Marruecos, un faro de desarrollo potencial en el porvenir del Magreb

Ana Ferrandis Soler

Pie de foto:  Mohammed VI, paladín del panafricanismo, de Ramón Moreno Castilla, una radiografía actual de Marruecos; los retos económicos, sociales y políticos a los que se enfrenta el país vecino.

Moreno Castilla, partícipe en el proceso de privatización de algunos sectores públicos en Marruecos, sorprende con su nuevo libro en el que analiza detenidamente los pasos que ha dado Marruecos, sumido en un proceso de innovación desde el inicio del reinado de Mohammed VI en 1999.

El autor resalta las bondades de la visión política de un monarca que ha sabido asumir un rol dinámico en los últimos años y que tras el reinado de su padre Hassan II, ha centrado gran parte de sus esfuerzos en potenciar la diplomacia del país. No en vano, y como bien dice en su prólogo el medievalista Diego Melo Carrasco, “valorar las acciones del presente tiene que ver con el hecho de tener conciencia en el pasado y expectativas de futuro”.

Mohammed VI sigue desde 2016 una estrategia que busca fortalecer la cooperación sur-sur. Tras volver Marruecos al seno de la Unión Africana, organización que abandonó en 1984 en protesta por la admisión de la República Árabe Saharaui, el país ha avanzado claramente en su apuesta por la modernidad y se ha erigido como líder en diversos aspectos: uno, en materia de inmigración y dos, en el otorgamiento de becas a extranjeros.

En la actualidad Rabat se erige como uno de los mayores contribuyentes al mantenimiento de las operaciones de paz y desarrollo en el continente africano a través del papel de la Fundación Mohammed VI para el Desarrollo Sostenible. Tan es así, que Moreno Castilla destaca el papel predominante de Marruecos como uno de los principales estabilizadores dentro de los países árabes y económicamente líder en la oferta de servicios dentro del continente africano.

Mohammed VI, paladín del panafricanismo es un libro que, tras un estudio de fondo, hace un balance positivo de la coyuntura marroquí en los últimos años y no niega los avances democráticos que el país ha experimentado desde su Constitución de 2011, gracias también al establecimiento de nuevas vías de comunicación diplomática con algunos vecinos como Argelia, Túnez, Nigeria, Zambia, Senegal, Ruanda o Ghana.

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