El Fútbol Club Barcelona, camino del éxito

Atalayar

El pasado 2017 fue un año agridulce para el Fútbol Club Barcelona pese a haber levantado la Copa del Rey ante el Deportivo Alavés. La marcha del equipo técnico comandado por Luis Enrique, la posterior venta de Neymar y el fichaje de jugadores que a priori eran poco ilusionantes como Paulinho o Deulofeu junto con la abultada derrota contra el Real Madrid en la final de la Supercopa de España, hacían presagiar un año duro que no parecía ofrecerle al nuevo técnico, Valverde, la seguridad de como se dice en el argot futbolístico, comerse el turrón dirigiendo el equipo.

Sorprendentemente, a medida que las jornadas se han sucediendo, las cosas han cambiado radicalmente y el equipo que no está al nivel que se esperaba es el Real Madrid, mientras que el equipo catalán tuvo un final de año perfecto, adaptándose a la falta de una de sus estrellas y rearmándose con lo que tenía. Valverde hizo un trabajo semejante al que realizaba una de las figuras más representativas del mundo del póker, el infatigable Titanic Thompson,  quien era capaz de improvisar rápidamente soluciones para conseguir la victoria. Valverde ha hecho y hace lo mismo, principalmente en las segundas partes, tal y como se pudo apreciar en partidos como el de Anoeta contra la Real Sociedad.

Paulinho también está teniendo un papel destacado pese a que no había mucha esperanza en él. Gracias a su trabajo y esfuerzo se ha convertido en un centrocampista con mucho gol y de mayor relevancia que otros que parecían estar llamando a la puerta como André Gomes o Denis Suárez, quienes hasta el momento no han sabido hacerse con el juego tan complejo y característico del conjunto culé.

La portería sigue siendo uno de los valores principales sobre los que se sustenta la clave del éxito del equipo azulgrana, siendo el alemán Ter Stegen el zamora de la Liga y consiguiendo, un año más, sorprender a todos por su buen juego de pies. Cillessen tampoco lo ha hecho mal cuando le ha tocado en los partidos de Copa del Rey, sin duda tienen ese puesto bien cubierto.

La defensa sí ha sido un problema para Valverde, ya que la escasez de futbolistas de garantía le ha provocado más de un quebradero de cabeza.  El motivo principal ha sido Thomas Vermaelen, un jugador con el que no se contaba pero que debido a las lesiones de buena parte de la plantilla se ha visto obligado a jugar, demostrando una solvencia que pocos esperaban. Las bandas han vivido una contradicción llamativa y es que Jordi Alba, que tuvo sus más y sus menos con Luis Enrique, llegando a ser suplente, está consiguiendo hacer una de sus mejores temporadas, siendo el máximo asistente de Messi. En cambio, Semedo, recién llegado por nada menos que 30 millones del Benfica, no ha conseguido adaptarse al equipo y no ha disputado demasiados partidos, dejando su posición bajo el control del canterano Sergi Roberto, que además de en la banda puede jugar en el centro del campo.

Los centrocampistas, hasta las nuevas incorporaciones, también se han visto afectados por el reducido número de jugadores de nivel del que podían disponer, ya que André Gomes y Denis Suárez parecen no ser medios en los que el entrenador confíe como para darle la batuta del juego.  Rafinha -ya en el Inter de Milán- por sus lesiones y Arda Turan -ya en el Basaksehir- por no contar para el técnico han provocado que Andrés Iniesta se haya convertido en un jugador de uso obligado. La calidad del de Fuentealbilla es reconocida por todos pero su veteranía obliga a que juegue con mayor precaución para así evitar problemas que meterían al Barcelona en serios apuros. Otro jugador para el que parece no haber un sustituto de garantías es Sergio Busquets, que está siendo llevado al límite físico, algo que quizás le pueda pasar factura al final de temporada. El fichaje de Dembélé sí fue ilusionante para los asiduos al Camp Nou, pero lleva ya dos lesiones y todavía no ha podido demostrar su valía.

La delantera, compuesta por dos de los mejores jugadores de la historia, Luis Suárez y Leo Messi sí ha rendido como se esperaba, principalmente Leo, quien no necesita presentación y a quien poco a poco, Suárez va haciendo competencia en cuanto a goles.  Tras una sequía de lo más desesperante al comienzo de la temporada, el uruguayo se ha puesto por fin las botas de marcar y no deja títere con cabeza.

Si el equipo ya va bien de por sí, vivo en todas las competiciones y marcando una gran diferencia con sus rivales, los nuevos fichajes hacen ilusionar aun más, si cabe, a los aficionados culés. La llegada de Coutinho, procedente del Liverpool, ha dado fin a uno de los culebrones del verano, ya que el Barcelona trató de fichar al habilidoso brasileño hasta el último día del mercado estival pero el equipo inglés se cerró en banda y no permitió su salida. Tras diversas presiones y la elevada cantidad que el Barcelona puso encima de la mesa, el club aceptó la salida del brasileño, que ya ha debutado en el Camp Nou y del que se espera que reemplace a Iniesta pues según diversos especialistas tiene su mismo ADN, el ADN Barça.

Los problemas defensivos que comentábamos anteriormente también se verán solventados gracias a la llegada de Yerry Mina, una promesa deseada desde hace bastante tiempo en la capital catalana y que por fin se ha realizado. Habrá que esperar para ver si está al nivel de las expectativas y si es capaz de hacer olvidar a la grada culé al “jefecito” Mascherano, otro de los jugadores importantes en el esquema defensivo del Barça que decidió poner fin a su relación con el conjunto azulgrana para poner rumbo a China a modo de jubilación dorada.

Además de lo anterior hay que tener en cuenta lo que viene por debajo, la Masía.  Tras algunos años donde no se ha subido a demasiados futbolistas, hay que recordar que el Fútbol Club Barcelona siempre se ha nutrido en gran medida de sus categorías inferiores, con un trabajo de cantera impecable. Gracias a jugadores como Carles Aleñá, Vitinho, Oriol Busquets o Arnáiz, la importancia de algunos de los jugadores del Barça B están volviendo a resurgir.

Hay más motivos que nunca para creer que el Barcelona puede repetir el triplete de otros años, y es que sería muy difícil pensar que no parten como favoritos en cada uno de los partidos que les restan en Liga, Copa y Champions League.

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