La decisión de la AMA de no perseguir el consumo de varias sustancias “de ocio” lanza un mensaje nocivo al deporte y controvertido a la sociedad

La cocaína se engancha al deporte

Diego Maradona

La Agencia Mundial Antidopaje (AMA) hizo pública esta noticia el pasado 30 de septiembre de 2020:

La cocaína, diamorfina (heroína), metilendioximetanfetamina (MDMA / éxtasis) y tetrahidrocannabinol (THC) se han identificado como sustancias de abuso en la Lista de 2021. Esto significa que, si un atleta puede demostrar que el uso de cualquiera de estas cuatro sustancias fue fuera de competencia y no relacionado con el rendimiento deportivo, la suspensión impuesta será ahora de tres meses y puede reducirse a un mes si el atleta completa un programa de rehabilitación.

El párrafo pasó desapercibido en su momento. Hace años que el dopaje en el deporte se cuela por la gatera que ha dejado el TUE (Therapeutic Use Exemptions), es decir, las terapias que pueden utilizar muchos deportistas con el visto bueno de las federaciones o agencias correspondientes para tratar enfermedades. El ciclismo, el tenis o el fútbol, que es el deporte con más autorizaciones médicas, llevan a sus profesionales al límite. En algunos casos es un dopaje encubierto y en otros es la única vía que tiene el deportista para rendir sin que otras enfermedades más o menos graves le impidan competir. 

De Maradona a Mutu

La AMA ha abierto la puerta a la cocaína. La mejora del rendimiento existe, aunque ha sido mucho mayor para evitarla el estigma que recae sobre el consumidor. Es un uso de ocio que puede provocar graves efectos secundarios. Es la droga que secuestró al mejor Maradona y que lo convirtió en un juguete roto. La misma que hizo caer en desgracia a Adrian Mutu, el delantero rumano que estaba llamado a triunfar en el Chelsea y que acabó aceptando el consumo y cumpliendo una sanción de siete meses para acabar desapareciendo del mapa del fútbol de élite. 

La sanción por el consumo de cocaína podía llegar a ser de hasta dos años. Ahora, la AMA lo ha dejado en tres meses y en uno si se completa un curso. La profesionalización del deporte ha llevado a futbolistas, ciclistas, tenistas o atletas a aferrarse a unos hábitos estrictos para competir en la élite. Un guion del que no se pueden salir. Los tenistas deben reservar una hora del día los 365 días del año para ser sometidos a un control antidopaje. En cualquier momento y en cualquier lugar. Sin previo aviso. 

Para abordar esta nueva concesión a una droga tan mediática es necesario reunir a expertos que opinen con criterio. Sergio Piernas es entrenador de fútbol y actual seleccionador sub-23 de Marruecos. Eulalia Alemany es directora técnica de la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción (FAD). Luis Fernando Alguacil es catedrático de Farmacología y director del Instituto de Estudios de las Adicciones IEA-CEU. El último de los invitados a este análisis es Felipe de Luis, periodista deportivo y autor del libro “Sito, presidente” sobre cómo el narcotráfico se adueñó de un equipo de Cambados (Pontevedra). 

Menos cansancio y más errores

El profesor Alguacil apunta directamente a las raíces de la AMA para intentar comprender por qué se ha rebajado tanto la sanción: “Desde el primer momento se ha defendido que las medidas antidopaje buscan, en primer lugar, preservar la salud del deportista antes que perseguir el fraude deportivo. Dado que el consumo de cocaína, si quiera ocasional, puede ser muy peligroso para el deportista, el hecho de dejar de perseguir el consumo en cualquiera de sus formas supone de facto una renuncia a los objetivos originales de la AMA”.  

Sin salir del laboratorio del Luis Alguacil podemos encontrar más respuestas sobre qué aporta esta droga al consumidor. “La cocaína pertenece al grupo de los psicoestimulantes y comparte por ello muchas propiedades con otras sustancias del mismo grupo como las anfetaminas. Entre estos efectos comunes están la capacidad de incrementar las funciones psicomotoras y disminuir al tiempo la sensación de cansancio, mejorando así de forma fraudulenta el rendimiento en algunos deportes. No en todos, ya que cuando se requiere precisión y coordinación el consumo de psicoestimulantes puede empeorar los resultados al incrementar el número de errores. Estos efectos se deben a que todos los psicoestimulantes favorecen la transmisión de impulsos nerviosos en determinadas áreas del cerebro por incrementar de una manera o de otra la eficacia de mediadores químicos como la dopamina y la noradrenalina”, señala. 

Consumos ocasionales 

Pero ciñéndonos al ámbito deportivo y sin necesidad de entrar en situaciones de consumos continuos y elevados propios de las personas que padecen una adicción, Alguacil explica que “es relevante señalar que los psicoestimulantes incrementan el gasto metabólico, provocan insomnio, disminuyen el apetito y reducen la percepción del sobresfuerzo, todo lo cual puede conducir al agotamiento de los deportistas. Además de estos efectos cerebrales, los psicoestimulantes tienen acciones directas sobre el corazón y los vasos sanguíneos, elevando así el riesgo de accidente cerebrovascular o infarto de miocardio”.

