Argelia y Marruecos: sombras de un entendimiento

Pedro Canales

El ministro de Asuntos Exteriores marroquí, Naser Burita, asistió a la reunión de jefes de la diplomacia del Diálogo 5+5, celebrada en Argel este fin de semana pasado. Su homólogo argelino, Abdelkader Messahel, se personó en el aeropuerto Huari Bumedian de la capital para recibirle el domingo por la mañana. En presencia de los medios escritos y audiovisuales y ante la sorpresa de funcionarios y personal de seguridad, los dos ministros se saludaron con un efusivo abrazo. Burita dirigió la delegación marroquí al cónclave del Mediterráneo occidental que presidió su homólogo argelino.

Para disipar malentendidos y descartar elucubraciones, tanto Naser Burita como Abdelkader Messahel insistieron en declaraciones separadas que la visita del ministro marroquí a Argel obedecía exclusivamente al encuentro multilateral.

En efecto, Marruecos y Argelia no mantienen reuniones bilaterales en ninguna área de las muchas que incumben a ambos vecinos del Magreb, según declaraciones hechas a ATALAYAR por un miembro del gabinete del ministro argelino. “Ninguna de las comisiones bilaterales formadas durante el primer mandato del presidente Abdelaziz Buteflika, a comienzos de los años 2000, está en funcionamiento”, dice El Hadj Ali Larbi, del gabinete de Messahel. “Los únicos encuentros que se mantienen son en el marco del Diálogo 5+5, en sus diferentes comisiones”, además de los encuentros multilaterales panafricanos, desde que Marruecos ha reintegrado la Unión Africana.

Sin embargo, en las agendas diplomáticas tanto de Marruecos como de Argelia, hay fechas clave para este año 2018. A finales de este mes de enero, Argelia no presentará su candidatura para el bienio 2018-2019 como miembro del Consejo de Paz y Seguridad de la Unión Africana, un organismo estratégico fundamental para Argelia en su política africana. Argel desiste en volver a presentar su candidatura en nombre de África del norte. Túnez tampoco lo hará, por lo que con toda seguridad será Marruecos el país elegido esta semana para integrar el CPS. Es cierto que Argel sigue teniendo el puesto de Comisario de la Unión Africana para cuestiones de seguridad hasta 2021, pero al abandonar su escaño en el Consejo se reducirá drásticamente su margen de maniobra. El Comisario debe presentar sus informes y ser aprobado por el organismo que lo controla, el Consejo.

A través del CPS el régimen de Argel ha conseguido hasta ahora mantener la cohesión y vertebración entre sus aliados africanos, Sudáfrica, Nigeria, Angola y Mozambique entre otros. Algunas indiscreciones dejan entender que Argelia quiere optar por un puesto en el Consejo de Seguridad de la ONU, al que podría aspirar como representante de África del norte. La ultima vez que Argelia tuvo un puesto no permanente en el Consejo fue en 2004-2005.  

En cuanto a la entrada de Marruecos en el Consejo de Paz y Seguridad de la Unión Africana, va a significar un cambio importante en la acción de la organización panafricana en los asuntos internos del continente. Marruecos ya ha dejado entender que aspira a integrar el llamado G5 del Sahel, que reúne fuerzas militares y de seguridad de Mauritania, Níger, Mali, Chad y Burkina Faso, en un frente antiterrorista. Rabat cree, además, que el G5 Sahel debería incluirse en la estrategia de la Unión Africana en su lucha contra el terrorismo islámico y étnico. La no participación de Argelia en el G5 Sahel, aludiendo a sus principios de no-intervención militar fuera de sus fronteras, ha hecho perder al régimen de Abdelaziz Buteflika, puntos ante sus aliados africanos. Marruecos por su parte ya participa en las misiones de la ONU en África con sus unidades militares.

No se excluye en medios diplomáticos, que Naser Burita y Abdelkader Messahel hayan conversado sobre estos temas, en su breve encuentro en Argel. Al fin y al cabo, representar al Magreb en un organismo multilateral o en las Naciones Unidas, necesita un mínimo de acuerdo previo entre los países norteafricanos. 

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