Ultraizquierda e islamistas hacen piña contra el Gobierno en Marruecos

Paco Soto

Pie de foto: Abdeslam Yasín, fundador del movimiento islamista marroquí Justicia y Caridad.

La extrema izquierda, concretamente el partido marxista leninista Annahj Addimocrati (Vía Democrática), y los islamistas tolerados pero no legalizados de Al Adl Wa Al Ihsan (Justicia y Caridad), hacen piña contra el Gobierno. El motivo es concreto: Justicia y Caridad considera que el poder político margina y persigue a sus militantes y los marxistas leninistas de Vía Democrática muestra su solidaridad con el grupo de inspiración sufí fundado por el jeque Abdeslam Yasín, fallecido a los 87 años en diciembre de 2012. Según informaciones difundidas por medios locales como el periódico digital ‘Hespress ’y recogidas en España por la publicación de la Fundación Al Fanar, han estallado en diversas partes del país protestas por las destituciones de funcionarios militantes de Justicia y Caridad. Al parecer, la Administración marroquí dependiente del Gobierno del también islamista del Partido de la Justicia y el Desarrollo (PJD), Abdelilah Benkirane, ha tomado estas medidas para alejar a esos funcionarios de responsabilidades en los Ministerios de Educación y Agricultura.

Acuerdos concretos

Los dos grupos políticos, Justicia y Caridad y Vía Democrática, aunque sean ideológicamente antagónicos, sellaron hace varios años un acuerdo en material sindical y en la lucha contra las violaciones de los derechos humanos. En conversación telefónica con un militante de Vía Democrática al que llamaremos Ahmed, el activista comunista explicó que “nosotros tenemos serias diferencias ideológicas y políticas con los islamistas de Al Adl Wa Al Ihsan. Pero coincidimos en las luchas obreras y populares en las fábricas y en las calles y queremos un Marruecos más justo y democrático”. Ahmed consideró “legítimo” pactar con los islamistas de Justicia y Caridad, porque “han demostrado que no se casan con nadie, tampoco con la monarquía alauí y el corrompido sistema político marroquí. Defienden los derechos humanos y una verdadera democracia para Marruecos. En esto estamos de acuerdo. En todo lo demás estamos en desacuerdo”.

Unidos contra el Majzén

En este sentido, Mustafa Brahma, secretario nacional de Vía Democrática, declaró que con la supuesta persecución de los militantes de Justicia y Caridad, el Estado marroquí está limitando el juego político en el país magrebí. En opinión de Brahma, “las opciones políticas de Justicia y Caridad y de Vía Democrática, de oposición al Majzén [viejo sistema político], molestan al Estado, que mantiene una práctica de acoso a cualquier oposición, jugando con fuego. No puede haber sociedades sin un marco político, y los partidos políticos que deberían llevar a cabo ese papel han sido domesticados y han pasado a ser parte de la estructura del régimen”.

Brahma piensa que la debilidad de los partidos dará lugar a “un choque directo entre el pueblo y el régimen ante la ausencia de marcos políticos opositores que puedan contextualizar el ámbito opositor al ámbito oficial”. El militante comunista sentencia: “El acoso que sufren Vía Democrática y Justicia y Caridad, pese a todas las diferencias que hay entre nosotros, está absolutamente injustificado”. Por su parte, la escritora de izquierdas Latifa Buhsini, denunció la “complicidad a través del silencio” del poder en Marruecos hacia las destituciones de funcionarios miembros de Justicia y Caridad, y señaló que son medidas similares a las que tomó la dictadura de Zine el Abidine Ben Ali contra el islamismo político y otros opositores en Túnez.

Pie de foto: Militantes de Justicia y Caridad protestan en una ciudad marroquí.

Contra la monarquía

Justicia y Caridad es una formación islamista que rechaza la institución monárquica y considera que, en contra de lo que dice la versión oficial, el Rey de Marruecos, Mohamed VI, ni desciende del Profeta Mohamed ni tiene autoridad moral para ser Amir Al-Mouminin (Comendador de los Creyentes) en su país. Justicia y Caridad rechaza la violencia para llegar al poder y condena el terrorismo yihadista, y es una organización con capacidad para movilizar a decenas de miles de personas en las ciudades marroquíes. La muerte del jeque Yasín abrió nuevas perspectivas políticas a este movimiento islamista, donde conviven sectores pragmáticos y posibilistas con corrientes más esencialistas y apegadas al dogma. Tras la muerte de Yasín, el politólogo, profesor universitario y especialista en Justicia y Caridad Mohamed Darif manifestó que había quedado claro que el fallecimiento del líder no significaba el fin del movimiento islamista.

A juicio de Darif, “su fuerza radica en su organización y disciplina”, y Justicia y Caridad “cuenta con centenares de cuadros bien formados que crecieron a la sombra de Yasín y que tienen una visión clara de su futuro”. Todo indica que el Estado no legalizará a Justicia y Caridad hasta que este grupo no reconozca a la monarquía y la naturaleza de jefe religioso del Soberano. Algunos observadores de la vida política marroquí aseguran que Justicia y Caridad tiene el apoyo del Príncipe Moulay Hicham, al que llaman ‘el Príncipe rojo’. Es primo hermano del Rey Mohamed VI y un personaje muy crítico con el poder en Marruecos. La fuerza de Justicia y Caridad se encuentra en sectores populares golpeados por la pobreza y las duras condiciones de vida, en capas medias urbanas desencantadas y en jóvenes parados, trabajadores precarios y universitarios sin presente ni futuro. También en núcleos de la emigración marroquí en Europa, en España y otros países.

Pie de foto: Miembros de Vía Democrática exhiben una bandera roja con la cara de Che Guevara durante una protesta social.

Comunismo ortodoxo

Vía Democrática es una formación antimonárquica que defiende el modelo republicano para Marruecos y el derecho de autodeterminación para el Sáhara Occidental. Este partido es heredero de los grupos marxistas leninistas de los años sesenta y setenta en Marruecos, que lograron cierta implantación en medios universitarios y se convirtieron en un problema político para el régimen autoritario del Rey Hasan II. Vía Democrática, que tiene militantes en sectores juveniles con buen nivel educativo y formación política, es partidario del comunismo ortodoxo y defiende a figuras históricas muy criticadas como el tirano Stalin. En España, Vía Democrática mantiene relaciones oficiales con el grupúsculo marxista leninista y de republicanos trasnochados PCE (ml).

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