La liberalización de la economía en Argelia y la apertura al capital extranjero

Pedro Canales

El Estado argelino no parece dispuesto a aceptar que escape a su control el inevitable proceso de privatización y liberalización de su economía. El tránsito de una economía estatal fuertemente centralizada y dependiente de la exportación de hidrocarburos a una economía de competitividad, abierta a las nuevas tecnologías y en la que el sector privado nacional debe jugar un papel motor, solo puede hacerse con la supervisión del Estado, garante de la soberanía nacional que se aplica no sólo a la vigilancia de las fronteras, sino a la estructura de explotación de los recursos naturales y sus derivados.

En la Hoja de Ruta de la liberalización económica, se ha dado un primer gran paso con el Acuerdo tripartito entre Gobierno, Sector Público y Sector Privado, conocido en Argelia como el PPP. El 23 de diciembre pasado, el Ejecutivo se reunió con la principal central sindical UGTA y con las organizaciones patronales, firmando un Acuerdo. Unas semanas antes, el Banco Mundial se había pronunciado por la fórmula como la más adecuada para el despegue económico de Argelia.

A este primer peldaño, que sin embargo sigue encontrando dificultades en la burocracia administrativa y en los sectores conservadores que se nuclean en torno al ex partido único FLN (frente de Liberación Nacional), se añade ahora un segundo, centrado en asociar el capital extranjero y las empresas medianas, al partenariado PPP.

En esta óptica, el gobierno de Ahmed Ouyahia ha organizado una acción basada principalmente en una serie de ejes de asociación con los socios extranjeros. Se trata de estimular las relaciones bilaterales a nivel económico y empresarial de Argelia con varios conjuntos, entre ellos: Francia, Italia, España, Alemania y Estados Unidos, centrado principalmente en asociar las pequeñas y medianas empresas de gran productividad y tecnología avanzada en el desarrollo argelino.

A comienzos de este mes de febrero, visitó Argel una delegación del patronato francés compuesta de medio centenar de empresas y dirigida por su presidente Pierre Gattaz. El MEDEF (Movimiento de Empresas de Francia) y la FCE (Fórum de Jefes de Empresa) argelina, han firmado un acuerdo para crear un Consejo de Negocios.

Uno de los obstáculos mayores que las empresas extranjeras de todos estos países encuentra en Argel es la vigencia de la Ley 49/51, según la cual cualquier empresa que se propone intervenir en el mercado local debe asociarse obligatoriamente con un partner argelino que siempre dispondrá de una mayoría absoluta de capital en la empresa asociada resultante.

A pesar de los intentos de aumentar la confianza de los inversores hechos por el ministro de Industria y Minas, Youssef Yousfi, alegando que la Ley 49/51 no supone ningún obstáculo, la realidad es que el volumen de Inversiones Directas Extranjeras en la economía argelina sigue en caída desde 2009, fecha de la promulgación de la regla 49/51.

Según el Banco de Argelia, en 2009 se registró un pico de 2.700 millones de dólares de IDE, que descendió a 2.200 en 2010, a 1.800 en 2011 y a 1.700 en 2012 y 2013. El año 2014 fue el peor de la serie registrándose una cifra de 1.500 millones de dólares de IDE. El año siguiente, 2015, fue particularmente negativo, porque el Estado se vio obligado a adquirir el operador de telefonía privada Djezzy, con lo que el movimiento de capitales fue del interior hacia el exterior, arrojando un saldo negativo de 500 millones de $. En los años subsiguientes las IDE se han mantenido en torno a los 1500 millones de dólares, mucho menos que los vecinos Marruecos y Túnez. Este último, con un PIB tres veces menor que el de Argelia, ingresa casi el mismo volumen de IDE.

Es cierto, como alega el ministro Yusfi, que la Regla 49/51 no ha sido obstáculo para que algunas empresas importantes se hayan asociado con socios argelinos, que siguen manteniendo la mayoría del capital, a menudo gracias a la entrada de Fondos Públicos de Inversiones en las empresas resultantes. Así lo han hecho General Electric y Sonelgaz, Sanofi y Saidal, Qatar Steel y Sider, Renault y la Sociedad Nacional de Vehículos Industriales (SNVI), entre otros.

Francia es el segundo socio comercial de Argelia – el primero es China -, con una balanza comercial de 10,500 millones de euros; y en el país magrebí están implantadas más de 500 empresas glas. Sin embargo, Pierre Gattaz insistió en su comparecencia pública tras la reunión con la patronal argelina, en que espera “señales fuertes y claras” por parte de su asociado norteafricano. El MEDEF sabe que, a pesar de la caída de precios del petróleo y de la contracción de la economía argelina, el país va a enfrentar en los próximos años grandes proyectos estructurantes, no sólo en el sector energético, sino en transporte, infraestructuras, tecnologías, generación y transporte de electricidad.

En la misma óptica que Francia, se encuentra ahora también Italia. En 2016 se formó un “Club de negocios argelo-italiano” para fomentar los intercambios bilaterales, las empresas conjuntas y su participación en los proyectos de desarrollo en Argelia. Han sido necesarios dos años para que la Administración gubernamental argelina dé el visto bueno al Club. En presencia del presidente del FCE, Ali Haddad – el mismo que se ha reunido con el francés Pierre Gattaz -, el embajador italiano en Argel Pasquale Ferrara ha dado el pistoletazo de salida al Club el 5 de febrero pasado. Su objetivo es constituir en breve plazo una Cámara bilateral de comercio y agricultura. Además de las tradicionales relaciones en el sector automovilístico, Argelia e Italia están emprendiendo proyectos importantes en el sector agroalimentario, en la producción de baterías y en la fabricación de ascensores.

En la misma línea, aunque con cierto retraso según los especialistas, sigue España. En pocos días, Madrid y Argel celebrarán el 6º aniversario de la creación de una Plataforma de comercio hispano-argelina, cuya finalidad principal es el desarrollo bilateral precisamente en las Pequeñas y Medianas Empresas, sector en el que España registra un marcado déficit. La presencia en Argelia de la gran empresa española, en energía, construcción, agua y electricidad, infraestructuras, ya es un hecho. Sin embargo, el verdadero desarrollo bilateral pasa por el entramado de las PME; y eso es un desafío aún pendiente. 

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