IIyas El Omari afirma que el régimen argelino está al borde de la desintegración

Jamal Mechbal

Pie de foto: Ilyas El Omari, secretario general del PAM.

Ilyas El Omari es secretario general del Partido Autenticidad y Modernidad (PAM). Al mismo tiempo, es presidente de la región de Tánger, Tetuán y Alhucemas. Atalayar entrevistó a El Omari en su despacho de la región de Tánger, Tetuán y Alhucemas a través de nuestro colaborador y antiguo diplomático Jamal Mechbal. El Omari analiza la situación en su partido, el PAM, de las dificultades de Abdelilah Benkirane para formar gobierno, de la situación en el Rif, lugar al que pertenece el líder del PAM, las posibilidades que ofrece la zona de Marruecos que preside a España, y,  por último, la peligrosa situación en Gargarate, punto fronterizo entre Marruecos y Mauritania.

Pregunta: En el PAM destacan dirigentes procedentes de la izquierda marroquí, especialmente del Movimiento 23 de marzo y la organización Ilal Amam. Muchos de ellos pasaron largos años en prisión durante los ‘años de plomo’. Por otra parte, a pesar de que el PAM está en la oposición, sorprende que algunos partidos en el Gobierno como el PJD, le traten como si fuese una fuerza gobernante y ellos estuvieran en la oposición. Les acusan de que son ustedes un partido al servicio del régimen y que son unos tiranos (Atahakum). ¿Cómo puede explicar a los lectores de Atalayar, sobre todo a los españoles, esta insólita situación, donde la oposición aparece como si fuera la fuerza que gobierna y el gobierno es la oposición?

Respuesta: “Esto se debe a la falta de claridad y transparencia en el panorama político marroquí durante el reinado de Hasan II. En España, la monarquía durante la transición jugó un papel claro, equitativo y de equilibrio entre las fuerzas políticas y animó a que se alcanzaran importantes consensos. En Marruecos, cuando Hasan II decidió introducir los cambios democráticos nombró al socialista Abderramán Yusufi como primer ministro en el marco de la alternancia democrática. Pero en el mismo año y de manera simultánea se facilitó el nacimiento de un partido de derecha islamista: el PJD. Fue una operación alambicada llevada a cabo por el ministro del Interior, Driss Basri. El núcleo del partido procedía del obscuro Movimiento Unicidad y Reforma (MUR), que integraba unas 200 asociaciones de tinte retrógrado islamista. Estos individuos conjugan predicación religiosa con actividad política obscurantista. Animados por el entonces ministro del Interior Basri, integraron masivamente al partido Movimiento Popular Democrático y Constitucional (MPDC), cuyo presidente y fundador era Abdelkrim Khatib. La estructura del MPDC le sirvió de plataforma para convertirse poco después en el actual PJD. Nacieron y fueron alimentados por el Ministerio del Interior para jugar el papel de oposición durante el Gobierno del socialista Abderramán Yusufi, y hoy, aunque están en el Gobierno, siguen con el mismo discurso. El colmo es que con toda desfachatez se olvidan de que Driss Basri parió al PJD. Las decenas de militantes de izquierda que estuvieron en las prisiones durante los ‘años de plomo’, al recuperar su libertad, crearon un movimiento para todos los demócratas que culminó en el PAM. Este partido cree en la libertad de pensamiento y de credo. Su primer objetivo es impedir que Marruecos caiga en manos de la tiranía política o religiosa y que sea gobernado por un partido único y la ideología del pensamiento monocolor islamista”.

P: ¿Cómo analiza la crisis vivida por el primer ministro en funciones Benkirane, que ha sido incapaz de formar gobierno y ha sido destituido por el Rey Mohamed VI?

R: “Nosotros, inmediatamente después de aparecer los resultados de las elecciones generales, felicitamos al PJD por ganar las elecciones y anunciamos que íbamos a asumir el papel de oposición con lealtad. El Rey encargó a Benkirane de formar gobierno. Pero Benkirane fracasó en su intento a raíz de sus propios errores cometidos durante su negociación con los partidos políticos. En vez de negociar programas para el futuro gobierno, entró en el regateo de las carteras ministeriales, haciendo valer de manera desmesurada la naturaleza del PJD como partido ganador. No tomó en cuenta que, aunque ganó las elecciones y obtuvo la mayoría de escaños, el número del que disponía no le permitía formar gobierno sin contar con los otros partidos. Los partidos pusieron sus condiciones pero Benkirane, en vez de escucharles, les respondió en los mítines ante sus militantes y en las plazas públicas. El populismo ha sido el peor enemigo de Benkirane”.

