El baile de armas entre Occidente y Arabia Saudí

Henar Hernández

Pie de foto: Eurofighter Typhoon en el espacio de exhibición de BAE Systems durante el Farnborough Airshow, al suroeste de Londres, el 18 de julio de 2018. AFP PHOTO/ADRIAN DENNIS

El Congreso de Estados Unidos ha aprobado bloquear la venta de armas a Arabia Saudí y a otros países del golfo Pérsico a través de una iniciativa legal presentada de forma conjunta por el partido demócrata, encabezada por el senador Bob Menéndez, y por el partido republicano, liderado por el senador Lindsey Graham. El Congreso ha dado el visto a tres de las 22 resoluciones, que contaron con el beneplácito del Senado y que ahora deberán ser ratificadas por el presidente estadounidense Donald Trump, aunque se espera, previsiblemente, que ejerza su poder de veto. 

Con los documentos, las instancias legislativas buscan impedir que la Casa Blanca venda armas sin autorización del Congreso a Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos (EAU) y Jordania, aunque también a otra serie de países europeos, como Reino Unido, Italia, Irlanda del Norte y España. Si bien no se ha especificado el motivo de la inclusión de nuestro país en el listado, todos ellos tienen en común a Arabia Saudí como cliente de sus negocios de armas.

La votación en la Cámara Baja, donde el Partido Demócrata ostenta la mayoría, contó con el apoyo todos los demócratas, cuatro republicanos y un legislador independiente, lo que arrojó un resultado final de 238 votos a favor y 190 en contra. El hecho de que los republicanos se hayan sumado a los documentos – cabe recordar que, en el Senado, el Partido Republicano ostenta la mayoría – es significativo: la división interna entre las filas del partido del presidente estadounidense, Donald Trump, es evidente y la causa no es otra que las políticas ejercidas desde la Casa Blanca, sobre todo en materia de asuntos exteriores. Los senadores republicanos que se han sumado a esta iniciativa alegan que Trump intenta actuar al margen de las cámaras legislativas para satisfacer sus intereses y compromisos presidenciales -y personales- con sus socios en la esfera internacional. 

Pie de foto: Bob Menéndez, senador de los Estados Unidos.

Sin embargo, cabe destacar que la historia se remonta a principios de abril, cuando el Congreso de EEUU votó a favor de cesar la intervención estadounidense en la guerra de Yemen y acabar, así, con el apoyo a la coalición internacional liderada por Arabia Saudí. Posteriormente, la cámara aprobó un proyecto de ley que pretendía restringir los poderes presidenciales en materia bélica. Entonces, Trump activó su veto y paralizó el documento. El Senado se configuraba de esta manera como la salvaguarda del proyecto de ley, pues si se alcanza una mayoría de dos tercios, está legitimado para revocar un veto presidencial. Pero las cuentas no salieron: los partidarios del texto solo lograron 53 apoyos, frente a otros 45 en contra. 

Donald Trump anunciaba, así, un acuerdo con Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos (EAU) y Jordania de venta de armas por valor de 8.000 millones de dólares. Para sortear el Congreso, la Casa Blanca declaró una “emergencia nacional”, alegando que la “actividad maligna iraní” requería de la “venta inmediata de armas”, puesto que “representa una amenaza fundamental para la estabilidad de Oriente Medio y para la seguridad estadounidense en el territorio nacional y en el extranjero”.

Ya con la votación de junio en el Senado, la historia se repetía: los senadores, a la hora de buscar bloquear el acuerdo, volvían a obtener 51 papeletas, un resultado insuficiente para esquivar un veto presidencial, incluso con la ya posterior aprobación consumada del texto por parte del Congreso.

Pie de foto: Personal de tierra carga una bomba Paveway IV guiada por láser en un Tornado GR4 de la RAF, en Akrotiri, Chipre. REUTERS/NEIL BRYDEN/MINISTERIO DEFENSA

El negocio de la venta de armas estadounidenses

El acuerdo alcanzado entre las monarquías del Golfo, junto con Jordania, y Estados Unidos ostenta un claro vencedor, como recoge The New York Times: la empresa estadounidense afincada en Massachussetts Raytheon Company, la cual presume de ser una de las principales contratistas de defensa de EEUU, y la relación es mutua, pues el 90% de los beneficios de la compañía provienen de negocios relacionados con el Departamento de Defensa. Raytheon Company se configura, además, como la cuarta empresa de defensa más grande del mundo por valor de sus ventas, alcanzado los 24.069 millones de dólares en 2016, solo por detrás de las estadounidenses Lockheed Martin y Boeing y de la británica BAE Systems. 

