Una periodista iraní es condenada a dos años de cárcel y 50 latigazos

Redacción Atalayar
Foto: La periodista iraní Marzieh Rasouli es víctima del arcaísmo político y social del régimen teocrático de Teherán.
 
La periodista y bloguera  iraní Marzieh Rasouli fue condenada hace unos días a dos años de cárcel y a recibir 50 latigazos por difundir propaganda contra el régimen teocrático de Teherán,  según informaron personas cercanas a la reportera. Antes de ser condenada, Rasouli había anunciado, en su cuenta de Twitter, su arresto por publicar “propaganda contra el Estado y por alterar el orden público mediante la participación en reuniones”, una acusación que se remonta a enero de 2012. Tras  ser detenida ese año, la televisión oficial del régimen iraní  le acusó de tener relaciones con extranjeros, según consta en una página de Facebook dedicada a su caso. Rasouli ha trabajado para varios periódicos reformistas de su  país, como 'Shargh' y 'Etemad', donde ha cubierto información sobre arte y música y ha escrito diversas reseñas de libros. Esta joven periodista pertenece a una generación de iraníes que no quiere vivir en un país dirigido por políticos reaccionarios y un clero chií que mentalmente vive en la Edad  Media. Una parte importante de la clase media urbana iraní sintoniza con ideas a favor de un cambio democrático en su país. La corriente renovadora dentro de la sociedad cuenta con el apoyo de muchos periodistas, cineastas, escritores y artistas e intelectuales. Aunque el actual presidente del país, Hasan Rohani, es relativamente moderado, en los aparatos políticos y religiosos del Estado abundan los partidarios de un islam integrista y de un sistema político autoritario. Rohani prometió una apertura política antes de llegar al poder, pero desde que dirige Irán se ha preocupado mucho más por las reformas económicas y las guerras que sacuden a Siria e Irak que por la democratización. El caso de Rasouli ha generado una gran indignación entre los periodistas iraníes
 
Contacto con la BBC
La Justicia iraní acusa a la periodista de haber estado en contacto con profesionales de la emisora pública británica BBC. Y esto en Irán puede ser un delito, porque Teherán considera que  muchos periodistas británicos y de otros países son agentes de los servicios secretos. Otros periodistas iraníes como Parastoo Dokuhaki, activista a favor de los derechos de las mujeres, y el fotógrafo Sahamoddin Bourghani, también fueron detenidos en enero 2012, junto a Marzieh Rasouli, y encarcelados en la prisión de Evin, en Teherán. Amnistía Internacional (AI) afirma que las detenciones de periodistas en Irán son por parte del régimen “un intento de reprimir voces potencialmente críticas”.  El poder iraní lleva años acosando a los periodistas críticos. Según la ONG Reporteros Sin Fronteras (RSF), en Irán hay 64 periodistas y blogueros en la cárcel. RSF afirma que la República Islámica de Irán es “una de las cinco cárceles más grandes del mundo para los profesionales de la información”. 
 

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