La cocaína responde por tanto al perfil típico de un psicoestimulante al que se añaden otras propiedades adicionales específicas de esta sustancia, por ejemplo, su conocido efecto anestésico local. (Esta es la explicación de por qué en las películas, los policías distinguen si la droga incautada es cocaína llevándose una pequeña parte a la lengua). 

El consumidor de cocaína puede ser ocasional o habitual. El doctor Alguacil explica que “aunque los riesgos asociados al consumo de cocaína suelen ser proporcionales al grado de consumo, la vulnerabilidad a padecerlos es muy variable en la población. En este sentido, parece que existen personas especialmente vulnerables a los efectos cardiotóxicos de la cocaína, de forma que consumos no muy elevados se han visto asociados a casos de muerte súbita”. Y deja abierta una incógnita importante, “se sospecha que el consumo ocasional de cocaína podría estar por debajo de algunos casos de deportistas fallecidos de forma inesperada y repentina”.

La cocaína en los futbolistas jóvenes

El consumo de cocaína en el deporte influye directamente en los hábitos. Sergio Piernas trabaja con futbolistas en formación. Jóvenes influenciables, pero también con gran capacidad para focalizar esfuerzos y distinguir entornos tóxicos. “Los entrenadores de la base trabajan en los hábitos del deportista. Esta información que publica la AMA no ayuda. El deporte no solo es competición. Es un desarrollo de valores humanos. Se compite para ganar, pero solo gana uno. El resto trabaja para estar, para sentirse en la elite… durante el proceso se disfruta mucho”. Sergio añade que “el deportista no solo es deportista, es una persona y en los procesos de entrenamiento hay relaciones humanas, de atención, de aprendizaje… que no solo son para ganar, son para competir y para comprender situaciones de juego… por lo que todas esas sustancias que pueden alterar ese comportamiento deben ser rechazadas”. 

Desde 1986 la FAD lucha contra la drogadicción de adolescentes y jóvenes. Sus paneles confirman que el consumo de cocaína en estas edades ha descendido mucho desde su pico más importante en 2004. De todas formas, España sigue entre los países europeos que más uso hacen de esta droga según los últimos datos del Observatorio Europeo de Drogas. 

La FAD destaca la madurez

Eulalia Alemany apunta que “desde un punto de vista de la salud pública este mensaje no se acaba de entender muy bien. No ayuda a la sociedad. Es una sustancia que se ha conseguido estabilizar y va a la baja en los últimos años”. Las películas y las series han encontrado un filón en los guiones sobre el narcotráfico. Eulalia lanza un mensaje de esperanza y asegura que “hay un punto de madurez donde la gente distingue la ficción de la realidad. Nos preocupa cuando el consumo se banaliza, pero series como la de ‘Narcos’ el tráfico y el consumo tienen sus consecuencias”. 

La realidad y la ficción se enlazan en estas series y también en los libros. Felipe de Luis encontró en Vigo una de esas historias que honran al periodismo y te concilian con la sociedad. Entre la actualidad del Celta y su podcast “Hablamos del fútbol”, conoció el relato de Sito Miñanco, el narcotraficante que compró el equipo de fútbol Juventud Cambados y lo dejó a las puertas de Segunda división en 1990. Su investigación acabó en un libro titulado “Sito presidente” (Editorial Pepitas de Calabaza, 2020) donde aborda de forma magistral el caso y las dudas de aquellos jugadores que sabían que su ascenso deportivo se debía al dinero de la venta de droga.

Sito Miñanco

Sus entrevistas y su experiencia le llevan a dar una respuesta trasversal, “la decisión de la AMA puede ser interpretada como un mensaje equívoco, pero no deben ser responsables de la influencia de la droga en la sociedad. No es su papel. El tema de las drogas recreativas es un debate muy amplio. Eso sí, si un futbolista puede consumir cocaína y se expone a un mes de sanción, el mensaje puede ser laxo”.

En su libro busca ofrecer una explicación a la imagen que daban a la sociedad los jugadores del Juventud Cambados, “quería saber qué opinaban por recibir un salario que procedía del narcotráfico. Ellos no hacían preguntas, cobraban y hacían su trabajo. Es cierto que para un narcotraficante no era positivo, pero ellos no eran culpables de la drogadicción que había en el país. La responsabilidad era de Sito Miñanco”.

La desesperación de una de las madres y activista contra el narcotráfico en Cambados le llevó a tomar una postura muy dura y que solo se puede comprender por la desesperación de ver a un hijo drogarse y ser incapaz de rescatarle, “Carmen Durán me dijo que la solución podría ser legalizar las drogas. El debate no es sencillo. Hay muchas aristas y muchos grises”, desvela el periodista. 

La AMA ha devuelto al deporte el consumo de una droga que parecía erradicado. Queda por ver cómo acepta la sociedad ese mensaje si llegan las sanciones.