Empresas y políticos pugnan por un gran acuerdo UE-Latinoamérica

Carlos Álvaro. Capital Madrid.

En es­pera de que a fin de año o ini­cios de 2018 se cierre el Acuerdo Comercial UE-Mercosur y con la de­fi­ni­ción de otras ne­go­cia­ciones en mar­cha, entre ellas la mo­der­ni­za­ción del Acuerdo Global con México y del Acuerdo de Asociación con Chile, po­lí­ticos y em­pre­sa­rios es­paño­les, eu­ro­peos y la­ti­noa­me­ri­canos pugnan ya por dotar a la re­la­ción entre Latam y la Unión de un mayor im­pulso.

Desde esos ámbitos se pronostica una cooperación más intensa, se afirma que los vínculos entre ambas regiones son más importantes que nunca y se atisba la posibilidad de una futura área del libre comercio. En una reciente entrevista, la alta representante de la UE para Asuntos Exteriores, Federica Mogherini, señalaba que ambos bloques comparten metas comunes y que “en un mundo con crecientes amenazas a la estabilidad, Europa y Latam se proyectan como polo de equilibrio, igualdad y crecimiento”.

Según la funcionaria, que auguró avances cualitativos en la relación y destacó la importancia de bloques como la Alianza del Pacífico, Latam y Europa tienen “la misma visión del libre mercado como herramienta para promover la inversión y crear empleo e innovación”.

“La relación es más importante en este difícil momento internacional”, cuando Washington parece conceder menos importancia al vínculo con sus socios europeos y latinoamericanos, destacó. En el pasado I Congreso Iberoamericano para Presidentes de Compañías y Familias Empresarias, organizado por CEAPI, que reunió a más de 450 empresarios de ambos lados del Atlántico en Madrid, altos ejecutivos de compañías, políticos y expertos también defendieron con vehemencia la importancia de que se fortalezcan los lazos económicos y políticos entre la Unión Europea y Latinoamérica. Y abogaron por concretar un gran acuerdo comercial bilateral que implicaría a unos 1.130 millones de personas.

En ese evento, el ex ministro de Exteriores y presidente de la FIE, Josep Piqué, fue optimista sobre la integración y resaltó que el actual momento político da una gran oportunidad para sellar lazos comerciales entre la UE y Latam por la “retirada del mundo anglosajón”, concretada en el Brexit para dejar la Unión y la política proteccionista de Trump. A su vez, la ex ministra y actual asesora de Telefónica, Trinidad Jiménez, resaltó la importancia de las relaciones inversoras europeas en el área. “A veces se olvida que la UE invierte en Latam, gracias a la intervención española, más que Rusia, China e India, juntos”, dijo.

Iglesias en todos los foros

En esta línea abundó el ex secretario general iberoamericano Enrique Iglesias, que destacó que los intentos de integración en Latam “cuajarán en un gran acuerdo por el que estrechará la relación comercial con la UE”. Y también el ministro de Economía español, De Guindos, que destacó la necesidad de promover la relación económica UE-Latam. “Desde el Gobierno hemos apoyado pactos entre la Unión y los países de la región para contribuir a constituir una gran zona de libre cambio que beneficie a millones de consumidores y a firmas europeas e iberoamericanas”, subrayó.

Pacto con Mercosur y cumbre Celac-UE La piedra decisiva para confirmar el impulso a esa eventual área de libre cambio puede aportarla el final feliz de una negociación UE-Mercosur que se prevé se resuma en un Acuerdo Comercial este mismo año, tras más de 17 de complicadas conversaciones con altibajos. Hoy la negociación se ha visto acelerada por el abandono de los postulados proteccionistas por parte de los líderes del bloque americano tras los cambios políticos en Brasil y Argentina.

En los últimos años, la importancia de Latam para la UE ha crecido, coincidiendo con el aumento de la estabilidad política, económica, jurídica e institucional en el área, el avance de los mercados internos y la apuesta de la gran mayoría de la región por el libre cambio. Y tanto por la trascendencia de la región en sí como por su condición de plataforma a Asia-Pacífico. En los últimos tiempos, la posición proteccionista de la Administración Trump, notablemente hacia México, y su interés exterior en otros socios globales como Rusia en detrimento de la UE, han relanzado el interés mutuo de ambas regiones, junto con factores como el Brexit y la salida de EEUU del TPP.

La mayoría de los países de la Unión, con España en posición especial, son ya observadores de la Alianza. Y la UE es el principal inversor, con el 53% de la IED recibida en Latam, frente al 20% de EEUU, con España y Holanda en los primeros puestos. Además, en los últimos años se han reforzado los vínculos con pactos comerciales o de asociación con Centroamérica, México, Colombia, Perú y Chile. Ambas partes son conscientes de que reforzar la relación es oportunidad estratégica y de ello se hablará este mes en la III Cumbre Celac-UE, que serviría de vitrina para escenificar el relanzamiento de la alianza más allá de la Asociación Estratégica Birregional fijada en la primera cumbre.

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