En concreto, el contrato le permite a la compañía desarrollar negocios en Arabia Saudí basados en la construcción de las bombas inteligentes Paveway, una variante de este tipo de artefactos que es guiado por láser, denominadas LGB (Laser Guided Bombs). De acuerdo con Raytheon Company, las Paveway “han revolucionado la guerra táctica aire-tierra al convertir bombas “simples” en municiones guiadas con precisión. En el marco del acuerdo logrado, las actividades que desarrollará la empresa en territorio saudí estarán relacionadas con el ensamblado de los sistemas de control, de las guías electrónicas y de las tarjetas de circuitos, unos componentes esenciales para la efectividad de las Paveway.

Pie de foto: Instalaciones de Sistemas Integrados de Defensa de Raytheon, en Woburn, Massachusetts. Raytheon Co. y United Technologies Corp. se están fusionando en un acuerdo que crea una de las compañías de defensa más grandes del mundo. AP/ELISE AMENDOLA

Según las informaciones publicadas por el diario neoyorquino, Raytheon Company estaría preparando un envío a la coalición internacional liderada por Arabia Saudí compuesto por más de 120.000 bombas Paveway, que se sumarían a las decenas de miles que la coalición ya almacena y emplea en su lucha contra los rebeldes hutíes en Yemen. Del mismo modo, el contrato postula la dotación de asistencia estadounidense a los aviones de combate saudíes F-15 y a otra serie de armamento, como morteros, misiles y rifles. 

Sin embargo, las relaciones de Raytheon Company con EEUU y Arabia Saudí no se circunscriben solo a este acuerdo. En el caso de los vínculos con el país norteamericano, cabe destacar, por ejemplo, que el que fuera vicepresidente de las Relaciones Gubernamentales de la compañía, Mark T. Esper, es ahora el secretario de defensa interino, tras haber desempeñado, también, el cargo de secretario del Ejército, todo ello durante la Administración Trump. 

Por ello, existen numerosas voces que critican el conflicto de intereses que parece vertebrar las decisiones de la Casa Blanca: el demócrata Tom Malinowski da un paso más y afirma que, con estos contratos, “los saudíes y los emiratíes se han entrelazado tanto con la Administración de Trump”, que no cree “que el presidente sea capaz de distinguir los intereses nacionales de Estados Unidos de los suyos”, unas declaraciones recogidas por The New York Times.

Pie de foto: El secretario de Defensa interino de los Estados Unidos Mark T. Esper.

Reino Unido congela sus ventas…

El Tribunal de Apelación de Reino Unido ha declarado, en una sentencia calificada de “histórica”, que las ventas de armas al Gobierno de Arabia Saudí son ilegales, pues la corte ha dictaminado que el Ejecutivo no ha analizado adecuadamente el impacto de estos negocios sobre la población civil de Yemen, donde la coalición internacional combate a los hutíes desde 2014. En concreto, la corte se ha referido a los casos llevados a cabo por el secretario de Estado de Exteriores, Jeremy Hunt, y su predecesor, Boris Johnson, así como por el secretario de Comercio Internacional, Liam Fox, pues se necesita la firma de ambos cargos para otorgar las licencias de exportación de armas británicas.

La decisión del tribunal sigue la línea expresada desde la Campaña contra el Comercio de Armas (CAAT, por sus siglas en inglés), una organización local que se ha propuesto acabar con el negocio de armas mundial, y que acusa al Ejecutivo británico de otorgar licencias de venta de armas, a pesar de que existía un riesgo claro de que se usaran en acciones que podrían suponer violaciones del derecho internacional humanitario. En esta línea, el portavoz de CAAT, Andrew Smith, ha denunciado que “no importa las atrocidades que haya infligido, el régimen saudí ha podido contar con el apoyo político y militar sin fisuras del Reino Unido”. 

