Marruecos y Argelia se disputan el control de Malí

Por Paco Soto

Francia es el principal tutor político, militar y económico de Malí, un país muy pobre y castigado por el terrorismo yihadista en el norte del territorio, donde también actúan contra el poder de Bamako los rebeldes tuaregs del Movimiento Nacional de Liberación del Azawad (MNLA). Francia y Mali están en guerra contra tres grupos terroristas: Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI), que procede de las filas del Grupo Salafista para la Predicación y el Combate (GSPC) argelino y se considera la rama de Al Qaeda en el Magreb; Ansar Dine (Defensores del Islam), que actúa en la región de Kidal y se nutre de rebeldes tuaregs; y el Movimiento para la Unidad y la Yihad en África Occidental (MUJAO), que es un grupo disidente de AQMI que tiene su cuartel general en Gao. Argelia desempeña una labor muy activa en la región del Sahel y es también un país “muy importante” para la resolución de los problemas de Malí, como así lo reconoció hace unos días Bert Koenders, representante especial del secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, en el conflicto maliense. “Argelia tiene una función muy importante que desempeñar en la instauración de la paz y la reconstrucción de Malí”, dijo Koenders tras reunirse, en Bamako, con el ministro argelino de Asuntos Exteriores, Ramtane Lamamra. Por su parte, el alto representante de la Unión Africana (UA) para Malí y el Sahel, Pierre Buyoya, valoró muy positivamente el papel de Argelia en la región y manifestó su apoyo al Estado norteafricano. El ministro argelino de Exteriores viajó a Malí tras su paso por Nuakchott (Mauritania) y Uagadugú (Burkina Faso) para participar en la tercera sesión del Comité Bilateral Estratégico Argelino-Maliense y en una reunión interministerial de los países del Sahel.

Diplomacia marroquí

En este contexto, Marruecos, que ha incrementado notablemente su presencia económica en África, quiere  recuperar en Malí el terreno perdido a favor de Argelia. Según dice un observador político marroquí, “Marruecos no tiene la intención de dejar a Malí en manos de Argelia”. El ministro marroquí de Asuntos Exteriores, Salahedín Mezuar, hispanófono y liberal, viajó a Bamako el pasado 20 de mayo y entregó un mensaje del rey Mohamed VI al presidente del país, Ibrahim Bubacar Keïta. Todo parece indicar que el incremento de los combates en la región de Kidal entre los rebeldes del MNLA, que cuentan con el apoyo implícito de Rabat, y las fuerzas malienses, obligó a Marruecos a organizar este viaje. La luna de miel entre Argelia y Malí molesta a Marruecos, que no ve con buenos ojos que las máximas autoridades malienses saluden casi con emoción el papel que desempeñan  los dirigentes argelinos en su país. Algunos analistas constatan que Marruecos llegó tarde a Malí y no podrá desbancar a Argelia, porque el vecino magrebí está muy asentado en la región y su papel de interlocutor en ciertos  conflictos es bien visto por París, pero también por Washington. Además, en la última remodelación del Gobierno de Bamako, tuvo que abandonar el cargo el titular de Exteriores, Zahabi Uld Sidi Mohamed, conocido por su cercanía a Marruecos. Su sustituto, Abdulaye Diop, realizó su primer viaje oficial a Argelia, donde ensalzó el pasado “revolucionario” del presidente Abdelaziz Buteflika. A pesar de que Marruecos está en una posición de debilidad respecto a Argelia, no piensa tirar la toalla en Malí, y por eso tras la última  gira africana del Rey Mohamed VI, la  Confederación General de Empresarios de Marruecos (CGEM) y el Consejo Nacional del Patronato de Malí organizaron  los días 14 y 15 de mayo, en Bamako, el I Foro Económico Maroco-Maliense. El foro empresarial, que contó con la asistencia del presidente Ibrahim Bubacar Keïta, puso “el acento en las oportunidades de inversión en Malí, analizando las vías para el refuerzo de los intercambios y el acercamiento entre nuestras comunidades de negocios”,  señaló la CGEM en un comunicado.

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