Cocodrilos en el diccionario. Hacia dónde camina el español

Atalayar          

Pie de foto: Víctor García de la Concha, director del Instituto Cervantes, con Julio Borrego y otros autores del libro.

“La lengua no es de los filólogos ni de los académicos, sino del pueblo soberano, que hace y deshace”, afirmó el director del Instituto Cervantes, Víctor García de la Concha. El pueblo es el dueño de la lengua y el uso es el que manda: si los hablantes deciden cómo decir una palabra, ese uso se convierte en “el arbitrio, el derecho y la norma”.

Esta es la filosofía que subyace en el libro Cocodrilos en el diccionario. Hacia dónde camina el español, que el Instituto Cervantes y la editorial Espasa presentaron hoy a los medios informativos. Dirigida por Julio Borrego Nieto, catedrático de Lengua Española de la Universidad de Salamanca, la publicación describe los principales cambios que están sucediendo ahora mismo en nuestra lengua y las variantes que luchan por hacerse un hueco en la norma actual.

¿Por qué se dice cocodrilo y no “crocodilo”, que sería la evolución lógica de la palabra latina “crocodilum”? Ocurrió que alguien cambió la letra “r de la primera a la tercera sílaba, el cambio hizo fortuna entre los hablantes prestigiosos y acabó por aceptarse en el uso general. Por eso hay cocodrilos en el diccionario, como reza el título del libro. Pero no hay cocretas ni muciégalos (palabra que se correspondería mejor con el origen etimológico de murciélagos). En definitiva, errores del pasado son la norma del presente.

Con un estilo ágil y desenfadado y con muchos ejemplos reales, el libro desgrana cómo fenómenos que al principio eran incorrectos al final se convierten en correctos. El autor lo resume así: “Explicamos cuál es el uso correcto según la norma, pero examinamos las razones por las que otras opciones podrían haber triunfado”.

No es correcto decir “pienso de que”, ni “dijistes”, ni “onceava copa” –expresiones “incultas” bastante frecuentes– pero podrían haberse considerado correctas. O incluso tal vez lleguen a serlo, afirmaba Julio Borrego. Así, la obra, de 431 páginas, analiza cómo se habla y traza una radiografía del español, especialmente en España, el que utiliza y mejor conoce, aunque no se olvida del español de América.

El catedrático ha dirigido el libro con el apoyo de “un grupo de locos sabios y friquis entusiasmados por la gramática”: Lorena Domínguez García, Rebeca Delgado Fernández, Álvaro Recio Diego y Carmela Tomé Cornejo, todos ellos también de la Universidad de Salamanca.

Para Víctor García de la Concha, “hay muchos libros de corrección lingüística; se han publicado montones de ellos, pero ninguno como este”. Cocodrilos en el diccionario no copia ni se parece a otros libros de español correcto por varias razones. Entre ellas, que lo ha escrito “un sabio del pueblo, filólogo y especialista en norma y descripción”. Además, la obra tiene gran rigor lingüístico, y su gracia narrativa hace que se lea como una novela.

“El español se viste de tú”

A la pregunta de hacia dónde camina el español, el director del Instituto Cervantes contesta que se homogeniza porque “se están superando las clases sociales”. “El español se viste de tú”, sentencia, sin ocultar su asombro por la paulatina desaparición del “usted”. Esa “igualación” en la forma de hablar se evidencia también en que “las chicas dicen las mismas palabrotas que los chicos”. No es fácil prever hacia dónde irá nuestro idioma, afirma García de la Concha, pero se pueden señalar fenómenos como estos.

También en clave irónica, Julio Borrego expone la aparición de un nuevo lenguaje al que denomina el sinergio. Es el que se usa en informes, memorias y documentos, “de sintaxis ampulosa y enrevesada y de contenido vacuo”: no dice nada pero parece decir mucho.

Ambos coinciden en que “lo breve triunfa”, como demuestran el uso generalizado de Twitter o el auge de los microrrelatos (que conviven con novelas de mil páginas). No creen que las redes sociales destrocen el lenguaje. Para Julio Borrego, Twitter ha conseguido que la gente lea y escriba, aunque sea en versión abreviada y con faltas de ortografía.

Además, crece el interés por el uso correcto del idioma, como demuestran los 70 millones de consultas que recibe cada día la Real Academia Española en relación con el Diccionario de la Lengua Española (DLE).

En la presentación del libro, la directora general de Espasa, Ana Rosa Semprún, agradeció al Instituto Cervantes la colaboración para publicar libros divulgativos relacionados con el idioma y que siempre se convierten en superventas, como el anterior, “La maravillosa historia del español”. Semprún confió en tener listo dentro de un año un nuevo título de la colección “al menos tan bueno como este”.

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