P: En zonas bereberes del Maghreb, como los Aurés en Argelia y el Rif en Marruecos, existen graves crisis y surgen movimientos de protesta contra el poder central. Argelia culpa de ello a fuerzas extranjeras en vez de asumir su responsabilidad. ¿En el Rif, también se puede señalar la existencia de una intervención extranjera? En definitiva, ¿qué está pasando en el Rif y concretamente en Alhucemas?

R: “En el Rif, como en el resto de Marruecos, la gente ejerce su legítimo derecho a la protesta y a la manifestación. Como en Casablanca, Rabat, Marrakech u otras ciudades, en Alhucemas la gente protesta y se manifiesta. Además, no les faltan motivos y razones.

El paro juvenil alcanza el 98%, no se realizan inversiones privadas, ni tampoco públicas. Existen zonas industriales sin industrias y la gente vive de las remesas que envían los inmigrantes rifeños en Europa. En la crisis que conoció la Unión Europea fueron ellos las primeras víctimas, y la padecieron duramente. Muchos quedaron en paro, se redujeron las transferencias, incluso muchos tuvieron que volver a su país. El gobierno del PJD, ante esta crisis, no elaboró planes económicos de emergencia para el Rif, sino todo lo contrario: algunos proyectos ya aprobados han sido interrumpidos, sobre todo en obras públicas, sin dar una explicación convincente. Los ciudadanos en el Rif protestan, como en el resto de las regiones de Marruecos, pero en Alhucemas y su entorno con más razón y por múltiples motivos”.

Pie de foto 2: El líder del PAM durante una conferencia en Marruecos.

P: Usted, además de secretario general del PAM, es presidente de la región Tánger-Tetuán-Alhucemas. Es una región muy importante geográficamente, porque es la zona que constituye la puerta de entrada de Europa hacia África y de África para Europa. Es la región vecina y más próxima a España ¿En que puede interesar y afectar a España esta situación?

R: “En efecto, Marruecos con su vuelta a la Unión Africana y su adhesión a la Comunidad Económica de Estados de África Occidental, (CEDEAO), se encuentra preparado para convertirse en una excelente plaza para las inversiones y una plataforma para operaciones triangulares. Su magnífica situación convierte a Marruecos en el enlace entre Europa y África. La región de Tánger, Tetuán y Alhucemas se convirtió en el núcleo duro de esta cooperación internacional de grandes espacios económicos. Se instalaron grandes industrias y empresas internacionales en la zona lindante con el puerto Tánger-Med. También empresas chinas se están instalando en esta región, donde cuentan crear industrias y plataformas para grandes negocios intercontinentales Pero todos estos proyectos, todas las políticas de cooperación que estamos llevando a cabo, no substituyen el papel que puede desempeñar España, que es nuestro principal socio y es el país vecino. Todo lo contrario, es una cooperación que cuenta con el amigo y vecino país. España es nuestro primer socio, el que tiene más oportunidades, tanto en Marruecos como en África, porque estamos convencidos de que cooperando con lealtad y respeto todos salimos ganando”.

P: Una franja de cuatro kilómetros llamada Gargarate o ‘Kandahar’ separa Marruecos de Mauritania. Desde mediados del 2016, esa zona conoce una situación de tirantez ente Marruecos y el Frente Polisario. ¿En qué medida puede convertirse este lugar en un enfrentamiento que atente contra el comercio mundial, incluso que permita el acceso del terrorismo al Océano Atlántico?

R: “El Polisario no puede disparar un solo tiro y su secretario general, nombrado por Argel, no puede mover un dedo sin orden de Argelia. Lo que sucede en Gargarate está directamente relacionado con la crisis interna que se vive en Argelia. El vecino país vive una grave crisis institucional y otras crisis económicas y sociales. El presidente está enfermo e inválido, y en su entorno se libra una lucha de sucesión. Los problemas son muchos: la caída vertiginosa del precio del petróleo, el aumento del paro, y las arcas del Estado están vacías. El régimen argelino está al borde de la desintegración. Por ello, una supuesta amenaza exterior, una concentración militar cerca de sus fronteras, un enfrentamiento limitado, daría lugar a que se cierren filas entorno del régimen establecido. Marruecos es consciente de esta situación. No obstante, la zona de Gargarate, que muchos llaman ‘Kandahar’ por ser una zona sin ley, constituye un lugar privilegiado a todo tráfico ilegal: coches robados, contrabando de tabaco, drogas, alimentos desviados desde los campamentos saharauis de Tinduf. Su proximidad de los focos del terrorismo islamista en el Gran Sáhara y el Océano Atlántico constituye una amenaza a la navegación marítima. Esta aérea es una zona que afecta incluso los intereses de las Islas de Canarias. Es una situación en que Argelia, mediante el Polisario, pone en jaque no solo a Marruecos, sino al comercio internacional y la seguridad regional en el Atlántico. Por ello, todos debemos estar atentos. Sobre todo Marruecos y España”. 

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