Marruecos encabeza la protesta contra la decisión de Trump de declarar Jerusalén capital judía
Paco Soto
Pie de foto: El Rey de Marruecos, Mohamed VI, saluda al presidente palestino, Mahmud Abas.
La decisión del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de declarar Jerusalén capital exclusivamente judía ha desencadenado una ola de protestas en Marruecos. Este país lidera el descontento en el Magreb, y el Rey Mohamed VI se sitúa a la cabeza de esta ola de rechazo a la decisión estadounidense. Mohamed VI es presidente del Comité Al Qods por decisión de la Organización de Cooperación Islámica. Solo voces minoritarias en Marruecos ven con buenos ojos la posición del mandatario estadounidense. El padre de Mohamed VI, el Rey Hasan II, a pesar de haber sido un fiel aliado de Estados Unidos, Francia y Occidente en el denominado mundo árabe, desempeñó un papel primordial en el conflicto palestino-israelí. Fue un dirigente respetado por las dos partes en conflicto, e hizo grandes esfuerzos políticos por buscar vías de solución a la crisis de Oriente Medio. Mohamed VI, que durante años fue criticado por su supuesta falta de interés en los asuntos internacionales, ha demostrado en la última etapa de su reinado que quiere ser protagonista en zonas donde su país pueda contribuir a la pacificación y normalización política. Oriente Medio es una de estas regiones conflictivas del planeta donde Marruecos puede y quiere estar presente.
Solidaridad “fuerte y constante” de Rabat
Tanto es así que al poco tiempo de las polémicas declaraciones del inquilino de la Casa Blanca, Mohamed VI mantuvo una entrevista telefónica con el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abas, según informó el Gabinete Real. El monarca reiteró a Abas “la solidaridad fuerte y constante del Reino con el pueblo palestino hermano en la defensa de su causa justa y de sus derechos legítimos, sobre todo los que están relacionados con el estatuto de Al Qods Al-charif”.
El jefe del Estado marroquí expresa en la conversación telefónica su “reprobación vigorosa de toda acción cuya naturaleza pueda comprometer el carácter multiconfesional de la Ciudad Santa, o alterar su estatuto jurídico y político”. Por su parte, Mahmud Abas agradece la solidaridad de Mohamed VI y el pueblo marroquí y asegura que ambos mandatarios “mantendrán un contacto directo y una concertación sobre esta cuestión”. Además, Mohamed VI dirigió un mensaje al secretario general de la ONU, António Guterres, en el que denuncia las decisiones adoptadas por el Estado de Israel con las mezquitas de Al-Aqsa y Al-Qods, que violan la legalidad internacional, y manifiesta sus “sentimientos de inquietudes y de preocupación después de haber conocido la intención de la Administración americana de reconocer Al-Qods como la capital de Israel y trasferir la embajada de Estados Unidos”. Según el Rey de Marruecos, esta decisión puede “intensificar la tensión e hipotecar las posibilidades de paz, y acentuar la violencia y el extremismo”.
Pie de foto: Manifestación de apoyo a Palestina en las calles de Rabat.
Carta al inquilino de la Casa Blanca
“Tenemos muchas esperanzas sobre sus actividades e intervención” respecto a la Administración americana”, señala el monarca alauita a Guterres. Según informaron medios marroquíes, el ministro marroquí de Asuntos Exteriores, Nasser Bourita, se entrevistó con un alto cargo de negocios de la Embajada de Estados Unidos en Marruecos, Stephanie Miley, y con los embajadores de Rusia, China, Francia y Reino Unido, en tanto que representantes de países que son miembros permanentes en el Consejo de Seguridad de la ONU. En la entrevista estuvo presente el embajador de Palestina en Rabat, Jamal Shobaki. Durante la reunión, Bourita entregó una carta a la diplomática estadounidense del Rey Mohamed VI dirigida al presidente Donald Trump.
En la carta, el soberano expresa su profunda preocupación por la posición de Trump sobre Jerusalén, y recuerda cuál es el estatuto jurídico, político y religioso de la Ciudad Santa. El Rey pide a Trump que respete la identidad cultural y religiosa de Jerusalén y reafirma su solidaridad absoluta con el pueblo palestino. Por su parte, el representante diplomático de Palestina en Rabat, Jamal Shobaki, saluda el apoyo incondicional del Reino de Marruecos a la causa palestina y se muestra profundamente preocupado por lo que está ocurriendo en Jerusalén. Denuncia las “exacciones” del Estado hebreo con los palestinos y el apoyo incondicional de Trump a una política que solo siembra dolor y no resuelve el conflicto de Oriente Medio.
Apoyo islamista
En el ámbito de la clase política marroquí, cabe destacar la posición del exprimer ministro y secretario general del islamista y gobernante Partido de la Justicia y el Desarrollo (PJD), Abdelilah Benkirane. El líder islamista condena la propuesta de Donald Trump y apoya la reacción inmediata del Rey Mohamed VI, porque ha sabido impulsar su “reprobación vigorosa contra toda acción que comprometa el carácter multiconfesional de la Ciudad Santa, o pretenda alterar su estatuto jurídico y político”. Rabat será escenario de una manifestación solidaria con la causa palestina y contraria a la posición del inquilino de la Casa Blanca sobre Jerusalén el domingo 10 de diciembre.
