Ceuta y Melilla, quebraderos de cabeza para las autoridades españolas y marroquíes

Por Alexandra Dumitrascu
Foto: La valla de  Melilla hace más difícil el paso de  inmigrantes en situación irregular. 
 
La fuerte presión migratoria que se ha dado últimamente en el paso fronterizo con Melilla, ha obligado al Ministerio de Interior de España a tomar nuevas medidas para impedir la entrada de inmigrantes subsaharianos. La nueva “malla anti-trepa”, el último artilugio ingeniado en este sentido, ha conseguido frustrar un nuevo intento de asalto a la valla de Melilla a cerca de 1.000 inmigrantes, en la madrugada del pasado miércoles. Se trata de una verja de 25.786 metros lineales, de agujeros minúsculos que hace prácticamente imposible el ascenso de la misma. No obstante, la colaboración con las fuerzas de seguridad marroquíes también ha demostrado su eficacia al conseguir frenar el avance de buena parte de los inmigrantes. Desde el principio del año, se han registrado ya 23 entradas o intentos de entrada a la valla que separa la ciudad de Melilla con Marruecos dónde, de los más de 10.000 inmigrantes que probaron suerte en estos intentos, consiguieron pasar alrededor de 1.800. No obstante, según asegura el ministro de Interior, Jorge Fernández Díaz, desde que se estrenó la nueva valla, a mediados de junio, únicamente 20 inmigrantes han conseguido esquivar todos los obstáculos instalados en la frontera, lo que demuestra, de momento, su eficacia. 
 
El problema de los porteadores
Otro problema que ha resonado con mucha fuerza en el presente mes, y que afecta no solamente a Melilla, sino también a su ciudad hermana, Ceuta, es el de los porteadores. El pasado 15 de julio, cerca 3.000 porteadores, aglutinados en su paso por Tarajal, obligaron a las Fuerzas de Seguridad a cerrar durante cinco horas la frontera de Ceuta para ordenar el tránsito, lo que desencadenó el malestar de los marroquíes y, por consiguiente, fuertes enfrentamientos con los policías. Los enfrentamientos se saldaron con 28 heridos, de los cuales, 20 fueron agentes policiales. Posteriormente, un incidente similar al de Ceuta, se registró el 21 de julio, cuando cientos de porteadores bloquearon el paso de Beni-Enzar en su acceso a Melilla, que nuevamente impulsó el cierre de la frontera. A diferencia de Ceuta, y aunque hubo algún que otro brote de violencia, en esta ocasión no hubo ningún herido. Este panorama es mucho más frecuente de lo que se piensa, debido a la gran afluencia de personas que se registra a diario en estas fronteras. Hay que remontarse a 2008, cuando la aglomeración de porteadores causó la primera víctima mortal; una mujer marroquí que se dedicaba igualmente al contrabando entre Melilla y Marruecos, murió aplastada en el puesto fronterizo de Barrio Chino. El mismo desenlace lo sufrieron también otras dos porteadoras en marzo de 2009 en Ceuta. Afortunadamente, éstas fueron las últimas víctimas mortales, aunque los altercados de los últimos días recuerdan que el problema sigue sin ser encauzado por las autoridades políticas a las que afectan directamente. Más grave aún cuando fuentes de la Delegación del Gobierno español aseguraron que el volumen registrado el 15 de julio en la frontera de Ceuta carece de precedente alguno, por lo que es de suponer que el número de personas que se dedican a esta práctica ha aumentado. 
 
30.000 personas a diario
Se estima que en la frontera del Tarajal, en Ceuta, el comercio ilegal de los porteadores mueve a más de 30.000 personas a diario, una cifra que, según las autoridades ceutíes, se ha triplicado en los últimos meses. Para paliar las aglomeraciones en la zona, sus responsables han trabajado en la construcción de un paso alternativo, Tarajal II, que será abierto una vez terminen los trabajos del lado de Marruecos. Las fuerza políticas locales han pedido en ocasiones el ingreso de la ciudad de Ceuta en la Unión Aduanera europea, que hasta la actualidad no se ha visto tramitada. Tal ingreso supondría un régimen de legalidad en sus exportaciones a Marruecos. Por su parte, Melilla también se enfrenta al mismo problema, aunque el número de  porteadores que pasan por su puesto fronterizo es considerablemente inferior al de Ceuta: unas 5.000 personas al mes. La finalidad última por la que miles de personas cruzan diariamente las dos fronteras reside en el contrabando con Marruecos, una práctica cuya cifra se estima en 350 millones de euros, según estudios llevados a cabo en 2010 por la Fundación para el Desarrollo Socioeconómico Hispano-Marroquí (FHIMADES) y la Universidad de Granada en Ceuta; cifra que el gobierno marroquí eleva a 1.500 millones de euros.
 

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