La democracia tarda en llegar a los Emiratos Árabes Unidos

Por Mohamed Sahli
Foto: Mohamed al-Roken, expreso de conciencia y destacado abogado de derechos humanos en los Emiratos Árabes Unidos.
 
Los países árabes del Golfo Pérsico son ricos en hidrocarbruos e invierten en el exterior, en el mundo desarrollado y en regiones  en vías de desarrollo y emergentes; algunos de estos Estados, como Arabia Saudí, son políticamente influyentes; otros disponen de grandes medios de comunicación audiovisuales y todos ellos son buenos mercados para las multinacionales y muchas pequeñas y medianas empresas europeas y occidentales. Pero no es oro todo lo que reluce en Arabia Saudí, Catar, los Emiratos Árabes Unidos (EAU) o Baréin. Existen diferencias notables entre países. Los EAU, oficialmente, están construyendo un sistema político más abierto que en Arabia Saudí, país en manos de una monarquía absoluta, o Catar, donde los inmigrantes pobres asiáticos viven en un régimen de semi-esclavitud, según denuncia Amnistía Internacional (AI). Pero en general, los países árabes del Golfo no se caracterizan por el respeto a los derechos humanos y la existencia de unos valores democráticos mínimamente aceptables. Y los EAU no son una excepción. Esto no lo afirma ningún grupo de oposición radical, sino ONGs solventes,  medios de comunicación occidentales y el propio Ministerio de Asuntos Exteriores español. Sobre los EAU, dice dicho Ministerio: “En cuanto a los derechos sociales y las libertades públicas, el índice de libertad económica que elabora The Wall Street Journal y la Heritage Foundation califica al país como 'moderadamente libre' (2011). Los partidos políticos no están permitidos y tampoco las organizaciones de carácter sindical, aunque sí se permiten las asociaciones de asistencia o de interés cultural, así como de 'hombres de negocios'”. El pasado mes de marzo, AI realizó  una denuncia por la violación de los derechos humanos en los EAU.  Un joven activista fue arrestado por criticar en las redes sociales el trato que el régimen del emirato daba a su padre, preso político, y a otros detenidos. Como dice Mohamed al-Roken, expreso de conciencia y destacado abogado de derechos humanos, víctima durante años del acoso del Gobierno, en los EAU, “tras la fachada de ostentación y glamour se esconde la cruda realidad”. 
 
El caso de Osama Al Najjar
Osama Al Najjar es un joven de 25 años que se licenció en Arquitectura en Australia. El 17 de marzo varios policías  fueron a su casa y se lo llevaron detenido junto a todo el material informático del que disponía. El delito fue la publicación de una serie de mensajes en Twitter denunciando la situación de su padre en la prisión de Al Razeen. Amnistía Internacional denunció el riesgo de torturas que corre Osama Al Najjar. El padre de Osama es Husain Ali Alnajjar, un físico de profesión  que fue condenado a 10 años de cárcel en el proceso que fue llamado de 'los 94 emiratíes'. La ONG de origen británico informó de que en ese juicio “se negó a los acusados el acceso a abogados durante su detención en régimen de incomunicación en espera de juicio; se recluyó a todos en secreto, en algunos casos por periodos de hasta un año, y muchos dijeron al juez que habían sido sometidos a tortura; se admitieron como prueba de su culpabilidad 'confesiones' obtenidas presuntamente durante su reclusión en secreto, y se negó a todos el derecho a interponer un recurso contra la sentencia, lo que vulnera las normas internacionales de derechos humanos”. AI asegura que el caso de Osama Al Najjar no es excepcional. Según el informe anual de esta organización, en 2013, otras seis personas fueron condenadas por publicar contenidos en las redes sociales. Además, 21 personas fueron condenadas a muerte  y la discriminación contra las mujeres y los inmigrantes es otro de los graves problemas de los EAU. 
 
