El corresponsal, una figura en peligro de extinción

Por Alexandra Dumitrascu
El mundo árabe ha sido y es un terreno complejo y todavía escasamente conocido por los periodistas. A una caracterización estereotipada que contribuye a ofrecer una visión uniforme, ignorando las diversidades que se puedan dar en el seno de los países que lo conforman, se une la escasa cobertura mediática en las décadas anteriores de algunos países de la región, como puede ser el caso de Yemen, Siria o Libia. La primavera árabe representó una gran oportunidad para que esta situación cambiara, al conseguir captar la atención de los medios de comunicación internacionales, que enviaron sus corresponsales para informar sobre el terreno de aquello que estaba pasando y brindar una visión dinámica y heterogénea de la región. Con motivo del décimo aniversario de la revista afkar/ideas, Casa Árabe organizó el debate “Periodismo y transiciones en el Mediterráneo”, para reflexionar sobre los nuevos retos del periodismo y ofrecer claves sobre el papel que juegan los medios de comunicación y los periodistas en el nuevo escenario político en los países del Magreb y el Próximo Oriente tras la primavera árabe.

El debate, dirigido por el presidente ejecutivo de IEMed, Senén Florensa, contó con la presencia de la periodista Carla Fibla, directora del portal Aish y excorresponsal en el Magreb y en Oriente Próximo; la periodista egipcia de Al Jazeera, Ethar el Kataney; Luis de Vega, redactor internacional del diario ABC y excorresponsal en el Magreb; y Gabriel Busquets, embajador en Misión Especial para Asuntos del Mediterráneo. La reivindicación de la figura del corresponsal monopolizó el debate; el corresponsal como pieza clave para proporcionar la información y el análisis sobre aquello que ocurre fuera de las fronteras nacionales, en un escenario en el que los medios de comunicación, acechados por una grave deficiencia económica debido a la crisis, vuelven la mirada hacia asuntos más próximos y relegan la información internacional a un segundo plano. A la rapidez e inmediatez, requisitos indispensables de la nueva era periodística, en un momento de competencia entre los medios por ser el primero en informar, se suman las informaciones a base de teletipos y las dificultades para viajar de los corresponsales, lo que dificulta la posibilidad de ofrecer un panorama más amplio del mundo árabe para comprender, así, sus complejidades.

Por eso, tal como apuntó Carla Fibla, los medios españoles explotaron temáticas habituales en las que se mezclaron, en ocasiones, islamismo y terrorismo, y se dejaron de profundizar cuestiones sociales como puede ser la situación de la mujer y su papel en las revueltas. Por otra parte, el avance de las tecnologías ha contribuido a que cualquier ciudadano con conexión vía satélite se convirtiera en un pequeño periodista. Esto ha impulsado el surgimiento del llamado “periodismo ciudadano”, considerado el 5º poder, supuestamente libre de coerción y alejado de la contaminación de los intereses políticos o financieros, lo que implica un gran cambio de la profesión del periodista, amenazado por esta nueva figura social. No obstante, tal como apuntaron por unanimidad los periodistas que conformaron la mesa de debate, no hay que olvidar los riesgos que implican las informaciones proporcionadas a través de las redes sociales, a las que resulta muy complicado dar veracidad. Así, los periodistas, deben hacer un uso razonable de las mismas, no obstante, el corresponsal y la información sobre el terreno no pueden ni deben ser sustituibles. Por eso, lo ideal sería una simbiosis entre los medios de comunicación, los periodistas y los ciudadanos para “construir juntos”, tal como apuntó Senén Florensa.

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