Periodismo en África: pasado, presente y mucho futuro

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Hablar del periodismo en África, como a veces ocurre al abordar otras realidades del continente, entraña complejidad y alguna que otra sorpresa. Para empezar, muchos podrían pensar que el periodismo en África está en pañales. La realidad, sin embargo, dista bastante de esta concepción; concretamente, unos 200 años.

El primer periódico de África fue el Cape Town Gazette and African Advertiser, una publicación bilingüe en afrikaans e inglés fundada en Ciudad del Cabo (Sudáfrica) el 16 de agosto de 1800 por el gobierno británico. El título y el idioma en que se editó este periódico evidencian la vinculación que históricamente ha tenido la prensa del continente africano con el colonialismo, fundamentalmente inglés, francés y portugués, y, en menor medida, alemán, holandés, italiano y español.

Así pues, a pesar de la aparición de medios cuya propiedad y línea editorial estaban en manos africanas –destaca The New Era, fundado en 1855 en Sierra Leona–, durante más de un siglo la historia del continente africano fue contada en gran medida desde un prisma occidental. En este sentido, el punto de inflexión llegó con la independencia de las naciones africanas a partir de la segunda mitad del siglo XX, procesos en los que precisamente los medios de comunicación jugaron un papel crucial.

Con independencias como las de Ghana en 1957, exactamente 100 años después de la fundación del primer periódico de propiedad africana en lo que por entonces era Costa de Oro, se comenzó a dibujar a partir de la década de 1950 un nuevo panorama mediático con la proliferación de publicaciones y la apertura de la radio y la televisión, anteriormente monopolizadas por los diferentes gobiernos coloniales.

En este sentido, desde Casa África, aunque conscientes de la complejidad de tamaña empresa, hemos querido analizar dicha evolución y componer una fotografía general sobre el panorama mediático actual de África, realizando un recuento de los medios de comunicación que operan hoy en día en los 54 países del continente. Para ello se han recurrido a diversas fuentes expertas e institucionales, contando con la inestimable ayuda de las embajadas de España en África y analizando informes publicados por diversos organismos internacionales. Tras meses de análisis, los resultados muestran la existencia de entre 7.000 y 8.000 medios de comunicación en África (prensa escrita, prensa online, radio y televisión).

El periodismo que se escucha
De entre todos los soportes, el medio estrella es la radio, con unas 3.500 estaciones identificadas y representando casi la mitad del total de medios existentes. A diferencia del resto de soportes, las ondas cuentan con la ventaja de que no dependen de los niveles de alfabetismo de su audiencia ni de grandes infraestructuras de telecomunicaciones; basta con tener un transistor a mano y sintonizar una emisora. Además, escuchar la radio es gratis, un factor determinante en un continente en el que, según el Banco Mundial, más del 50% de la población vive con menos de 2 dólares al día.

En este contexto, a partir de la década de 1990 han ido cobrando gran importancia las radios comunitarias, que llevan este «periodismo que se escucha» a hogares emplazados en recónditos enclaves para informar de los últimos acontecimientos sobre el curso del Estado, debatir sobre asuntos de interés social, fomentar el diálogo en zonas de conflicto, transmitir campañas de salud pública o derribar enraizados estereotipos.

El papel del papel
En el caso de la prensa escrita, su evolución desde las declaraciones de independencia anteriormente mencionadas también ha sido notable. Si bien en 1956 –antes de que la mayoría de naciones se independizasen– la periodista y africanista Helen Kitchen contabilizó 100 diarios, ahora observamos la presencia de casi 3.000 publicaciones (de cualquier periodicidad), lo que supone más de un tercio del total de medios identificados en África. Sin embargo, la mayoría de estas publicaciones se concentran en áreas urbanas y tienen como público principal a personas con niveles mínimos de renta y alfabetización.

En algunos países el precio de un ejemplar puede llegar a representar más de la mitad de los ingresos diarios de cada habitante, situación que ha propiciado la aparición de fenómenos como el del «alquiler de periódicos», por el que se paga una fracción del coste total a cambio de devolver el ejemplar. Todo ello explica el ratio de lectura compartida en los periódicos subsaharianos, que se sitúa entre 10 y 20, mientras que en otros países como Francia o Estados Unidos, el número de lectores por cada ejemplar esté por debajo de tres –el último dato de España, de 2012, es 6,1 personas por ejemplar–.

No obstante, la prensa escrita sigue desempeñando un papel relevante en las sociedades africanas y ello queda reflejado en la relativa buena salud del sector dentro del continente. África es, junto con Asia –que mejora–, el continente que mejor resiste la crisis del formato papel, con un descenso en los últimos cinco años del -1,2% en la circulación de ejemplares, en comparación con el -23,8% experimentado por Europa.

El periodismo a través de la pantalla
Aunque la televisión cuenta con décadas de trayectoria dentro del continente africano, su nivel de penetración siempre ha sido relativamente bajo, lo que queda de manifiesto al contar con unos 800 canales de televisión (en torno al 10% del total). La explicación a este dato se encuentra en varios factores. En primer lugar, para poder ver la televisión se requiere de una infraestructura mínima, esto es un televisor –algo de difícil alcance para muchos– y electricidad, a la que aún solo un 35,3% de la población africana tiene acceso (600 millones de africanos todavía no tienen acceso a la energía). Asimismo, el sector televisivo en África es en parte de los casos de titularidad pública, sin presencia de cadenas televisivas privadas, dificultando así el crecimiento de la industria. No obstante, en las últimas décadas se han producido procesos de liberalización del sector y han surgido proyectos de envergadura llevados a cabo en la televisión por cable y por internet, como la entrada de Netflix en África.

Son otro tipo de pantallas las que están revolucionando la forma de hacer periodismo en África. Aunque la prensa online en África aún está en ciernes, con alrededor del millar de webs identificadas (superando el 10% del total), ésta está generando nuevas posibilidades gracias a la mejora de las telecomunicaciones y a un gran aliado, el smartphone. Si en 2015 había 226 millones de teléfonos inteligentes en África Subsahariana, para 2020 se espera que haya 720 millones.

Ello, unido al exponencial crecimiento de las redes sociales –solo en Sudáfrica el número de usuarios de Facebook se ha multiplicado por 10 en los últimos 6 años–, ha propiciado la aparición de nuevos medios digitales y de proyectos de periodismo ciudadano a lo largo del continente, entre los que destaca Avenue 225 en Costa de Marfil, Nairaland en Nigeria, Zinester en Kenia, Fundza en Sudáfrica o Africtivistes.org en Senegal.

Hacia un periodismo africano fuerte
El panorama esbozado en estas líneas, pues, plantea un futuro lleno de oportunidades, pero también de retos. Es esencial dotar de mejores salarios a los periodistas africanos para que puedan dedicarse a tiempo completo a dicha actividad. Asimismo, los propios periodistas deben profesionalizarse en aras de contar con los plenos conocimientos (de redacción, técnica y deontología) para ejercer con celo esta labor social clave para el progreso de las comunidades y las democracias.

Por su parte, gobiernos, anunciantes y empresas informativas tienen al alcance de su mano construir una industria mediática sólida que garantice las informaciones independientes, invirtiendo en tecnología y promulgando leyes que blinden la libertad de expresión.

La tarea no es fácil, pero si se logran avances en estos ámbitos se dará un paso adelante hacia el propósito al que aspira todo aquel apasionado de África; que sus voces e historias cobren entidad propia para ocupar el merecido sitio que les corresponden en los circuitos de la información internacional

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