El partido islamista Ennahda no se presentará a las elecciones presidenciales en Túnez

Por Mohamed Sahli
Foto: Rachid Ghanuchi, líder del partido islamista tunecino Ennahda.
 
El partido islamista tunecino Ennahda, que lidera Rachid Ghanuchi, decidió que no se presentará a las elecciones presidenciales del próximo 23 de noviembre. El portavoz de este movimiento, Zied Ladhari, informó de que “Ennahda no  presentará un candidato a las presidenciales, pero apoyará un candidato de consenso que sea capaz de reunir a todos los partidos y de preservar el proceso democrático”. Ladhari aseguró que Ennahda, que ha sido acusado por sectores laicos tunecinos de ser un  movimiento autoritario que desea implantar un régimen islamista en Túnez, “no quiere dominar la escena política y se concentrará solamente en las elecciones legislativas” previstas para el 26 de octubre. Esta decisión fue tomada el pasado fin de semana por el Consejo de la Chura, la autoridad suprema del movimiento islamista. Ennahda ganó las elecciones generales en octubre de 2011 y, según las encuestas, podría ser el vencedor de las próximas legislativas. Los dirigentes del movimiento islamista barajaron la posibilidad de controlar el poder legislativo y la presidencia de la república, y consideraron que esta opción es peligrosa para sus intereses políticos, después de haber  visto lo que les ocurrió a los Hermanos Musulmanes en Egipto. Ennahda considera que una victoria en las legislativas y presidenciales desencadenaría un frente antiislamista que podría conducir al movimiento liderado por Ghanuchi a un callejón de difícil salida y quizá también a una intervención militar como en Egipto. 
 
Evitar el ejemplo egipcio 
En las legislativas de octubre de 2011, Ennahda consiguió el 37% de los votos para la Asamblea Nacional Constituyente (ANC). Desde la caída del régimen dictatorial de Zine el Abidine Ben Ali, el movimiento islamista dirigió dos gobiernos de coalición, el de Hamadi Jebali, de diciembre de 2011 a marzo de 2013; y el de Ali Laaryadh, de marzo de 2013 a enero de 2014. Tras estallar una crisis política de grandes dimensiones, en gran parte provocada por el descontento y las críticas de los sectores laicos del país contra Ennahda, el movimiento islamista aceptó ceder el ejecutivo al tecnócrata y actual jefe del Gobierno Mehdi Jomaa. El golpe de Estado  del mariscal Abdelfatah al-Sisi contra el presidente Mohamed Mursi y los Hermanos Musulmanes en Egipto sirvió de ejemplo a Ennahda, que no quiere verse arrastrado a un escenario político parecido. La prudencia política de Ennahda no obedece al afán de compartir el poder con otras fuerzas, sino a que quiere evitar que le pueda ocurrir lo mismo que a los Hermanos Musulmanes en Egipto. Por otra parte, el primer ministro de Argelia, Abdelmalek Sellal, manifestó su “apoyo” y “solidaridad” a Túnez en el ámbito político, económico, financiero y de la seguridad, porque el país norteafricano “atraviesa hoy las últimas etapas de su transición para entrar en una nueva era”.
 

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