Turquía solicita apoyo a la OTAN

Natalia González Velázquez

Pie de foto: Manifestaciones en Turquía, en las que ha muerto un joven de 22 años

La espiral de violencia que está sacudiendo Turquía no tiene visos de detenerse. En el sudeste kurdo y en la zona fronteriza con Siria e Irak, la lucha a tres bandas entre el Estado turco, el grupo armado Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) y los yihadistas se ha incrementado. Ante esta escalada de crisis, las autoridades turcas han invocado el Artículo 4 del Tratado fundacional de la Alianza Atlántican que recoge el apoyo de los aliados a uno de los países miembros en caso de conflicto, y han convocado una reunión, que se celebrará en Bruselas, para abordar la crisis con los socios.

La pasada noche, presuntos miembros del PKK tendieron una emboscada al Ejército turco en una aldea de la provincia de Diyarbakir (al sudeste de Turquía). Tras recibir noticias de que militantes kurdos habían quemado tres automóviles y bloqueado una carretera, la Gendarmería envió seis vehículos blindados a patrullar la zona. Según un comunicado del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas, al llegar el convoy “la organización terrorista separatista” hizo estallar un coche bomba que volcó uno de los blindados, matando a dos de sus ocupantes e hiriendo a otros cuatro.

Por su parte, la artillería del Ejército ha castigado con dureza las posiciones del PKK en las montañas de Semdinli, junto a la frontera turco-iraquí, después de que el sábado la aviación bombardease las bases de la guerrilla kurda en el norte de Irak.

La dirección militar del PKK había dado por terminada su tregua unilateral el pasado 12 de julio pero, tras el ataque aéreo, ha reiterado que “no quedan razones para mantener el alto el fuego”, y ha llamado a “luchar contra el fascismo” del Gobierno islamista moderado turco.

En los últimos días, varios puntos del sudeste de Turquía y de los barrios kurdos de las ciudades occidentales del país han sufrido violentas protestas en las que se han atacado comisarías e instalaciones públicas. Las fuerzas de seguridad han reprimido estas marchas con igual dureza, y en la protesta de la ciudad de Cizre (fronteriza con Siria), un joven manifestante ha fallecido tras recibir un disparo supuestamente realizado por la policía. Además, en el barrio estambulí de Gazi, donde se celebrara el funeral de una militante marxista fallecida durante las redadas, también se han producido disturbios, en los que un policía turco ha muerto.

Mientras tanto, las “operaciones antiterroristas” de la policía no cesan. Se han detenido ya al menos a 850 personas a lo largo de todo el país, tanto del entramado del PKK como supuestos militantes del Daesh, entre ellos un yihadista que presuntamente se disponía a cometer un atentado con bomba. Ante el deterioro de la situación en la zona, las Fuerzas Armadas han decidido cancelar todos los permisos y vacaciones de los militares del segundo y tercer cuerpo del Ejército, situados en el oriente de Turquía.

Estados Unidos y la Unión Europea han mostrado preocupación por los acontecimientos acaecidos y por el duro revés sufrido por el proceso de paz que negociaban el Gobierno turco y el PKK desde 2012. “Condenamos los ataques terroristas del PKK y respetamos el derecho a la autodefensa de nuestro aliado Turquía”, ha señalado Brett McGurk, vicesecretario para Oriente Próximo de la Administración Obama, pero ha añadido: “Urgimos a las dos partes a poner freno a la violencia y a mantener su compromiso respecto al proceso de solución por una paz justa y sostenible”. También la jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini, ha pedido a su homólogo turco, Mevlut Cavusoglu, “mantener vivo el proceso de paz con los kurdos”, al mismo tiempo que ha exigido “a los grupos terroristas” que mantengan el “alto el fuego” y no “arruinen” las negociaciones.

Estados Unidos puede tener influencia a la hora de calmar las tensiones entre los kurdos y el Gobierno de Turquía, dado que su apoyo ha sido esencial para las milicias kurdo-sirias YPG, ligadas al PKK, en la lucha contra el Daesh. También el Gobierno del Kurdistán Iraquí se ha ofrecido a mediar entre las dos partes, ya que los aliados occidentales de Turquía temen que el agravamiento de las hostilidades contra el PKK prive de recursos esenciales a la lucha frente a los yihadistas, a la que Ankara se ha apuntado recientemente después de tres meses de presión desde Washington. 

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