Los escasos derechos de las mujeres
El pasado mes de julio, Marte Deborah Dahlev, una joven noruega de 24 años, fue condenada  en Dubai a un año y medio de cárcel por mantener relaciones fuera del matrimonio y por consumir alcohol tras ser violada. La reacción internacional en general, y del Gobierno noruego en particular, consiguió que la sentencia finalmente fuera revocada. Pero las mujeres del emirato no tienen la misma suerte, porque  carecen del apoyo de gobiernos democráticos extranjeros. En España, Asuntos Exteriores informa de que en el los emiratos “las relaciones sexuales fuera del matrimonio son ilegales, independientemente del tipo de relación que tenga con su pareja en España (por ejemplo, si son pareja de hecho, figura jurídica no reconocida en los EAU). La cohabitación, incluso en hoteles internacionales, también es ilegal. Si queda embarazada fuera del matrimonio, tanto usted como su pareja se enfrentan a la posibilidad de penas de cárcel”. La propia embajada de los EAU en España recomienda lo siguiente a las españolas que viajan al país árabe: “Hay constancia de que se han producido incidentes de acoso por parte de taxistas y, en más de una ocasión, ataques a mujeres extranjeras que caminaban solas por los pasos subterráneos en la Corniche de Abu Dhabi. Las ciudadanas extranjeras deben tener siempre presentes las diferencias culturales y entender que algunas actitudes (involuntarias o no) pueden ser malinterpretadas. Por ello, debe evitarse sentarse en el asiento delantero de un taxi y debe comprenderse que, en ocasiones, las conversaciones, el exceso de amabilidad o las simpatías hacia un conductor pueden ser interpretadas por parte de algunos taxistas como una proposición”. En el año 2005, una mujer fue condenada a recibir 150 latigazos tras sufrir abusos sexuales. Cinco años después, una australiana de 27 años fue condenada a un año de prisión después de ser violada por tres hombres en un hotel de Fujairah. AI lamenta la tolerancia con los violadores y la criminalización de las víctimas en los EAU. En cuanto a los homosexuales y los transexuales, oficialmente no existen, y los que son detenidos sufren todo tipo de vejaciones y largas penas de cárcel. Los partidos políticos están prohibidos, la libre asociación es restringida y los derechos de los trabajadores son bastante limitados. Lo mismo ocurre con la libertad de expresión. La Constitución la garantiza pero en la practica este derecho está muy limitado. 
 
Explotación de inmigrantes 
Los trabajadores extranjeros constituyen la mayoría (80%) de la población residente de los EAU y además conforman el 90% de la fuerza laboral. Estos inmigrantes  carecen de derechos ciudadanos.  Es una práctica, según denuncia Human Rights Watch (HRW),  que en  los EAU los patronos retengan los pasaportes de los empleados por la duración del contrato para evitar que estos cambien de empleo. Es una práctica ilegal, pero jamás ha sido investigada ni mucho menos castigada por el Gobierno. Al cancelarle el empleo a un trabajador, se prohíbe la entrada del mismo al país durante seis meses. Además, las  estructuras salariales se basan en la nacionalidad, el sexo, la edad y la raza de las personas y no en su cualificación profesional. En este país que algunos califican de “modélico” en el Golfo, también existe la esclavitud infantil, según denunció  en un documental el canal de televisión estadounidense  ‘HBO’. Este medio informó sobre el uso de niños como jinetes de camellos de carreras. En muchos casos sufren abusos físicos y sexuales. La organización Antislave.org  documentó denuncias similares. En septiembre de 2006, una acción legal fue emitida en los Estados Unidos acusando al jeque Mohamed Bin Rashid al-Maktoum, su hermano y otros 500 miembros de la familia de secuestrar, esclavizar y traficar con niños de Bangladés y Sudán, a partir de dos años de edad. Según la denuncia,  a los niños se les mantiene en condiciones muy precarias, se les hace pasar hambre para que no suban de peso, se abusa de ellos y se les obliga a participar en un deporte peligroso como las carreras de camellos. 
 

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