El Gobierno catalán pide a Marruecos que represente el islam en Cataluña

Por Paco Soto
Foto: Una joven marroquí en Barcelona.
 
El Gobierno de la Generalitat de Cataluña quiere que Marruecos desempeñe el papel de representante del islam en esta comunidad autónoma. Según publicó el diario ‘El Mundo’ en su edición del miércoles, esta propuesta se hizo en el marco del denominado ‘Plan Marruecos 2014-17’ que aprobó la Generalitat para satisfacer algunas de las aspiraciones de los 270.000 marroquíes que viven en Cataluña. Este colectivo representa algo más del 3% de la población catalana. Hay que añadir varias decenas de miles de ciudadanos de origen marroquí que tienen nacionalidad española. Según ‘El Mundo’, “el plan otorga un papel clave a Marruecos en la elaboración de los contenidos religiosos destinados a la mayoría de los musulmanes en Cataluña así como en su difusión a través, probablemente, de la enseñanza en escuelas y mezquitas. En ningún lugar de Europa las autoridades marroquíes gozan de estas atribuciones con las que siempre han soñado”. Pese a que hay casi 24.000 alumnos marroquíes escolarizados en Cataluña ningún centro público ofrece, por ahora, clases de religión islámica. La Generalitat, que quiere atraer a muchos musulmanes que viven en Cataluña a su proyecto soberanista, ofrece a los inmigrantes marroquíes, que son el colectivo islámico más numeroso, introducir las lenguas árabe y tamazight o bereber en horario lectivo. El autor del artículo de ‘El Mundo’, Ignacio Cembrero, un periodista experimentado y buen conocedor de Marruecos, señala: “El plan adoptado anteayer trata de atraer a los marroquíes a las urnas y de apaciguar la hostilidad de Marruecos ante el proyecto independentista por temor a que la autodeterminación se contagie al Sáhara Occidental, según señalan fuentes diplomáticas y destacados miembros de la comunidad marroquí en Barcelona”. Hace tan sólo una década, Marta Ferrusola, esposa del expresidente Jordi Pujol, denunciaba una supuesta invasión musulmana de Cataluña. Y el entonces  número dos de Convergència i Unió (CiU) y portavoz del nacionalismo catalán en el Congreso, Josep Antoni Duran i Lleida, pedía que no se concediese el derecho al voto en las municipales a los marroquíes residentes en España. Muchos votantes y militantes de los dos partidos de la federación nacionalista siguen pensando que hay demasiados musulmanes en Cataluña. Pero los tiempos políticos han cambiado y CiU sabe perfectamente que una parte de esos musulmanes que viven en Cataluña, sobre todo los marroquíes, pueden llegar a ser un caladero de votos. El nacionalismo catalán tiene un componente xenófobo y el islam no es bien visto por muchos defensores de la independencia de Cataluña. Pero lo que importa ahora son los cálculos políticos y los intereses electorales. 
 
Nuevo contexto político
En este nuevo contexto político y social en Cataluña, como señala ‘El Mundo’, el portavoz del Gobierno de la Generalitat, Francesc Homs, explicó tras el Consejo Ejecutivo del pasado lunes que el plan aprobado establece “cinco grandes ámbitos de cooperación” con Marruecos y sus inmigrantes, pero no dio detalles. El plan fue elaborado con la colaboración de varios departamentos de la Generalitat, empezando por la Consejería de Enseñanza, la Dirección General de Inmigración, los Mossos d'Esquadra, así como colectivos marroquíes y la Fundació Nous Catalans. Vinculada a Convergència Democràtica de Catalunya (CDC), esta fundación intenta atraer a los inmigrantes al independentismo. Ángel Colom, antiguo secretario general de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) y militante de CDC, desempeña un papel clave en este proceso y dirige la fundación. Colom fue durante varios años representante de la Generalitat en Marruecos y tiene muchos y buenos contactos en este país y en el colectivo de inmigrantes marroquíes en Cataluña. Dadas “las especificidades idiomáticas y culturales del colectivo marroquí, así como su importancia numérica” es “conveniente impulsar iniciativas diseñadas especialmente para esta comunidad”, indica el documento aprobado. “En este sentido –recalca el documento-, la colaboración con el Gobierno de Marruecos puede redundar en una mejora en cuanto al diseño de los contenidos educativos que se dirijan específicamente a las entidades marroquíes, así como en una mayor eficacia a la hora de difundir estas propuestas de formación”. ‘El Mundo’ recuerda que en España las principales comunidades musulmanas han intentado estos años emanciparse de la tutela religiosa de Marruecos, pero la Generalitat propone ahora que en Cataluña suceda lo contrario. 
 
Preservar la lengua familiar
El árabe y también el tamazight ya se enseñan en algunos centros escolares en Cataluña pero en horario extraescolar. El plan abre la vía a que, con la colaboración de la Consejería de Educación y de la Casa Amaziga de Cataluña, los centros que lo deseen puedan “incluirlos en el horario lectivo de forma continua”. El objetivo es “preservar la lengua de la familia” inmigrante. Siempre según ‘El Mundo’, la Generalitat ofrece también “potenciar el papel de los colectivos de inmigrantes” y “hacer llegar propuestas de mejora de la Administración General del Estado” a la hora de tramitar los permisos de residencia y trabajo que son competencia del Gobierno central. De cara a Marruecos, propone impulsar los intercambios “con vistas a futuras relaciones de cooperación en el marco de la seguridad ciudadana”. Así las cosas, el Gobierno marroquí no se ha pronunciado públicamente sobre el proceso soberanista catalán, pero la mayoría de las asociaciones de inmigrantes se han mantenido al margen y, a veces, han mostrado sus reticencias. Noredine Ziani, que fue durante años el brazo derecho del cónsul marroquí de Barcelona y era presidente de la Unión de Centros Culturales Islámicos de Cataluña, fue expulsado de España hace 16 meses a petición del Centro Nacional de Inteligencia (CNI). Ziani se había incorporado con su asociación a la Fundació Nous Catalans de Ángel Colom, y juntos recorrieron, durante la campaña electoral autonómica de 2012, numerosas mezquitas. Señala ‘El Mundo’ que explicaban a sus “fieles” que “un Estado catalán puede proporcionar mayor bienestar al inmigrante”. El nacionalismo “ofrece un modelo alternativo para gentes que buscan su identidad porque ya no son del todo de allí, pero tampoco son aun plenamente de aquí”, dijo el antropólogo catalán Jordi Moreras tras observar el desarrollo de aquella campaña hace dos años. El pasado 15 de agosto, Atalayar publicó un reportaje titulado “El soberanismo catalán quiere ‘conquistar’ a los inmigrantes musulmanes”. En dicho reportaje, un joven universitario marroquí residente en Barcelona, Mohamed Latrach, comentó en estos términos la estrategia de la Generalitat: “Muchos marroquíes que van a votar que sí en el referéndum [sobre el derecho a decidir], lo harán porque la Generalitat les ha hecho promesas atractivas o porque esperan algo a cambio. No será un voto libre sino condicionado por las promesas de los demagogos”. “Los señores de CiU han llevado a cabo durante años una política bastante xenófoba  y antisocial en materia de inmigración, y ahora se  vuelven locos para que los extranjeros que puedan votar lo hagan por la independencia de Cataluña si se celebra el referéndum”, señaló en este reportaje un antiguo militante de la ONG SOS Racismo.

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