La marcha, que como todas las que se celebran en apoyo a los palestinos en la capital marroquí será multitudinaria, contará con la participación de Al Adl Wal Ihsane (AWI, Justicia y Espiritualidad), el movimiento islamista de inspiración sufí más importante en Marruecos. Al Adl Wal Ihsane es una organización tolerada pero no legalizada por el Estado, porque no reconoce la monarquía y la naturaleza de jefe religioso, además de político y militar, del Rey alauita. Su presencia militante y su influencia ideológica, política y cultural en las clases populares, parte de la juventud y segmentos importantes de la clase media es considerable. AWI se opone a la violencia en la actividad pública y condena el terrorismo yihadista, y plantea profundos cambios socioeconómicos y políticos en Marruecos. Durante las protestas que en el año 2011 sacudieron a varios países árabes, en el marco de la denominada ‘Primavera Árabe’, Justicia y Espiritualidad desempeñó un papel protagonista en la principal plataforma opositora en Marruecos, el Movimiento 20 de febrero.
Pie de foto: El activista amazigh Mounir Kejjii conversa con un ciudadano de confesión judía.
Por delante de la izquierda radical
Social y políticamente, AWI se situó muy por delante de la izquierda radical y los grupos y personalidades independientes. “Nuestra posición es la de adherirnos a todas las iniciativas que condenen la instalación de la Embajada [de Estados Unidos] en Jerusalén. Participaremos en todas las marchas y protestas en varias ciudades”, declara al periódico digital ‘yabiladi.com’ Abdessamad Fathi, importante dirigente de AWI. El movimiento islamista fundado por el difunto jeque Abdeslam Yasín quiere también organizar por su cuenta movilizaciones callejeras en varias ciudades del país como Tánger y Tetuán.
Otros colectivos como el Grupo Acción Nacional en favor de Palestina y la Asociación Marroquí de Apoyo a la Lucha Palestina van a desempeñar un papel importante en las manifestaciones y actividades de protesta en Marruecos. Para el activista pro palestino Khalid Sefiani, la manifestación de Rabat del domingo será “la más importante de la historia”. En el mismo orden de cosas, en una entrevista con ‘yabiladi.com’, el portavoz del movimiento islamista palestino Hamas, Hazem Kassem, pide al Rey Mohamed VI que “convoque una reunión urgente de Al Qods”, porque “el presidente americano ha cometido una violación flagrante del derecho internacional” y apoya “la colonización israelí de la Ciudad Santa”. Kassem denuncia “la política pública, militar y criminal de Israel” contra los palestinos, y valora “la implicación de Marruecos” en el apoyo a la causa palestina.
Discrepancias berberistas
En Marruecos, no todas las corrientes sociales y políticas apoyan la denominada causa palestina. Las voces más discrepantes se encuentran en el seno del movimiento amazigh (berberista), que no es una realidad homogénea sino diversa desde el punto de vista ideológico y político. Dentro de este movimiento existen grupos, personalidades y activistas de fuertes convicciones democráticas que plantean que desde el punto de vista legal y social Marruecos tiene que asumir su diversidad y realidad heterogénea. Estas corrientes aceptan que su país, además de africano y mediterráneo, es bereber, árabe, mayoritariamente musulmán pero con un componente judío que con el paso del tiempo y la emigración de muchos marroquíes de confesión judía ha disminuido notablemente. Pero no todos los militantes berberistas piensan así. Para la corriente fundamentalista y racista de este mundo complejo, Marruecos es un país amazigh y punto. Las personas y grupos adscritos a esta corriente, como ocurre en todos los movimientos nacionalistas extremistas, niegan la pluralidad identitaria y por supuesto el componente árabe de su país y odian abiertamente la cultura y la lengua árabes.
Cálculo político
Su apoyo incondicional, dogmático y sin matices, al Estado de Israel en el conflicto de Oriente Medio obedece a un cálculo político con tufillo antiárabe que muchos activistas ni siquiera disimulan. En este contexto, a nadie debe extrañar que el activista berberista Mounir Kejjii declare, en una entrevista con el portal marroquí ‘Le siteinfo.com’, que “Jerusalén pertenece a los judíos”. Kejjii asegura que “históricamente hablando, Ûrshalim (denominación israelí oficial en árabe de Jerusalén) pertenece a los judíos desde hace 3.000 años antes de Jesucristo”. En opinión del activista amazigh, que ha visitado Israel varias veces, el conflicto palestino-israelí “no tiene nada que ver con los marroquíes, que antes tendrían que ocuparse de los problemas socioeconómicos del país”. “Marruecos tiene que concentrarse sobre las mujeres que mueren por un puñado de harina o los niños que mueren de frío en el Atlas (región montañosa de cultura mayoritariamente bereber situada en el centro de Marruecos)”. “Taza (ciudad del norte del país) importa más que Gaza”, opina Kejjii.
