Nigeria promete acabar con los autores de la matanza de Kano

 

El presidente de Nigeria, Goodluck Jonathan, se  comprometió  a “no dejar piedra sin remover” en la búsqueda de los autores que perpetraron el salvaje ataque contra una mezquita, este viernes pasado,  que dejó más de 200 personas muertas. Jonathan instó a los nigerianos a “enfrentar al enemigo común” tras el ataque armado y con explosivos ocurrido durante las tradicionales oraciones musulmanas del viernes en la ciudad norteña de Kano. El suceso de Kano se produjo apenas dos días después de que un atentado con explosivos, ejecutado por dos mujeres suicidas,  dejara un saldo de más de 70 personas muertas y decenas de heridos. “Yo personalmente conté 70 cuerpos sin vida dentro de la mezquita y más de 150 cuerpos fueron recuperados. El aspecto más doloroso fue que la mayoría de las víctimas eran niños”, señaló un testigo de la matanza de Kano al diario nigeriano ‘Vanguard’. De acuerdo con diversas informaciones, al menos 200 personas murieron y cerca de 300 resultaron heridas en el ataque a la mezquita de Kano, situada muy próxima al Palacio del emir de esa localidad, Lamido Sanusi, uno de los principales líderes del islam en Nigeria. “Las personas deben ser conscientes de la importancia de estar preparados” y utilizar cualquier medio “para protegerse a sí mismos” de los terroristas, declaró recientemente Sanusi, segunda figura para los musulmanes nigerianos, después del sultán de Sokoto, Alhaji Muhammad Sa’ad Aboubakar.  Dos dispositivos explosivos fueron colocados dentro de la mezquita y uno fuera de ella, y estallaron simultáneamente cuando estaban los fieles en el interior del recinto religioso. La Policía todavía no ha podido determinar si el ataque fue llevado a cabo por Boko Haram, una secta terrorista de tendencia yihadista que en los últimos años ha asesinado y secuestrado a varios miles de nigerianos. Según fuentes de la investigación, el emir de Kano  viajó a Arabia Saudí a través de París por razones no reveladas y no estaba en la mezquita en el momento del atentado. 

 

El fanatismo yihadista  no entiende ni de credos religiosos ni de ideologías políticas. En Nigeria, el grupo terrorista más importante es Boko Haram, que agrupa a  delincuentes y asesinos profesionales. El atentado de Kano podría ser uno más de la larga lista de tropelías cometidas contra la población nigeriana por esa pandilla de criminales. Boko Haram mata, secuestra, viola, roba, incendia y destruye. Le da lo mismo que las víctimas sean musulmanas o cristianas, golpea donde y cuando puede. Boko Haram justifica sus desmanes amparándose en el islam, pero no le importa asesinar impunemente a ciudadanos musulmanes -y de otras religiones-  pacíficos e indefensos, en una mezquita, una estación de autobuses, una plaza o una calle cualquiera de una ciudad. Matar y delinquir es su única razón de ser.  Los criminales que atentaron contra la mezquita de Kano, tras producirse las explosiones, abrieron fuego en el exterior del lugar de forma indiscriminada. El ataque se produjo cerca de las dos de la tarde, hora local, cuando numerosos fieles se concentraban en el templo. De todos modos, a la espera de que la Policía confirme si Boko Haram fue al autor de la matanza, cabe destacar que  el pasado mes de febrero, Sanusi era el gobernador del Banco Central del país africano, y acusó a la empresa nacional del petróleo -Nigerian National Petroleum Corporation- de saquear de forma sistemática los ingresos del oro negro. Durante una comparecencia ante el Comité de Finanzas del Senado, Sanusi aseguró que, de 67.000 millones de dólares vendidos de petróleo entre enero de 2012 y julio de 2013, cerca de 20.000 millones se habían “perdido”. Después de hacer esta denuncia, el Gobierno de Nigeria decidió apartar a Sanusi del cargo y se negó a abrir una investigación.