Jon Rahm impulsa la liga saudí de golf
Acertaron los agentes del programa Saudi Vision 2030 cuando el pasado diciembre convencieron a Jon Rahm Rodríguez, estratosférica cantidad de millones de dólares mediante, de que se integrara en la LIV, la liga mundial de golf auspiciada y patrocinada por Arabia Saudí.
Al circuito ya se habían incorporado notables leyendas del golf como Dustin Johnson, Patrick Reed, Brooks Koepka, Phil Mickelson o Sergio García, todos ellos acaparadores de un buen número de “majors”, los cuatro grandes torneos que se disputan en el planeta cada temporada, tres de ellos en Estados Unidos y uno en el Reino Unido.
El fichaje de Rahm para impulsar una liga que se atreviera a desafiar al cuasi monopolio de la PGA norteamericana provocó una convulsión en el golf mundial, que de pronto vio cómo aparecían en el calendario citas en ciudades que saltaban al primer plano, habida cuenta de las astronómicas cifras que se ponían en juego, tanto en clasificación individual como por equipos.
Apenas diez meses después, el golfista español no solo no ha defraudado, sino que ha introducido su leyenda en los anales de la LIV, la joven liga saudí, que también ha innovado en cuanto a las reglas que rigen la disputa de su torneo, con notables diferencias con respecto a los circuitos americano y europeo.
Y hay que celebrar el triunfo final de Rahm tanto más cuanto que su temporada ha estado jalonada de decepciones y sobresaltos. Los cronistas de anticipación, o sea los que no disfrutan con la victoria recién conseguida y ya exigen el logro anticipado de la siguiente, alimentaron las dudas cuando el golfista vasco no logró su primer triunfo hasta este verano en el JCB Golf & Country Club de Rocester (Inglaterra), tras no haber respondido a las expectativas en la previa cita española de Valderrama.
Las dudas se convirtieron en monumental decepción cuando en los Juegos Olímpicos de París Rahm, que lideraba el torneo con cuatro golpes de ventaja a falta de ocho hoyos, se despeñó asombrosamente hasta quedar incluso fuera de las medallas, sin saber explicar él mismo las causas de tan brutal depresión.
Ahora, los escépticos han recibido una demostración espectacular del carácter de este indomable golfista español, que, pese a todo, no se había apeado del top-ten en todos los torneos de la temporada, y que llegaba al último de los individuales de Bolingbrook en Chicago pisándole los talones al chileno Joaquín Niemann. Incluso al cabo de la primera de las tres últimas jornadas, había que ser muy optimista o incondicional de Rahm para apostar por su victoria final. Pues bien, dos últimos recorridos memorables le llevaron al liderato con -11, tres golpes menos que un Niemann al que la suerte no acompañó en sus muy agresivos intentos por recortar distancias. Y, para completar el cuadro, el castellonense Sergio García se encaramaba al tercer puesto del torneo y de la liga, superando por la mínima a uno de los más sólidos y espectaculares jugadores del golf mundial, el inglés Tyrrell Hatton.
En términos monetarios, la cosecha es sencillamente de escándalo: 22 millones de dólares para Rahm (4 millones por ganar el torneo de Chicago y 18 millones por el campeonato individual absoluto de la LIV 2024). El chileno Niemann se lleva 8 millones, mientras que el tercer puesto de Sergio García le acredita un cheque de 4 millones.
El impresionante juego desplegado tanto por este trío de cabeza como por tantos otros, que luchaban por mantener la categoría, han multiplicado las audiencias de televisión, al tiempo que han asentado las expectativas de una nueva temporada de la liga saudí, que el próximo año empezará con los torneos de Riad, Adelaida, Hong Kong y Singapur, otras tantas ocasiones de que el reino saudí siga dando a conocer al mundo la vertiginosa transformación de su sociedad, así como de las gigantescas inversiones que quiere acometer para diversificar al máximo sus fuentes de ingresos, y no depender exclusivamente de su aún ingente producción de petróleo.
El último fin de semana de este septiembre los aficionados podrán disfrutar del Open de España en el Club de Campo de Madrid, y apenas quince días más tarde del Masters de Andalucía en Sotogrande. A ambos campos acudirá el flamante campeón de la liga saudí. Si Rahm ganar en Madrid se llevaría 250.000 euros, una gran cantidad para España y Europa, pero al fin y al cabo “calderilla” en comparación con lo que se embolsa en el circuito saudí. Pero, este vasco indomable ha afirmado hacerlo “porque sé que mi presencia es buena para el golf español y para España”. ¡Glosado queda, campeón!