Pie de foto: Instalaciones de BAE Systems en Salmesbury, cerca de Preston, en el norte de Inglaterra. REUTERS/PHIL NOBLE

Smith ha puesto de manifiesto que, según los datos recogidos por la organización, la nación británica ha otorgado 73 licencias de exportación de armas con destino Arabia Saudí por valor de 4.700 millones de libras desde que comenzó el bombardeo en marzo de 2015. Entre la dotación de equipamiento militar, se encuentran aviones de combate Typhoon y Tornado, así como bombas LGB, que han contribuido, según el portavoz, a “crear la peor crisis humanitaria del mundo”, una definición que también ha sido recogida por las diferentes agencias de Naciones Unidas. Cabe recordar, en este punto, que Arabia Saudí es el principal comprador de armas británicas, con una cuota de negocio del 43% sobre el total de ventas del Reino Unido en esta materia. En este escenario, la empresa BAE Systems, la mayor empresa de defensa de las islas, genera unas ventas por valor de 3.300 millones de euros, lo que supone el 14% de las ganancias grupales de Reino Unido. Por ello, Smith ha declarado que el fallo de la corte supone “una brutal condena de la política exterior británica” y que, como el tribunal ya ha hecho su trabajo, “es el momento de que el Gobierno lo haga”.

Sin embargo, y a pesar de que el Ejecutivo británico ya ha emprendido acciones, estas han ido en el sentido contrario al manifestado por CAAT. Si bien Liam Fox anunció que la venta de armas a la monarquía del Golfo se suspendía tras la sentencia del tribunal, el Gabinete de ministros solicitó, a principios de julio, que se anulara dicho fallo. En suma, un portavoz del Departamento de Comercio dejó claro que no estaban de acuerdo con la sentencia y que los abogados del Gobierno buscarían “permiso para apelar”, así como elevar el caso a la máxima autoridad judicial británica. Ahora, el Tribunal de Apelación ha autorizado al Ejecutivo británico a apelar la decisión ante el Tribunal Supremo, aunque ha vuelto a confirmar que las nuevas 57 solicitudes de licencias de exportación deberán suspenderse hasta que se produzca el fallo definitivo

… Y Francia las duplica

En 2018, la venta de armas francesas a Arabia Saudí se incrementó en un 50%, en comparación con el año anterior, hasta alcanzar un volumen de negocio de 1.000 millones de euros, siendo el artículo principal los barcos patrulleros. En total, Francia vendió armas al resto del globo por valor de 9.100 millones de dólares, lo que supuso un aumento del 30% si se tiene en consideración la cifra de 2017. Estos datos fueron recogidos por un informe gubernamental francés publicado el 4 de junio de 2019, en cuya presentación, la ministra de Fuerzas Armadas, Florence Parly, justificó este negocio asegurando que “mantener relaciones económicas con estos países significa mantener una presencia en regiones clave para nuestros intereses de seguridad y nuestros suministros de energía. También se trata de combatir el terrorismo y proteger a nuestros ciudadanos en el terreno”.

Pie de foto: La ministra de Defensa francesa Florence Parly, tras la reunión semanal del gabinete en el palacio presidencial del Elíseo. AFP/LUDOVIC MARIN

La magnitud de la subida del negocio francés en los últimos años se ha visto complementada, por un lado, por la firma de contratos en el extranjero de venta de aviones de combate Rafale, sobre todo, a India, Egipto y Qatar y, por otro lado, por un acuerdo multimillonario de compraventa de submarinos con Australia. 

Pie de foto: Un avión de combate Rafale de la Fuerza Aérea Francesa sobrevuela la base aérea 118 de Mont-de-Marsan, en el sur de Francia, el 9 de junio de 2017, durante el 75º aniversario del escuadrón Normandía-Niemán 2/30. AFP/GEORGES GOBET

No obstante, la particularidad del caso francés se remonta a que, cinco días antes de la revelación del informe, el 29 de mayo, el ministro galo de Asuntos Exteriores, Jean-Yves Le Drian, hizo un hizo un llamamiento a Arabia Saudí y a EAU para que pusiesen fin al conflicto en Yemen, que además calificó de “guerra sucia”. En esta aparente contradicción de ideas, también ha entrado en juego el presidente francés, Emmanuel Macron, quien ha defendido que la venta de armas a las monarquías del Golfo es necesaria, pues “los dos países son aliados cruciales en la lucha contra los militantes islamistas”. Asimismo, ha rechazado las acusaciones de que las armas de fabricación francesa se usen de forma ofensiva en Yemen, como recoge Middle East Monitor.

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