Mohamed VI acaba con la era de los generales implicados en violaciones de derechos humanos

Paco Soto

Pie de foto: El general y exjefe de la Gendarmería Real de Marruecos, Hosni Benslimane.

El Rey de Marruecos, Mohamed VI, está llevando a cabo una limpieza ejemplar en la cúpula de las Fuerzas Armadas Reales (FAR). Hace poco, el jefe del Estado firmó un decreto de destitución 43 altos cargos militares, entre generales, comandantes, jefes de División y otros oficiales de las FAR. No se dieron motivos oficiales sobre estas destituciones de altos mandos de la etapa del Rey Hasan II, pero algunos observadores políticos y conocedores del mundo militar marroquí relacionaron la medida con oficiales desfasados desde el punto de vista técnico y tecnológico, insensibles ante el proceso de democratización del país y el respeto a los derechos humanos y tolerantes con la corrupción.

Sin lugar a duda, la destitución más relevante fue la del general Hosni Benslimane (El Jadida, Marruecos, 15 de diciembre de 1935), comandante de la Gendarmería Real y presidente de la Federación Real Marroquí de Fútbol y del Comité Nacional Olímpico del país magrebí. Benslimane, que era un general poderoso que venía de la época autoritaria y represiva de Hasan II, era temido por muchos de sus compañeros de armas. También es un militar presuntamente implicado en graves violaciones de los derechos humanos en el Sáhara Occidental, según denuncia el Frente Polisario, y en otros lugares como Reino Unido.

Investigación de Garzón

En 2007, el entonces juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón abrió una investigación contra Benslimane por haber sido en el Sáhara Occidental “el superior que ordenó y dirigió presuntamente la campaña de detenciones y posteriores desapariciones en Smara en 1976”. Hasta 2012, la Audiencia Nacional emitió tres comisiones rogatorias a Marruecos para que informase sobre los acusados en la operación represiva dirigida supuestamente por Benslimane, trece en total. En el año 2009, Interpol dictó una orden internacional de detención de Benslimane y otros tres ciudadanos marroquíes cursada por Francia en relación con la desaparición y posterior asesinato en París, en 1965, del líder de la izquierda marroquí y opositor a Hasan II, el socialista Mehdi Ben Barka. En 1965, Benslimane era capitán del Ejército y. según sus detractores, participó directa o indirectamente en el secuestro y asesinato de Ben Barka

Pie de foto: El Rey de Marruecos, Mohamed VI, conversa con el general Mohamed Hamrou/Agencia MAP.

Orden de detención

La orden de detención fue firmada en octubre de 2007 por el juez francés Patrick Ramaël, coincidiendo con la primera visita a Marruecos del presidente de Francia, Nicolas Sarkozy. Pocas horas antes había visitado Marruecos el ministro galo del Interior, Brice Hortefeux. A pesar de que Marruecos pertenece a Interpol, nadie pensó que el general Benslimane sería detenido y extraditado a Francia. En este momento, un organismo del Estado como la Instancia Equidad y Reconciliación (IER), puesta en marcha por el propio monarca en  2004, desplegó grandes esfuerzos por revelar los numerosos abusos de poder y violaciones de los derechos humanos cometidos durante el reinado de Hasan II. El único límite legal que puso el IER es que las víctimas de los denominados ‘años de plomo’ que participaran en audiencias públicas no dieran los nombres de los represores, lo que significó que no hubo apertura de ningún tipo de juicio contra funcionarios que habían violado los derechos humanos.

Hay que tener en cuenta que el Rey Hasan II no se fiaba de los militares, porque al menos en dos ocasiones -1971 y 1972- tuvo que enfrentarse a sendos golpes de Estado protagonizados por generales y oficiales que lo querían derrocar. Uno de estos militares golpistas fue el general Mohamed Ufqir, hombre cruel y despiadado con sus adversarios y militar de la máxima confianza del soberano. Ufqir intentó dar un golpe de Estado el 16 de agosto de 1972 La intentona golpista, conocida como ‘Operación Buraq’, no fructificó y, según la versión oficial, Ufqir, que había sido detenido, se suicidó. Otra versión indica que fue el propio Hasan II el que lo mató de un disparo. El general Ufqir estuvo supuestamente implicado en el secuestro y asesinato de Mehdi Ben Barka.

Militares al Sáhara

El Rey Hasan II aprovechó el conflicto del Sáhara Occidental que estalló en 1975 para enviar a muchos generales y altos mandos de las FAR a este territorio y alejarlos del poder político, en Rabat. A cambio, el monarca les dio carta blanca para hacer la guerra al Frente Polisario y su principal aliado, Argelia, y también para enriquecerse con el saqueo de materias primas locales como la pesca. Receloso ante los militares, el monarca concentró su confianza en un cuerpo policial con estructura militar y muy disciplinado, la Gendarmería Real. Al frente de este cuerpo de seguridad, Hosni Benslimane, que se formó en la Escuela Militar Especial de Saint-Cyr, en Francia, tuvo un poder considerable.

Antes de ser comandante de la Gendarmería Real, en 1994, Benslimane desempeñó importantes funciones de seguridad y fue gobernador de varias ciudades. El general destituido recibió el 14 de enero de 2005 la gran Cruz de la Orden de Isabel la Católica a propuesta del Ministerio de Asuntos Exteriores español. Fue en vísperas de la visita de los Reyes don Juan Carlos y doña Sofía a Marruecos. Benslimane fue un   estrecho colaborador de Mohamed VI en materia de seguridad y una pieza clave en la cooperación policial entre Rabat y Madrid.

Pie de foto: Gendarmes marroquíes visitan las instalaciones de la Guardia Civil en Fuerteventura.

Benslimane versus Hamrou

Durante años, Mohamed VI no tuvo más remedio que mantener en el cargo al general Hosni Benslimane. Ahora, las cosas han cambiado y el monarca ha demostrado su voluntad política de ir superando poco a poco, sin prisas pero sin pausas, la negra etapa de su padre en materia de derechos humanos y libertades. En opinión de un historiador militar marroquí, “está claro que Benslimane es un hombre del pasado, un hombre turbio y cuyo compromiso con la democracia y el respeto de los derechos humanos es débil. Si el Rey ha apostado claramente por la vía democrática, tiene que demostrarlo también con las personas que coloca en puestos clave de los aparatos del Estado”.

Benslimane ha sido sustituido por el general de División Mohamed Hamrou. Según un medio marroquí, ‘le360.ma’, el general Hamrou, que todavía no ha cumplido los 60 años, “quiere superar la herencia de Benslimane”. El alto mando militar tiene ante sí una tarea difícil. Ha empezado a remodelar la cúpula de la Gendarmería Real y ha puesto en marcha una nueva estrategia en materia de seguridad. Según informa el diario ‘Assabah’, el nuevo hombre fuerte de la Gendarmería Real ha tomado medidas importantes para el cuerpo policial como reorganizar el Estado Mayor  y apartar a los llamados ‘halcones’ de puestos de mando estratégicos y sustituirlos por oficiales jóvenes y de ideas modernas como Mustafá Hamdaoui, que se hará cargo de la Inspección General. El general Hamrou quiere también restaurar la “meritocracia” en la Gendarmería real.

Más en Política