La oposición condena la anulación del impuesto sobre la fortuna en Argelia

Paco Soto

Pie de foto: El primer ministro de Argelia, Ahmed Ouyahia, con Said Bouteflika, hermano del presidente.

El impuesto sobre la fortuna no es una cuestión propia de las democracias europeas como la española o la francesa, también genera debate en Argelia, la principal potencia económica y política del Magreb. En Argelia, los partidos de la oposición han criticado con dureza que la Comisión de Finanzas y de Presupuesto de la Asamblea Nacional Popular (ANP), controlada por el Frente de Liberación Nacional (FLN) y el Reagrupamiento Nacional Democrático (RND), haya decidido retirar el impuesto sobre la fortuna del proyecto de Ley de Finanzas 2018. Los grupos opositores opinan que la medida es una “decisión populista”, una especia de amnistía fiscal para los ricos de cara a las próximas elecciones locales. En declaraciones al periódico digital ‘maghrebemergent.com’, Lakhdar Ben Khelaf, diputado por el islamista Frente de la Justicia y el Desarrollo (FJD), aseguró que son “los hombres de negocios los que han presionado al Gobierno para que éste aboliera el artículo [sobre el impuesto sobre la fortuna]. Y lo han conseguido. Estos hombres de negocios estaban en contra del artículo en cuestión”. Por su parte, la formación berberista Reagrupamiento por la Cultura y la Democracia (RCD) consideró que esta anulación era “previsible”.

La diputada del RCD Fetta Sadat subrayó que “el impuesto sobre la fortuna no hubiera significado una verdadera solución a la crisis económica que vive Argelia estos últimos años”, porque, según dicha parlamentaria, “el dinero se encuentra en bancos extranjeros”. Ramdane Youssef Tazibt, en nombre del izquierdista y trotskista Partido de los Trabajadores (PT), declaró que “esta decisión es una prueba del peligro que representa la mezcla de dinero y de política en Argelia”. A juicio del diputado izquierdista, “el Gobierno ha demostrado su impotencia ante los hombres de negocios. Es escandaloso ver esta política de clase y este retroceso del Gobierno ante la oligarquía”. Ramdane Youssef Tazibt pidió al ministro de Finanzas, Abderrahmane Raouya, que someta la supresión del polémico artículo de la Ley de Finanzas 2018 en el pleno que la ANP celebrará el próximo 26 de noviembre. Abundando en el mismo terreno, el presidente del islamista Movimiento de la Sociedad por la Paz (MSP), Abderrazak Mokri, apuntó a ‘maghrebemergent.com’ que el Gobierno tendría que pedir la opinión de los expertos en lugar de haber tomado una decisión tan arriesgada social y políticamente como la abolición del impuesto sobre la fortuna. 

Pie de foto: Un grupo de diputados en el Parlamento argelino.

Anunciado en septiembre

La introducción del impuesto sobre la fortuna en el proyecto de Ley de Finanzas 2018 fue anunciado el pasado mes de septiembre por el primer ministro, Ahmed Ouyahia. Este impuesto está dirigido a “las fortunas netas que superen los 50 millones de dinares, los vehículos turísticos que cuesten más de 10 millones de dinares y las obras y cuadros artísticos cuyo coste supere los 500.000 dinares”. Según fuentes del Frente de Fuerzas Socialistas (FFS), “el impuesto es pura calderilla. Con este impuesto, Argelia no va a resolver sus graves problemas sociales y económicos y conseguir mayor estabilidad política. Ahora bien, vale más esto que nada. Pero hemos visto que el Gobierno de Ouyahia no tiene sensibilidad social. Ouyahia gobierna para la oligarquía económica y las grandes fortunas”. El presidente de la República, Abdelaziz Bouteflika, nombró primer ministro a Ahmed Ouyahia el pasado mes de agosto tras destituir del cargo a Abdelmadjid Tebboune. Ouyahia es el líder del RND, un político de los aparatos del poder que lleva muchos años al servicio del Estado.

Pie de foto: Una protesta social ante la sede del Parlamento, en Argel.

Un político fiel a Bouteflika

Su partido es un aliado político del FLN y ambas formaciones han conseguido dominar la vida ejecutiva y legislativa. Tienen mayoría absoluta en el Parlamento. El FLN y el RND son en la actualidad las dos caras de la misma moneda, dos piezas esenciales del engranaje del poder en Argelia. Ouyahia goza de la máxima confianza de Bouteflika y los poderes fácticos económicos, que ven en él a un político fiable que defiende sus intereses. En cambio, Tebboune se atrevió a cuestionar el poder de la oligarquía y esto le valió su destitución. Como ya informó Atalayar, varios oligarcas habían pedido la cabeza de Tebboune al jefe del Estado. Bouteflika decidió recientemente blindar el poder de Ouyahia. Oficialmente, para permitirle llevar a buen término una serie de proyectos beneficiosos para la población y mejorar las finanzas y la situación económica. Según la oposición, el objetivo es conseguir que a Ouyahia nadie le haga sombra y que pueda tener las manos libres para llevar a cabo la política que le ha encomendado el presidente de la República.

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