Bouteflika da más poder al influyente primer ministro argelino, Ahmed Ouyahia

Paco Soto

Pie de foto: El primer ministro de Argelia, Ahmed Ouyahia.

El pasado mes de agosto, el presidente de la República argelina, Abdelaziz Bouteflika, destituyó del cargo de primer ministro a Abdelmadjid Tebboune y nombró como sustituto a Ahmed Ouyahia, líder del Reagrupamiento Nacional Democrático (RND). Ouyahia es un político del sistema que goza de la plena confianza del jefe del Estado y un aliado fiel del Frente de Liberación Nacional (FLN), que durante casi tres décadas fue el partido único en Argelia y hoy en día sigue gobernando. El FLN fue el vencedor en las elecciones legislativas de mayo de 2017: obtuvo 164 escaños; y su aliado, el RND, 97. Ambas formaciones consiguieron mayoría absoluta en la Asamblea Popular Nacional (APN).  Ouyahia es un hombre del poder. Fue jefe de Gobierno en tres ocasiones: entre 1995 y 1998, entre 2003 y 2006, y entre 2008 y 2012. El RND es un aliado esencial del FLN. No se entiende el FLN sin el RND y viceversa; ambos partidos son piezas estratégicas del engranaje del poder político en Argelia. Por todo ello, Bouteflika no lo dudó y sustituyó a Tebboune por Ouyahia. Después de la destitución, fuentes gubernamentales comentaron a la AFP que “la visión del primer ministro no cuadraba con la visión del presidente”, y entre ambos “ha habido serios problemas de “comunicación”.

Presiones oligárquicas

Según analistas políticos locales, varios oligarcas habían pedido la cabeza de Tebboune al jefe del Estado. En declaraciones a Atalayar, el politólogo Ali Boukhlef recalcó: “Desde el punto de vista político, el FLN y el RND podrán a partir de ahora concentrar sus fuerzas de cara a las elecciones presidenciales de 2019”. Según el analista, “Ouyahia, que goza de la plena confianza de Bouteflika, no creará problemas ni al presidente y su círculo más cercano ni a los poderes fácticos económicos, políticos y militares”. Así las cosas, el presidente de la República dotó al primer ministro en los últimos días de plenos poderes para que pueda llevar a cabo una serie de proyectos inacabados.

Pie de foto: Ahmed Ouyahia conversa con el presidente Abdelaziz Bouteflika.

Más allá de los aspectos estrictamente técnicos y económicos de los proyectos en curso, lo verdaderamente relevante de esta decisión de Bouteflika, que no gusta a los partidos opositores, es “blindar a Ouyahia desde el punto de vista político”, opinan fuentes del Frente de Fuerzas Socialistas (FFS). Como revela el diario ‘El Khabar’, los plenos poderes concedidos al jefe de Gobierno tienen que acabar con “graves disfunciones que ocasionaron pérdidas considerables al Tesoro Público” argelino y retrasaron la finalización de proyectos vitales para el bienestar de la población.

Proyectos económicos y sociales

Son proyectos de naturaleza económica y social en muchos casos relacionados con la vivienda pública y las infraestructuras que se retrasaron a raíz de la caída de ingresos generados por los hidrocarburos. Una investigación reveló la existencia de “auténticos agujeros financieros” que hicieron prácticamente imposible la buena marcha de los proyectos. Un caso especialmente llamativo es el de la gran mezquita de Argel, la tercera más grande del mundo. El proyecto, que ha costado 2.500 millones de dólares, se ha retrasado. En principio, las obras tendrían que acabarse el mes que viene. El Gobierno de Ouyahia asegura que quiere poner término a los retrasos, la opacidad y la mala gestión, porque dan mala imagen de los poderes públicos y alejan aún más a la población de los dirigentes y cargos políticos. Por eso mismo, según el Ejecutivo de Argel, Ouyahia necesita plenos poderes para gobernar. 

Envíanos tus noticias
Si conoces o tienes alguna pista en relación con una noticia, no dudes en hacérnosla llegar a través de cualquiera de las siguientes vías. Si así lo desea, tu identidad permanecerá en el anonimato