Túnez y el FMI firman un acuerdo sobre el programa económico del país magrebí

Paco Soto

Pie de foto: Sede del Fondo Monetario Internacional en Nueva York.

Las autoridades tunecinas y una delegación del Fondo Monetario Internacional (FMI) firmaron un acuerdo sobre el programa económico necesario para que el país magrebí pueda salir adelante. Túnez atraviesa desde hace varios años, prácticamente desde que cayó la dictadura de Zine El Abidine Ben Ali, en 2011, una grave crisis económica que provoca un enorme descontento social y muchos conflictos laborales. Túnez ha tenido que recurrir a la ayuda económica internacional para salir del pozo.

En este sentido, el acuerdo con el FMI se basa en un crédito concedido por el organismo internacional a cambio de que las autoridades tunecinas apliquen sus recomendaciones y directrices. La delegación del FMI, dirigida por Björn Rother, permaneció en Túnez del 30 de noviembre al 13 de diciembre para seguir negociando determinados aspectos del programa económico aprobado en mayo de 2016 por ambas partes. “Los principales desafíos para los próximos meses consistirán en superar los retrasos significativos y eliminar los obstáculos al crecimiento, y controlar los déficits presupuestarios y exteriores importantes”, explicó Rother a los medios al término de su visita.

Ley de Finanzas

Las autoridades tunecinas se han comprometido a adoptar una ley de finanzas ambiciosa para 2018 que pretende rebajar el déficit por debajo de 5% del PIB y a tomar medidas eficientes que demuestren su voluntad de liberar la economía nacional de las trabas burocráticas que impiden un mayor desarrollo. El FMI está dispuesto a conceder a Túnez un crédito de 227,5 millones de dinares tunecinos (unos 320 millones de dólares). El FMI –también el Gobierno tunecino- está convencido de que el país conseguirá aplicar los ajustes que recomienda la entidad internacional, y defiende la tesis de que “para conseguir este objetivo presupuestario ambicioso, tendremos que poner en obra una estrategia fiscal y una estrategia global de reforma de la función pública, así como la reducción de las subvenciones a la energía, que favorecen sobre todo a las familias adineradas; y tendremos que seguir con la reforma del sistema de la seguridad social”, advirtió Björn Rother.

Pie de foto: Avenida de Habib Bourguiba en la capital tunecina.

Profundas reformas

El FMI también defiende reformas profundas que mejoren el funcionamiento del sistema bancario y las ayudas a las pequeñas y medianas empresas para que tengan capital suficiente y puedan salir adelante y crear puestos de trabajo. Para esto “necesitan acceder con más facilidad a la financiación bancaria”, indicó el representante del FMI. La lucha contra la corrupción y la mejora del funcionamiento del Consejo Ejecutivo de la Instancia Constitucional Independiente para la Buena Gobernanza y la Lucha contra la Corrupción son una condición imprescindible que plantea el FMI al Ejecutivo del tecnócrata Youssef Chahed.

La inflación superó el pasado mes de noviembre 6%; ha aumentado 30% el turismo, las inversiones extranjeras se han incrementado, pero ha bajado significativamente la producción de fosfatos. La deuda pública roza 70% del PIB. La economía tunecina es “vulnerable”, según el FMI. En los medios sindicales como la Unión General Tunecina del Trabajo (UGTT), la izquierda radical y sectores islamistas hay rechazo a que la economía del país esté supervisada por el FMI, el Banco Mundial (BM) y otros organismos internacionales. Estos colectivos temen que el FMI quiera imponer un plan de duros recortes sociales a cambio de ayuda financiera.

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