando una mayor implicación de las pymes españolas, que tienen fama bien ganada de empresas eficientes y ágiles a la hora de implantarse en países en transición de una economía fuertemente estatalizada a otra con presencia creciente del sector privado.

El contexto económico es favorable y garantista, y en Argelia hace falta tecnología, formación y financiación para dar paso a una aceleración del proceso de modernización de su Economía. Este horizonte lo perfilan previsiones como la del Banco Mundial, que anticipa un crecimiento del PIB argelino del 8,3%  para los próximos tres años.

El Gobierno argelino coincide con los empresarios españoles en que el enfoque es la cooperación empresarial, no sólo la inversión directa en el país; y ya en estos momentos las empresas españolas pueden asociarse con pymes argelinas y gestionar sus negocios.  La buena noticia a añadir a este dato es que en los últimos años las pymes argelinas están experimentando un interesante crecimiento que ha repercutido directamente en la balanza de transacciones corrientes, que este año entra en cifras altamente positivas (+24,48%), según datos del Banco Santander.

Los analistas internacionales más rigurosos coinciden con las autoridades argelinas en que el futuro de Argelia está condicionado a la apertura de su Economía, si bien el Gobierno ha dejado claro que mantendrá el control de sectores estratégicos:   petróleo, gas y telecomunicaciones, para que no pasen a ser controlados por compañías multinacionales.

El año pasado el Gobierno apostó por nuevas medidas destinadas a la apertura del sector empresarial a la participación activa y colaboradora de empresas extranjeras en los sectores económicos nacionales y prueba de esa apuesta es la eliminación de la autorización previa del Consejo Nacional de Inversiones antes de iniciar un proyecto.

Los exportadores españoles tienen la gran oportunidad de establecerse como productores-proveedores y afianzar definitivamente su posición en el mercado nacional argelino. Un ejemplo claro de oportunidades lo ofrece el sector agroalimentario, que lucha por reducir su dependencia de las importaciones en favor de proyectos industriales agroalimentarios con participación extranjera, modelo este que ha experimentado un incremento de su peso sobre el PIB del 23,5% en sólo cinco años.

Las relaciones comerciales entre Argelia y España tienen mucho margen de mejora, sobre todo en sectores clave como energía, agroalimentación, infraestructuras, turismo y producción de bienes para el consumo ciudadano.

A los argelinos les gusta recalcar que “si Argelia puede elegir, elige España”.  Por diversos motivos, pero todos ellos relacionados con un sentido de afinidad y empatía hacia nuestro país. No existen entre nuestros pueblos ni deudas históricas pendientes ni conflictos larvados; la proximidad geográfica es evidente; la coincidencia de intereses geoestratégicos resulta incuestionable y tenemos muchas similitudes por lo que hace a la manera de entender nuestras vidas personales y familiares; por encima de los tópicos y estereotipos que todavía anidan en nuestros imaginarios colectivos.

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