España e Israel, 30 años del establecimiento de las relaciones diplomáticas

Carmen Chato

Normalizar las relaciones exteriores de España mediante el reconocimiento del Estado de Israel. Un paso que se dio el 17 de enero de 1986 y que acabó con una “anomalía histórica”, según los diplomáticos y expertos en la materia que se dieron cita en el Centro Sefarad-Israel (Madrid) para conmemorar dicha fecha.

En una cita que contó con la presencia del ministro español de Asuntos Exteriores en funciones, José Manuel García-Margallo, y con el embajador de Israel en España, Daniel Kutner, se conmemoraron las tres décadas de reconocimiento mutuo ente ambos Estados con la jornada “España-Israel 30 años de historia compartida”.

El historiador y politólogo José Antonio Lisbona destacó como, tras 38 años de desencuentros entre una España franquista y un Israel socialista, las relaciones entre ambos países se han visto condicionadas por el conflicto con Palestina, que ha terminado desarrollando un papel esencial en este triángulo. El exsecretario de Estado de Asuntos Exteriores, Juan Antonio Yáñez-Barnuevo, profundizó en la evolución de las relaciones de Israel con el Estado español. Éstas pasaron por distintas etapas desde que Ben Gurion proclamara el Estado israelí en 1948 pero Yañez subrayó como la oportunidad llegó con el gobierno de Felipe González. Tampoco quiso pasar por el alto el papel que jugaron las buenas relaciones entre el rey Juan Carlos I y las monarquías árabes, en especial, su estrecha amistad con Husein I de Jordania.

La “ventana de oportunidad” para el reconocimiento de Israel vino con el ingreso de España en las Comunidades Europeas en 1986, ya que se consideró que se debía dar un paso más para homologarse a los países de su entorno. Si bien la CE no puso como condicionante para la adhesión de España este reconocimiento, Shlomo Ben Ami, ex ministro de Asuntos Exteriores de Israel, sostuvo que era algo natural que así lo hiciese para poder tener una postura común europea y coherente hacia este país del mediterráneo.

Otro de los temas que se analizaron en esta jornada fue el futuro de las relaciones hispano-israelís. A este respecto, Manuel Gómez-Acebo, director general para el Magreb, África, Mediterráneo y Oriente Próximo del MAEC, destacó como la profundidad de los elementos comunes que tienen ambos países. No sólo por su historia compartida sino también por la inserción en el mundo mediterráneo de ambos o la importancia de sus conexiones con América Latina y Estados Unidos. A pesar de ello, afirmó que aunque la llamada “anomalía histórica” se ha superado, todavía persiste el desconocimiento recíproco, un nuevo reto que hay que superar en el futuro inmediato.  

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