El Ejército se impone en Burkina Faso, a pesar de las protestas

Por Lorenzo Medina
Foto: Una protesta en las calles de Ouagadougou la semana pasada.
 
El Ejército logró imponer su fuerza en Burkina Faso, a pesar de las protestas populares que pedían una transición civil tras la caída del presidente Blaise Compaoré, que pretendía reformar la Constitución para permanecer en el poder. Compaoré dirigió las riendas de uno de los países más pobres de África y del mundo durante 27 años. El nuevo hombre fuerte de Burkina Faso, el teniente coronel Isaac Zida, de 49 años, logró imponerse a otros altos mandos militares. Este lunes, aseguró a la población que la transición hacia unas elecciones democráticas se llevará a cabo “en el marco constitucional” y “lo más rápidamente posible”, La cúpula militar que acabó con Compaoré la semana pasada y le obligó a refugiarse en Costa de Marfil, prometió que después de los comicios el poder será entregado a los civiles, y pidió la colaboración de los partidos políticos. La oposición a Compaoré y una parte importante de la población dudan de la buena fe de los uniformados y temen que éstos se quieran quedar en el poder, como ha ocurrido tantas otras veces en África en las últimas décadas. En Ouagadougou –capital del país-, ante el cuerpo diplomático, el teniente coronel Zida prometió que su objetivo es pilotar la transición y no impedir la democracia. Además, apostó por el diálogo y el consenso entre el conjunto de las fuerzas política, las organizaciones cívicas y las Fuerzas Armadas. La comunidad internacional, sobre todo Estados Unidos, condenó el golpe militar de la semana pasada, y mucho se tendrá que esforzar el nuevo hombre fuerte de Burkina Faso para convencer al mundo de que sus intenciones son buenas. Tampoco está nada claro que hayan acabado definitivamente las pugnas dentro del estamento militar. 
 
Problemas sin resolver
Pocos días después de que Compaoré fuera derrocado, la situación en Burkina Faso sigue siendo muy confusa. Los disturbios que provocaron la muerte de más de 30 personas y un centenar de heridos, acabaron con un presidente autoritario, pero no abrieron la puerta a la democracia y la estabilidad institucional. Muchos ciudadanos siguen pensando que “los militares nos han robado la victoria”. La población de este país de 17 millones de habitantes está acostumbrada a que sus dirigentes le mientan y no resuelvan los problemas. Estados Unidos no se fía de los militares y la Unión Europea (UE), y sobre todo Francia, sigue la evolución de los acontecimientos con preocupación. También la Unión Africana (UA), que organizó este lunes una reunión urgente para analizar la cuestión en Adís Abeba (Etiopía),  y otros organismos regionales que apuestan por el “diálogo” para solucionar el conflicto de Burkina Faso. Este país, como ocurre en muchos otros lugares en África, ya no quiere un presidente vitalicio. Mientras,  la mediación internacional pide una transición civil y amenaza con sanciones a Ouagadougou. “No estamos aquí para usurpar el poder”, afirmó Isaac Zida. El tiempo lo dirá. 
 
 
 
 
 

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