Una mujer siria graba con una cámara oculta las barbaridades del Estado Islámico

Redacción Atalayar
Foto:  Una imagen del vídeo que grabó una mujer siria sobre las barbaridades que comete el Estado Islámico en su país.
 
Una mujer  grabó en Siria con una cámara oculta los crímenes que cometen los yihadistas del Estado Islámico (EI) en los territorios que ocupan en el país árabe. La grabación, que ha sido difundida por la cadena de televisión francesa ‘France 2’ y después por Youtoube, se desarrolla en la ciudad de Raqqa y refleja la vida diaria de los ciudadanos que viven bajo el terror impuesto por el EI. A través de poco más de dos minutos la mujer fue capaz de contar esta triste realidad. Se jugó la vida  para mostrar al mundo la opresión a la que es sometida la población de la ciudad y el estricto código de comportamiento que imponen los fanáticos y delincuentes del EI. Las imágenes fueron grabadas entre febrero y abril de este año gracias a la cámara que la mujer -de la que no ha trascendido la identidad- ocultó bajo su niqab. Durante la grabación se ve cómo son las calles de la ciudad; existe una clara mayoría masculina que va armada y las mujeres también llevan armas. Incluso se puede ver a una de ellas llevando a un niño al parque con una AK-47 a la espalda. 
 
Música prohibida
La opresión es tal, que en un momento del vídeo la autora es parada por un hombre que le recrimina no llevar bien tapado su rostro. “Debes comportarte mejor en público, podemos ver tu cara”, le dice el yihadista. La grabación revela los horarios de oración obligatoria y la prohibición de la música o de cualquier actividad de ocio en las calles. También pone de manifiesto otra patética realidad: la existencia de  ciudadanos occidentales que  han dejado sus países para sumarse a las filas del Estado Islámico. Una de las mujeres que aparece en el vídeo mantiene una conversación  con su madre, a la que dice  “sin rodeos” que no piensa volver a casa. “No me arriesgué a venir aquí para ahora volver a Francia, mamá. Tienes que meterte en la cabeza que no voy a volver”, asegura la yihadista a su madre. En otro orden de cosas, según el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, 6.300 combatientes se unieron a las filas del EI en las ciudades de Alepo y Raqqa, su principal bastión en el país, en julio de 2013. Ese mes es considerado el mayor proceso de reclutamiento hasta la fecha. De ellos, 1.300 eran combatientes de diversas nacionalidades. 
 
 

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