La dinastía de España reina en Europa tras doblegar a Inglaterra en Berlín
España hizo historia en Berlín un 14 de julio de 2024. Su cuarta Eurocopa hace que sea el único país con cuatro títulos y pueda presumir de reinar en el continente donde se inventó el fútbol, precisamente ganando a los que se consideran dueños de este deporte.
Un mes antes muy poca gente creía en los de Luis de la Fuente. El desencanto en el último Mundial de Qatar, el huracán Rubiales y hasta cierto tufillo en el seleccionador al que fuera expresidente de la RFEF Luis Rubiales que estuvo a punto de salir despedido tras perder ante Escocia en la fase de grupos, no daban buenas sensaciones. Alguien le mantuvo en puesto porque no era momento de más escándalos, aunque no había ganas de tenerle por allí tras el famoso aplauso.
Todo aquello quedó convenientemente enterrado en Berlín. De la Fuente sabía en qué jugadores confiaba tras haber pasado años con ellos en las categorías inferiores de España. Conocía que Laporte no había perdido calidad en Arabia, que Morata no metería goles, pero sí que era un referente y un motivador para el resto de los compañeros, que Cucurella escondía todo ese fútbol que pudimos ver en Alemania o que Fabián era el complemente perfecto de Rodri. Pero había más, todo ese banquillo que dio unos resultados excelentes, incluido David Raya cuajando un gran partido ante Albania.
Las finales de España fueron ante Alemania y Francia. Lo de Inglaterra era el último trámite. El que nadie dudaba de que saldría bien porque el fútbol no podía premiar a lo que fuera que juega Southgate y los suyos. España tuvo sus dosis de suerte. La que se encuentran aquellos que tienen un plan trazado, que entrenan como un solo equipo y donde no hay una sola mala cara por jugar poco o nada. Ante Alemania, la suerte estuvo en marcar primero y avisar de que allí estaba España, pero también en que Mikel Merino repitiera la hazaña de su padre en el 119 y evitara la suerte de los penaltis.
Ante Francia, remontar en cinco minutos estuvo bien, pero que Yamal dirigiera el balón a la escuadra para quitarle a España los fantasmas del pasado cuando los galos se pusieron 1-0, también un golpe de suerte perfecto. De esos que se entrenan durante horas y luego están ahí cuando más lo necesitas.
España respiraba en la final. La tensión de cuartos y de semifinales fue un aprendizaje tan grande que solo quedaba esperar al primer gol ante Inglaterra. Llegó al principio de la segunda parte gracias a Williams. Un país en tensión porque su máquina perfecta se había desenchufado. Rodri al banquillo y el corazón en un puño. Inglaterra no sabe hacer goles. Ni Kane es suficiente y acabó en el banquillo en el 60. Palmer dio aire a los ingleses y un error de la zaga española propició su gol en el 70.
Eso tampoco puso nervioso a España. No hay nada que inmute a ese equipo cosido a fútbol por De la Fuente. Solo había que esperar, jugar, proponer y que Cucurella le pusiera un balón medido a Oyarzábal. Un gol que el VAR podía estropear con la precisión del fuera de juego automático. Apenas milímetros y una rodilla del defensa inglés dieron por válido el gol en el minuto 86 para delirio español.
Todo acabó en una fiesta histórica en el césped donde Pedro Rocha mantuvo el tipo y no dio más besos de la cuenta. Felipe VI y la Infanta Sofía estuvieron en el palco junto al príncipe Guillermo. La UEFA envió a Pedro Sánchez varias filas más atrás y no le dejó bajar a la entrega de medallas. Unos dicen que por protocolo y otros para dar un aviso por una futura injerencia en la RFEF.
La cuarta ya es de España. Antes, Vicente del Bosque, Luis Aragonés y José Villalonga coronaron a España como el mejor combinado del Viejo Conteniente. Ahora es Luis de la Fuente el que conoce el camino para hacer algo grande en 2026.