Trump incendia Oriente Medio

| D.L/estrelladigital.es

El presidente de los Estados Unidos ha reconocido Jerusalén como capital de Israel, lo que ha provocado graves tensiones en el mundo musulmán. El estatus de la ciudad cambia con una decisión americana que también irrita a Europa y dificulta las acciones de paz.

Donal Trump ha declarado el reconocimiento formal de Jerusalén como la capital de Israel este miércoles, con consecuencias impredecibles para Oriente Medio, pues es una ciudad que desde hace 70 años no pertenece oficialmente al estado de Israel, ni a Palestina.

De esta forma, el presidente de Estados Unidos ha ignorado las voces de multitudes de responsables políticos, analistas y de mucha gente que sufre la desesperada situación de Oriente Medio. Unos y otros habían pedido al presidente de los Estados Unidos que no reconociera a Jerusalén como la capital de Israel.

La respuesta no se ha hecho esperar y centenares de personas ya han salido a las calles de numerosas ciudades en todo el mundo musulmán, como Jordania, Palestina, Turquía o el Líbano para protestar por la decisión de Trump. En Belén y otras ciudades palestinas, los disturbios están provocando serios enfrentamientos entre manifestantes y cuerpos de seguridad. 

Reacciones internacionales

Los analistas temían y temen que un anuncio de este tipo destruiría el proceso de paz, fortalecería a los extremistas y debilitaría la posición de los Estados Unidos en el mundo. De hecho, el grupo armado Hamás, ya ha hecho un llamamiento para que se lleve a cabo una nueva intifada.

Por su parte, el Papa hizo un inusual y sincero alegato para que el presidente respete el 'status quo' de la ciudad y se conforme con las resoluciones de la ONU. Le dijo a miles de personas en su audiencia general: "No puedo ocultar mi profunda preocupación por la situación que se ha creado en los últimos días".

El Máximo Pontífice afirmó que esperaba que "la sabiduría y la prudencia prevalezcan, para evitar agregar nuevos elementos de tensión a un panorama global que ya está convulsionado y marcado por tantos conflictos crueles".

El portavoz del presidente turco, Recep Tayyip Erdoğan, dijo que Estados Unidos estaba "sumergiendo a la región y al mundo en un incendio sin fin a la vista". Añadió que la Organización para la Cooperación Islámica se reuniría en Estambul el 13 de diciembre en una sesión especial para coordinar una respuesta.

El ministro de Asuntos Exteriores turco, Mevlüt Çavuşoğlu, reveló que le había dicho al secretario de Estado de los Estados Unidos, Rex Tillerson, que Washington estaba cometiendo un grave error, y que el mundo entero estaba en contra de la decisión. Turquía ha sugerido que podría cortar las relaciones diplomáticas con Israel si el plan sigue adelante.

Tanto Alemania como Francia, feroces críticos de la decisión, actualizaron los consejos de viaje a sus ciudadanos, advirtiendo de posibles enfrentamientos en Israel y los territorios ocupados.

El ministro de Exteriores de España, Alfonso Dastis, también ha mostrado su preocupación por el asunto y ha afirmado que la decisión de Trump pone en peligro la buena convivencia entre el pueblo israelí y el palestino.

El anuncio de Trump ha sido bien recibido por los grupos judíos. La respuesta en todo el Oriente Medio, desde Siria hasta Yemen ha sido profundamente hostil. Incluso el firme aliado de los Estados Unidos, Arabia Saudita, cree que la acción de Estados Unidos daña los continuos esfuerzos de Riad por negociar un acuerdo de paz, comenzando con la unificación del liderazgo palestino.

A petición de Jordania y los palestinos, el sábado se realizará una reunión de emergencia de los ministros árabes de relaciones exteriores. La Liga Árabe ya había advertido que cualquier reconocimiento de Jerusalén sería un ataque descarado contra la nación árabe.

El enviado especial de la ONU para Oriente Medio, Nickolay Mladenov, instó a la prudencia diciendo: "El futuro de Jerusalén es algo que debe negociarse con Israel, con los palestinos, sentados uno al lado del otro directamente en las negociaciones".

La respuesta de Inglaterra se ha colocado, por el contrario, en la parte más suave del espectro político. Boris Johnson, el secretario de Relaciones Exteriores británico, ha declarado que la decisión "hace que sean más importante que nunca las esperadas propuestas estadounidenses sobre el proceso de paz en Oriente Medio.

"La ira de los musulmanes"

Guardián de los dos primeros lugares sagrados del islam (La Meca y Medina), el Rey Salman de Arabia Saudita no puede dejar la iniciativa a otros en Jerusalén, el tercer lugar sagrado para los musulmanes.

En una primera reacción moderada el martes, el gobernante saudita advirtió a Washington que "es peligroso", según sus palabras, podría provocar "la ira de los musulmanes". La vergüenza es evidente en el principal aliado de Donald Trump en la región, que había comenzado la cooperación con Israel para enfrentar a Irán, convirtiéndose en el enemigo número uno para los países del Golfo.

Irán también aprovechó la oportunidad para competir con las monarquías suníes en la defensa de Jerusalén. El presidente de la República Islámica de Irán, Hassan Rohani, dijo que su país "no tolerará una violación de los lugares sagrados musulmanes". En un discurso a líderes políticos y religiosos de varios países musulmanes reunidos en Teherán, dijo que "los musulmanes deben unirse frente a esta gran conspiración".

Rivales o divididos, aliados u oponentes de los Estados Unidos, los países árabes y musulmanes piden la unión en la condena de la decisión de Donald Trump. Esta es una oportunidad para que uno u otro de sus jefes de estado se destaque a los ojos de los musulmanes como el defensor más ferviente de Jerusalén.

El líder supremo de Irán, el ayatolá Ali Khamenei, dijo el miércoles que los planes de Estados Unidos para reconocer a Jerusalén como la capital de Israel son un movimiento de desesperación y debilidad" porque "sus manos están atadas y no puede lograr sus objetivos".

Khamenei, que es estridentemente antiisraelí, les dijo a los funcionarios del gobierno: "La victoria pertenece a la Ummah islámica. Palestina será libre, la nación palestina logrará la victoria ".

El ayatollah dijo previamente que Israel "no verá los próximos 25 años".

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