El baile de cifras de los menores extranjeros no acompañados

Alba Camazón// @albarakatapun

Poco se ha hablado sobre los menores extranjeros tras aquel polémico informe de Europol que calculaba la desaparición de 10.000 niños refugiados en Europa. Según los datos que manejan el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR), Unicef y la OIM100.264 menores llegaron Italia, Grecia, Bulgaria y España en 2016. Y la situación no parece mejorar. 

En otras palabras, si sumamos el número de menores que han llegado a Europa en 2016 y a Italia en los primeros cinco meses de este año, superarían en número a la población de Orense o de la provincia de Soria, incluida su capital.

El número de Menores Extranjeros No Acompañados (MENA) que llegan a Europa no deja de crecer. Los MENA que llegaron a Europa en 2016 suponen el 33,7% de estos niños y adolescentes, un total de 33.806 menores no acompañados. La mayoría de estos menores separados o no acompañados arribaron en costas italianas hasta superar el umbral de los 25.000 jóvenes.

A través de la ruta oriental del Mediterráneo, 5.192 MENA llegaron a las costas griegas, y 2.768 jóvenes menores no acompañados alcanzaron las costas de Bulgaria.

LOS MENORES QUE ATRAVIESAN EL MEDITERRÁNEO ORIENTAL

Tres países reciben flujos de migración a través de la ruta del Mediterráneo Oriental: Grecia, Bulgaria y Chipre. Pese a la ausencia de datos de llegadas a Chipre, se calcula que más de setenta mil menores viajaron a Europa a través de esta ruta. Casi ocho mil de estos jóvenes viajaban solos cuando fueron identificados por las autoridades nacionales.

Las costas griegas recibieron 63.920 menores que querían ampararse en la Convención de Ginebra, 5.192 de los cuales no iban acompañados de un adulto. Es decir, ocho de cada cien menores viajaban solos.

De los 6.447 menores que se desplazaron hasta Bulgaria, 2.768 viajaban sin la supervisión y control adultos. La mayoría de estos chicos ya habían recorrido miles de kilómetros desde sus países de origen: Afganistán, Irak y Siria.

Otras dos rutas del Mediterráneo se suman a la ruta oriental: la ruta del Mediterráneo central, a través de la que alcanzan las costas de Italia, y la ruta occidental, a través de la que llegan a España. Sin embargo, el ministerio del Interior no ha proporcionado datos a ACNUR sobre las llegadas de estos menores a España.

LAS COSTAS ITALIANAS, LA META DE LA RUTA CENTRAL

Italia es el estado europeo que más información proporciona sobre las llegadas de menores a las costas. Este ha sido el destino más recurrido para los menores en los últimos años. Los jóvenes zarpan desde Argelia, Túnez, Libia, Egipto y Turquía hasta las costas italianas. En 2016, esta cifra rondaba los 28.223 menores, y en los cinco primeros meses de este año han sido 8.312 menores los que han arribado en Italia. La inmensa mayoría de estos ocho mil chicos viajaban en solitario. De hecho, solo 657 niños llegaron a las costas italianas acompañados de un adulto.

Estos chicos, que tienen entre 15 y 17 años, viajaron miles de kilómetros para atravesar el Mediterráneo y arribar a las costas italianas. Se desplazaron en 2016 un gran número de menores que viajaban solos desde Eritrea (3.832), Gambia (3.257) y Nigeria (3.040). La mayor parte de estos jóvenes que han llegado en los cinco primeros meses del año proviene de Guinea (1221) y Bangladés (1170).

 

Sin embargo, la complejidad de la codificación de esta situación ha provocado una gran diversidad de cifras proporcionadas por los actores internacionales. La Oficina Europea de Estadística no maneja los datos de entradas ilegales de menores en Europa. Sin embargo, Eurostat habla de las solicitudes de asilo cumplimentadas por menores no acompañados: unas 56.025 el año pasado, que se sumarían al récord histórico registrado en 2015: un total de 96.465 solicitudes. Es decir, en dos años, casi 152.500 menores de edad han solicitado asilo en cualquier país de la Unión Europea. El 62% de estos chicos tiene entre 16 y 17 años; mientras que 29.195 niños con menos de quince primaveras se han visto obligados a huir de su país de origen y a recurrir a la protección internacional europea. Ante esta situación, ACNUR, la Organización Internacional de las Migraciones (OIM) y otras 72 organizaciones presentaron en enero un Plan Regional de respuesta para los Refugiados e Inmigrantes en el que ofrecen una ”respuesta más efectiva a las necesidades de menores separados o no acompañados en Europa”.

Estos niños se ven expuestos a un gran riesgo de explotaciones sexual, económica, criminal e incluso al propio tráfico de menores: podrían ser adoptados ilegalmente, secuestrados, forzados a casarse. El famoso informe de Europol data de enero de 2016. Un año y medio después, nada se sabe de estos menores que quizá estén viviendo en Europa un infierno aún mayor del que huían.

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