Paradores de Turismo abre en Omán su primera franquicia en el extranjero

Redacción Atalayar
Foto: Omán es un país árabe en plena expansión económica y con grandes recursos.
La empresa pública española Paradores de Turismo de España, que después de tres años de pérdidas cerrará el año 2014 con un resultado de explotación de 16 millones de euros, decidió  dar el salto al extranjero, concretamente al Sultanato de Omán, un rico país situado en la costa sureste de la península arábiga que es frontera con Arabia Saudí y los Emiratos Árabes Unidos. Una vez superados los problemas económicos en casa, la empresa pública hotelera, que heredó unas pérdidas de 41 millones de euros y un déficit de 111 millones, puso rumbo a Omán. La internacionalización de Paradores de Turismo es un buen camino para sortear la crisis y fortalecer las estructuras empresariales de la firma. Exportar la Marca España es otro de los objetivos de la empresa. En el caso de Omán, Paradores de Turismo de España pondrá en marcha un plan a partir del próximo mes de septiembre que contempla el modelo de negocio de la franquicia. En este sentido, la franquicia de establecimientos hoteleros tendrá el nombre de Marca Paradores. Esta marca fue promocionada en diversos países árabes durante los viajes oficiales de Don Juan Carlos cuando era Rey de España.  La empresa pública española ofreció a las autoridades omaníes su asesoramiento para la creación de una red de hoteles muy parecida al modelo de Paradores. El sector turístico está en expansión en Omán y en 2010, la capital del país, Mascate, se convirtió en Capital del Turismo Árabe.
 
Inversiones españolas
Omán tiene una economía basada en la explotación de grandes reservas de petróleo y gas natural. El sistema económico está directamente controlado por la monarquía reinante y algunos gobernantes. El país inició un proceso de liberalización económica hace 14 años para, por una parte, tratar de desligar la actividad económica del poder político, y por otra, privatizar sectores como el minero. La industria pesada se ha desarrollado en los últimos años. Una parte importante de la mano de obra es inmigrante y procede de países muy pobres como Pakistán, la India o Afganistán. En la visita a Omán que Don Juan Carlos realizó el pasado mes de abril, el que fuera Rey de España aseguró que haría todo lo posible por favorecer las inversiones españolas en este país árabe. Junto a Don Juan Carlos,  un total de tres ministros y tres secretarios de Estado viajaron a Omán. La delegación española contó también con la participación de una importante representación de la CEOE, del Consejo de Cámaras de Comercio y de multinacionales como Abengoa, Acciona, ACS, Airbus, Asignia, FCC, Ferrovial Agromán, Gas Natural Fenosa, CLH, Indra, Ineco, Isolux Corsán, Navantia, Sacyr, Talgo y Técnicas Reunidas. Las compañías españolas quieren aprovechar los importantes recursos de Omán en petróleo y gas -que aportan más del 80% de los ingresos del Estado-, pero también se interesan por los planes de la reforma del sector eléctrico, la mejora de los recursos hídricos y el tratamiento de residuos y el desarrollo de diferentes infraestructuras en ámbitos como el ferrocarril y el transporte público en ciudades como Mascate. Omán es un país rico, pero sufre grandes desequilibrios sociales y hay descontento político en sectores de la población que aspiran a una mayor apertura del sistema. Muchos activistas de derechos humanos y opositores están en la cárcel. El poder político del país, que no tiene Constitución, está básicamente en manos del sultán, que es un monarca absoluto. 
 
 
 
 
 
 

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